Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

20 Nov, 2015

La responsabilidad es mía… y otras duras realidades de las finanzas para emprendedores (II)

Vivimos en un país en donde todo es culpa de los bancos, del gobierno, del vecino y de la báscula descompuesta. La responsabilidad sobre las decisiones, entre ellas las financieras, rara vez recae en nosotros. Si nos equivocamos es culpa de alguien más, si tenemos pérdidas en una inversión que nos anunciaron como ganadora o si elegimos el crédito más caro del mercado, la culpa es de alguien más.

Y sin negar las responsabilidades de un sistema financiero que tiene mucho por mejorar, es innegable que como consumidores financieros tenemos que asumir una mayor responsabilidad a la hora de tomar decisiones y hacer elecciones. La responsabilidad no impide la equivocación, pero el ser más puntuales, analíticos y cuidadosos, indiscutiblemente, es un arma indispensable para que nuestras decisiones sean cada vez más acertadas.

Las finanzas personales y de negocios se llaman así por algo. Porque, vaya la redundancia, son personales…por lo tanto es necesidad personal de cada uno de nosotros vigilar y prestar la máxima atención a las decisiones que tomamos con nuestro dinero y con el dinero de nuestra empresa.

La semana pasada publicamos las primeras cinco responsabilidades o puntos a tomar en cuenta antes de firmar un contrato, ya sea de inversión o de solicitud de crédito (mismas que se pueden consultar buscando mi nombre en www.excelsior.com). Esta semana continuamos con el resto.

 6.- ¿Qué hacer en caso de una queja?: Asegúrate de saber ANTES DE FIRMAR EL CONTRATO cómo, dónde y con quién (directos con la persona que te atiende, en un departamento aparte) puedes presentar una queja del trato o servicio obtenido. Tu asesor financiero o la persona que te ayuda a tramitar el crédito es el representante de una institución, la cual debe poner a tu servicio mecanismos para solucionar cualquier inconformidad.

7.- ¿Y cuanto me dice qué cuesta?: Jamás dejes en el aire el tema de costos y comisiones, su monto puede hacer una diferencia importante en el rendimiento o en el costo total que puedes obtener. Pregunta el tipo y el monto de los costos que enfrentarás y, en el caso de un crédito, que te hagan una corrida real de acuerdo a las condiciones del crédito (cuánto vas a pagar cada mes, qué porcentaje es aportación a capital, cuánto es a intereses) y también que te incluyan los datos sobre penalizaciones si es que no llegas a pagar a tiempo.

8.- El fisco también participa: Antes de elegir cualquier estrategia de inversión o cualquier crédito, averigua cómo y cuántos son los impuestos que tendrás que pagar por ella o los beneficios fiscales que puedes obtener, esto tampoco debe de darse por sobreentendido.

9.- Repite este proceso: Si por alguna razón tú o, incluso, la institución financiera requieren hacer modificaciones en el contrato, vuelve a verificar todos los puntos anteriores. No asumas que porque el contrato pasado aseguraba ciertas condiciones, el nuevo también lo hará.

10.- ¿Estoy contento?: Cada cierto plazo (cada año, por ejemplo) pregúntate si estás satisfecho con lo que la institución financiera te está ofreciendo, y si los productos contratados siguen adaptándose a tus necesidades; evalúa el rendimiento de tus inversiones o el peso que tiene el crédito  y el servicio que te ofrecen. Si no estás completamente a gusto, quizá sea el momento de hacer cambios de productos dentro de la misma institución o, en casos extremos, buscar otras instituciones que se adapten mejor a tus necesidades.

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