Lo que hay detrás del sorpresivo crecimiento del PIB

De acuerdo con datos del Inegi la economía mexicana se expandió en el tercer trimestre 2.6 por ciento, lo cual estuvo por arriba del 2.4 por ciento que esperaba el consenso de analistas
Economía -

CIUDAD DE MÉXICO.- La economía mexicana se expandió en el tercer trimestre 2.6 por ciento, bastante por encima del 2.4 por ciento que esperaba el consenso de analistas.

La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) felicitaba a México por cómo su economía estaba logrando capear el temporal que asola a la economía global. Pero quizás, después de ver el desempeño de la economía en el tercer trimestre, sus halagos se pudieron quedar cortos y ahora incluso pueden estar lamentando algunas de las revisiones que hicieron al actualizar el panorama para la economía mexicana.

El principal es que el FMI, en sus estimaciones que publicó el pasado martes, decidió recortar ligeramente el pronóstico de crecimiento de México para este 2015 respecto al estimado que traía en el documento de Perspectivas Económicas Mundiales de octubre, de 2.3 por ciento a 2.2 por ciento. Sin embargo, el dato del PIB del tercer trimestre publicado el pasado viernes apunta a todo lo contrario. No es sólo que el PIB para el tercer trimestre superara las expectativas del mercado. Es que además, el trimestre terminó con bastante más impulso de lo pensado, lo que posiblemente se traslade al último tramo del año.

La economía mexicana se expandió en el tercer trimestre 2.6 por ciento, bastante por encima del 2.4 por ciento que esperaba el consenso de analistas. Nuestro estimado en llamadinero.com estuvo un poco más cerca de la realidad, en 2.5 por ciento. Con eso, la tasa de crecimiento en lo que llevamos del año se sitúa en 2.5 por ciento, sustancialmente por encima del 2.2 po ciento que estima el FMI para todo 2015. Pero como decimos no es sólo que el desempeño fuera mejor de lo augurado, sino que además la economía mexicana fue ganando músculo conforme avanzaba el tercer trimestre, tendencia que posiblemente se mantenga durante el último trimestre del año en un contexto en el que la volatilidad financiera del verano se ha mitigado y la economía estadunidense ha proseguido su ritmo de recuperación. 

Mejores resultados

El IGAE de septiembre muestra que el crecimiento durante ese mes fue de 3.1 por ciento comparado con el 2.7 por ciento en agosto y 2.0 por ciento en julio.  Esta nueva información hace muy difícil que se cumpla el pronóstico recién rebajado del FMI: para que la economía mexicana crezca 2.2 por ciento todo el año, debería desacelerar su ritmo de expansión a sólo un 1.5 por ciento en el cuarto trimestre comparado con el 2.6 por ciento del tercer trimestre, algo muy improbable dada la dinámica en la que ha entrado la economía en esta segunda mitad del año.

En la misma tesitura se encuentra el Banco de México (Banxico). En su último informe trimestral publicado apenas el pasado 4 de noviembre, la institución situó el nuevo intervalo de crecimiento entre 1.9 por ciento y 2.4 por ciento, comparado con un rango de entre 1.7 por ciento y 2.5 por ciento en el informe previo. Banxico, que sistemáticamente ha ido recortando su pronóstico de crecimiento para todo el año conforme avanzaba el curso desde un pronóstico original de entre 2.5 por ciento y 3.5 por ciento, ahora resulta que puede haberse ido demasiado abajo y errarle al pronóstico de crecimiento. Para que el PIB crezca un 2.4 por ciento, que es el techo del rango establecido por Banxico, el PIB debería expandirse un 2.2 por ciento en el último trimestre, algo que también parece alejado de la realidad si la economía mexicana logra mantener ese pulso cercano al tres por ciento que se observó en septiembre. El consenso del mercado, que estima una expansión del 2.3 por ciento para todo el 2015 según la última encuesta de Banxico, nos tememos que también tendrá que revisar sus números al alza.  

Por tanto, ahora mismo el pronóstico que mejor luce es el de la SHCP, que mantiene su expectativa de que el PIB se expanda entre un 2.0 por ciento y un 2.8 por ciento este año. El 2.8 por ciento será difícil de alcanzar: para que así fuera, el crecimiento del PIB en el último trimestre del año debería ser de 3.4 por ciento, lo que significaría una sustancial aceleración respecto a la tasa de 2.6 por ciento del tercer trimestre.

Previsión

Nuestro pronóstico de crecimiento también lo tuvimos que revisar, aunque lo hicimos antes de que se publicara el PIB, en línea con el pronóstico que traíamos para el tercer trimestre. Ahora estimamos que la expansión de la economía este año será de 2.6%, lo que implicaría una expansión cercana al 2.9 por ciento en el último trimestre del año.

La inesperada fortaleza de la economía reside, sobre todo, en el consumo privado, que de manera súbita se ha consolidado como el principal motor de crecimiento de la economía. Hasta hace poco se echaba en falta un mayor dinamismo del gasto de consumo, pero desde que empezó el año el componente de comercio, que engloba los rubros de consumo privado, ha sorprendido con un crecimiento muy por encima del resto de la economía.

Sector destacado

El componente de comercio es el de mayor peso dentro del sector servicios: representa en torno a una cuarta parte de todo el sector terciario, o algo así como un 15 por ciento del PIB total. Pues bien, en el período enero-septiembre ha duplicado prácticamente su ritmo de crecimiento, registrando un alza de 4.7 por ciento comparado con 2.4 por ciento en el mismo período del año pasado. Esto significa que del  aumento de 2.5 por ciento del PIB durante el los tres primeros trimestres del año, 0.73 puntos porcentuales corresponden al comercio interno, lo que lo erige como el rubro de mayor contribución al crecimiento mexicano, reemplazado a la manufactura, que aportó 0.52 puntos porcentuales pese a tener un peso ligeramente mayor que el comercio, cercano al 17 por ciento del PIB total. Hace un año, en el periodo de enero-septiembre de 2014, el comercio apenas contribuyó con 0.37 puntos porcentuales al PIB del periodo frente a 0.63 puntos porcentuales de la manufactura.

Eso propició que el sector servicios, que representa en torno a un 60 por ciento del PIB, acelerara su ritmo de crecimiento a un 3.1% entre enero y septiembre de 2015 comparado con apenas un 1.7% en el mismo período del año pasado. Pero de nuevo, lo que importa es la tendencia y la fuerza que trae de cara al último trimestre del año, que además es el más consumista debido a las ventas navideñas y que, por el comportamiento del gasto durante el Buen Fin, sugiere que fue jugoso. En el tercer trimestre del año, el sector servicios trepó un 3.3%, lo que representa la tasa más alta de este sexenio, desde el cuarto trimestre de 2012. No sólo es el comercio, que creció a una robusta tasa de 4.8% en el tercer trimestre. También otros rubros del sector servicios relacionados con el consumo, como el de ocio (+5.3%), hostelería (+7.1%) y transporte aéreo (+18.6%). Por ejemplo, la tasa de 7.1% de la hostelería, esto es, los servicios ligados al alojamiento temporal y la alimentación, es la más alta desde el segundo trimestre de 2010, y la del transporte aéreo desde 2004, hace más de diez años.   

La fortaleza del consumo privado se explican por la entrada de remesas familiares, cuyo valor en pesos se ha multiplicado con la depreciación de la moneda nacional, y una inflación baja y estable, que ha permitido preservar la capacidad adquisitiva de los consumidores, que aunado a las bajas tasas de interés y la creación de empleo ha animado a los consumidores a gastar más.

A su vez, la depreciación del peso también está impulsando al turismo, lo que explica el buen comportamiento de la hotelería y el transporte aéreo. Por eso, y como decíamos el otro día en estas mismas páginas, las acciones que más brillan este año son Gruma, Wal-Mart, Liverpool y Alsea, o las aeroportuarias GAP y Asur.

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