Lo que los jóvenes pueden aprender de 'las Patronas'

Ellas viven en una pequeña comunidad ubicada en Amatlán de los Reyes, Veracruz, lugar por donde pasa el tren llamado "La Bestia"
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Las Patronas son un hogar momentáneo y pasajero para los migrantes que deciden quedarse un par de días. Foto: Cuartoscuro
Las Patronas son un hogar momentáneo y pasajero para los migrantes que deciden quedarse un par de días. Foto: Cuartoscuro

Hace una semana tuvimos la oportunidad de visitar "La Patrona". Ésta es una pequeña comunidad ubicada en Amatlán de los Reyes, Veracruz, lugar por donde pasa el tren llamado "La Bestia". Estudiantes del ITAM, UNAM, Ibero y de la Escuela Activa de Fotografía llenamos camionetas de ropa y comida con la idea de ir a ayudar en lo que se pudiera a estas heroínas.

Llegando ahí, lo primero que me sorprendió fue lo colorido del lugar donde trabajan y la calidez con la que nos recibieron. Con lo colorido, nos referimos a los dibujos en las paredes, el mapa de México con las rutas del tren, la cocina y el pizarrón con el rol que llevan a cabo cada una de las personas que se dedican a ayudar. Diario, una persona es la encargada de ir por el pan al centro, otra de preparar los kilos de arroz, otra para los frijoles y así todas con diferentes roles.

Después de llegar e instalarnos para trabajar, vimos un documental en el que se explica la labor de las Patronas y después nos juntamos para platicar con Norma Romero y nueve migrantes que pasarían la noche ahí. El carisma, la sensatez, la sensibilidad y las historias de éstos provocaron lágrimas, risas y reflexiones, entre otros sentimientos que son difíciles de explicar o comunicar.

Los migrantes sufren además de hambre, frío y sed, constantes ataques por parte de pandillas, maras e incluso policías que abusan de su autoridad. Los migrantes dejan a sus familias para encontrar mejores oportunidades, pero no siempre las encuentran y en el mejor de los casos son devueltos a su país. Las Patronas son un hogar momentáneo y pasajero para los migrantes que deciden quedarse un par de días en ese lugar, en donde encuentran hospitalidad y buenos tratos.

Sólo unos minutos más tarde, escuchamos el sonido del tren a lo lejos y todos los presentes nos exaltamos. Salimos corriendo con las bolsas y botellas de agua hacia las vías del tren. El frío de la noche, las luces del tren, el viento y el ruido que provocaba esa bestia de inmensos vagones, provocó una adrenalina que jamás habíamos sentido. Esa noche no hubo ningún migrante ya que habían pasado todos a medio día. Volvimos a dejar toda la comida y nos despedimos para ir a dormir.

Al día siguiente regresamos. Siete de los nueve migrantes se habían ido en camión dirigiéndose a la Ciudad de México donde alguien los recibiria para intentar, después, llegar a la frontera con Estados Unidos. Cuatro de los siete migrantes, fueron detenidos por migración despúes de más de un mes que habían salido de sus países, Honduras y El Salvador.

Volvimos a alistar toda la comida y el agua para prepararnos a la próxima llegada de la bestia. A mediodía pasó de nuevo el tren. Esta vez con decenas de migrantes agarrándose con un brazo de él y con el otro extendido para poder agarrar las bolsas con alimento. En ese momento escuchamos el "gracias" más honesto hasta ahora en nuestras vidas.

Job y yo escribimos este texto por la importancia que tuvo en nosotros esta experiencia. Es muy sencillo vivir en una burbuja, criticar a los gobiernos e instituciones y culpar al prójimo por los eventos desagradables que se presentan en nuestra sociedad. Al estar ahí, queda claro que el verdadero cambio está en uno mismo, en nuestras acciones cotidianas. Con un poquito de ayuda, con un granito de arena que todos pongamos, se pueden lograr grandes cambios como lo han hecho las Patronas. El problema de la migración es sólo una diminuta parte de los problemas que puede tener el país. Las Patronas no solucionan los problemas a los migrantes; sin embargo, son una ?recarga de energía?, una pequeña ayuda por la cual los migrantes las consideran "ángeles". No tenemos respuestas para solucionar el problema de migración, corrupción, pobreza, de salud ni para muchos otros. Lo que sí sabemos es que si 12 señoras pueden tener impacto en la vida de cientos de seres humanos que pasan diario en esa "bestia", estamos seguros que con trabajo comunitario en los lugares de conflicto del país, se puede hacer de éste México un mejor lugar para vivir.

Finalmente, nos gustaría mencionar la admiración que sentimos hacia las Patronas, quienes han mantenido una actitud incansable y un trabajo constante desde1995. Han dedicado su vida a ayudar a los demás y lo mejor de todo, es que se trata de acciones desinteresadas. Norma Romero, una mujer fuerte, noble y decidida, dice sentirse feliz con lo que hace y dice tener una vida plena. Norma se siente motivada a seguir apoyando a los migrantes y luchando por su causa. Se describe a sí misma como una mujer de fe, independiente y aferrada.

Fotos de Lalo Carrillo y Victoria Vera

*gl

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