Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

23 Dic, 2015

Trineos

Hace 60 años surgió un nuevo cuento de Navidad. No es aún un clásico universal como el protagonizado por Ebenezer Scrooge de Charles Dickens o por el Grinch del Dr. Seuss, pero está inspirado en una historia real que hoy da pie a una singular interactividad cibernética.

Cada año, la prensa estadunidense se regodea con la leyenda en la que está basado el programa anual del Comando Norteamericano de Aerodefensa Espacial (NORAD, por sus siglas en inglés), que rastrea por satélite el recorrido global de Santa Claus en su trineo cada 24 de diciembre. Los niños podrán contemplar mañana la travesía en el sitio www.noradsanta.org, patrocinado esta vez por más de 60 firmas, entre ellas Microsoft, Verizon y Hewlett-Packard. En sintonía con los tiempos, el proyecto cuenta con aplicaciones para iOS y Android y seguimiento en Facebook, Twitter y YouTube.

El personaje central de la historia es Harry Wesley Shoup (1917-2009), coronel de la Fuerza Aérea estadunidense  que a los 38 años llegó a ser director de operaciones del Comando Continental de Defensa Aérea (CONAD, por sus siglas en inglés), cuya misión era alertar de un posible ataque nuclear soviético.

En su búnker en Colorado, Springs, el coronel Shoup tenía dos teléfonos, uno de ellos negro y el otro rojo. De este último, sólo él y un general de cuatro estrellas en el Pentágono sabían el número. Cualquier llamada que entrara debería indicar inequívocamente la inminencia de una agresión atómica.

El timbre sonó un día de diciembre de 1955. Pero del otro lado de la línea no había otro militar, sino una voz infantil que preguntó por Santa Claus. Shoup pensó que era una broma, hasta que oyó un llanto de decepción. Entonces entonó un “jo-jo-jo”, preguntó a aquella voz si se había portado bien durante el año y le pidió que lo comunicara con su mamá.

La señora le indicó que vio un anuncio de Sears publicado en un periódico local, en el que Santa Claus invitaba a los niños a comunicarse directamente a su línea privada. Por un error de imprenta, el número que apareció fue el del CONAD. Así, un teléfono que nunca sonaba comenzó a repiquetear incesantemente. El personal del comando tuvo que responder llamadas fingiendo ser Papá Noel o alguno de sus elfos ayudantes.

En la víspera de Navidad, cuando el coronel entró al búnker, encontró en un tablero el dibujo de un trineo con ocho renos sobre el Polo Norte, colocado por sus colaboradores como una broma en la que se sugería su posible localización. Eso le dio la idea de llamar a una radiodifusora para invitar a los niños a preguntar dónde estaba exactamente el señor de traje rojo. Ya después, aquella instancia militar instaló un teléfono exprofeso para informar los detalles del periplo.

Esta es la más reciente versión de la anécdota, rememorada por los tres hijos del coronel, Terri Van Keuren, Richard Shoup y Pamela Farrell, en un podcast publicado apenas anteayer en el portal de la organización civil StoryCorps. Una historia demasiado bella para ser verdad, se cuestiona a su vez el periodista Yoni Appelbaum en un amplio reportaje publicado casualmente este mismo lunes en el sitio web de la revista The Atlantic. Ahí se documenta que Santa Claus ya había sido utilizado para hacer amable la imagen del Pentágono desde la Segunda Guerra Mundial y justificar su utilidad  durante la Guerra Fría.

Shoup y sus familiares han elaborado con los años versiones más detalladas y contradictorias del suceso, que no coinciden con la versión oficial del NORAD. No está claro si la primera llamada la hizo un niño o una niña. Una nota periodística fechada el 1 de diciembre de 1955 en el periódico Pasadena Independent —y recuperada por el sitio Gizmodo—no menciona el anuncio de Sears, sino que un joven invirtió erróneamente dos dígitos al momento de marcar. Por cierto, no pudo tratarse de un “teléfono rojo”, tecnología diseñada para conectar exclusivamente a dos interlocutores y que, por lo tanto, no estaría disponible para el público ni por error. Para Appelbaum, toda esta fábula en realidad habría sido una brillante estrategia propagandística de Shoup para colocar a su comando en el radar de la opinión pública.

Desde hace 11 años, NORAD enfrenta la competencia de Google, que lanzó su propia versión del trineo de Santa. El objetivo es ver cuál entrega más regalos y cosecha más clicks.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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