Edgar Amador

Edgar Amador

14 Dic, 2015

La Fed subirá tasas: hipótesis sobre el día después

A menos que hoy lunes, o mañana martes, haya un crack bursátil en todo el mundo y las variables financieras se hagan pedazos (lo cual es siempre probable), este miércoles la Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed), alzará sus tasas de interés por primera vez en nueve años, concluyendo un largo ciclo de expansión monetaria masiva, llevado a cabo con el fin de evitar un cataclismo económico en todo el planeta.

La semana pasada, en anticipación de lo que ocurrirá casi con certeza éste miércoles, el mercado de bonos basura se hizo añicos, los precios del petróleo se colapsaron hasta los mínimos de siete años y los mercados de acciones tuvieron su peor semana en cuatro meses, en una muestra del enorme poder que tiene esa humilde variable: la tasa de interés de corto plazo de la Fed, la cual es fijada por el Comité de Mercados Abiertos (FOMC por sus siglas en inglés), y que deberá de incrementarse pasado mañana.

Toda una generación de jóvenes traders, banqueros, estudiantes de finanzas y economía e inversionistas no saben lo que es un alza en las tasas de interés. Para toda una generación que las tasas de interés de la Fed suban será una novedad absolutamente desconocida: para Mike, el Samo, Luis, Vic, Érick, Eus, los Gil, los Roger y todos mis alumnos del curso de “Mercado de Capitales” de la UNAM, que las tasas suban es algo desconocido. Para ellos desde que tienen conciencia de los mercados financieros, las tasas de interés de la Fed están en cero por ciento.

Las tasas subirán, al menos, que haya un crack bursátil hoy o mañana, pero lo importante ahora es: ¿qué ocurrirá el día después? ¿cómo será el mundo el día siguiente que nos levantemos y veamos que las tasas de interés ya no están en cero por ciento?

Una idea de lo que puede ocurrir la mañana siguiente nos la da el comportamiento reciente de los bonos basura, o junk bonds. Los junk bonds se emitieron para financiar proyectos altamente riesgosos, en donde la tasa de retorno es o extremadamente baja o altamente incierta. Dichos proyectos florecieron en los últimos años por una sencilla razón: porque el costo de financiarlos era risible. Si las tasas de la Fed han estado por más de cinco años en cero por ciento, cualquier proyecto por rala que sea su rentabilidad, ha parecido una buena opción.

Los proyectos financiados en esas condiciones se cuentan por decenas de miles seguramente, y han sido financiados con junk bonds. Al prepararse las tasas para despegar esos bonos se están haciendo añicos, pues la probabilidad que los proyectos que han financiado no recuperen ni el monto para pagar el principal se ha incrementado.

El problema es que muchos países llamados emergentes son vistos financieramente en la categoría de junk bonds, aunque sus fundamentales puedan ser distintos: la mayoría de los países latinoamericanos, muchos del este de Europa, Rusia e, incluso, Brasil, ven cómo sus bonos, sus monedas y en general sus mercados son puestos en el mismo saco que los junk bonds y zangoloteados por los inversionistas globales.

No es el caso de México estrictamente, pues el país goza de una calificación de grado de inversión y no debe de ser visto como junk bonds, pero cuando la liquidez apremia y se huye del riesgo, incluso los activos y la moneda mexicana se comportan como esa clase de activos riesgosos que son los junk bonds y los mercados emergentes. Que el peso mexicano se haya hundido a nuevos mínimos históricos la semana pasada a pesar de los esfuerzos del Banxico es una muestra de lo anterior.

Así como el sector de junk bonds, mercados emergentes y similares sufrirán un declive inevitable, otros aspectos del mercado se robustecerán: para empezar la credibilidad de la Fed, quien lleva ya casi tres años previniendo un alza en sus tasas de interés, pero que ha sido compelida a hacerlo por la concreción de factores de riesgos tanto en el exterior como en los mismos Estados Unidos. Concretar al fin esta acción tan cacareada deberá de reconstruirle parte de la credibilidad mermada.

El otro sector será el bancario, que se alimenta del diferencial de tasas de interés y el cual, seguramente, verá incrementado sus ingresos al aumentar las tasas de sus créditos y sus márgenes de operación.

Pero una cosa es cierta: ésta será la primera alza de tasas de interés en más de nueve años y será la última en un buen rato. Y así lo deberá de decir de manera explícita la Fed en su comunicado si no quiere que los mercados se derritan. No creo que la salud de la economía global aguante una serie agresiva de incrementos en los réditos, y creo que la Fed debe de ser muy clara al respecto, de lo contrario la mera expectativa de una serie imparable de alzas dislocaría la economía global de nuevo obligándola a revertir el curso. Más aún, si las cosas no mejoran en el resto del mundo, la Fed quizá vuelva a tener que reducir sus tasas de nuevo antes de llegar a 1%, mostrando de nuevo que, como lo predijo Keynes hace casi 80 años: de una trampa de liquidez es muy difícil salir.

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