Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

11 Ene, 2016

Lo que debería saber un secretario de Turismo

En México predomina la noción de que el turismo es una actividad superflua y coctelera, en donde la fiesta y la diversión son las actividades predominantes.

Sin embargo, también es una actividad extraordinariamente compleja en la cual la tecnología y las negociaciones altamente especializadas marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Así es que ahora nos encontramos, como ha sucedido en otras ocasiones, con ocho estados en donde se renovaron las gubernaturas, para no contar la elección especial en Colima y llegar este mes así a nueve.

Por si fuera poco vienen 13 elecciones estatales más este año y, por tanto, habrá una renovación para diciembre de los titulares del Ejecutivo en 21 estados del país.

La historia viene a cuento, pues ello significa que todos ellos tendrán que iniciar un proceso de aprendizaje, para cumplir con eficacia su trabajo turístico.

Lo peor del caso es que varios de esos presentes y futuros titulares del turismo serán personajes que estuvieron en las campañas ganadoras, aunque sus conocimientos turísticos sean sumamente limitados.

Un secretario de Turismo ideal debería conocer a fondo cómo funcionan los sistemas de reservaciones en el mundo, cómo hacer alianzas con los globalizadores y además saber cómo funciona la mercadotecnia turística.

Esto último incluye el diseño de las “marcas destinos” y la capacidad de desarrollar una estrategia digital que no se quede en sitios web inoperantes. También debería tener conocimientos serios sobre conectividad aérea y sobre la forma en que resulta proactivo negociar con las aerolíneas.

Además, debería saber cómo presentar proyectos viables al Consejo de Promoción Turística y proyectos ejecutivos a los bancos de desarrollo, que deriven en la obtención de financiamiento que es básico para las inversiones. Son poco los que tienen este perfil, así que en esta recta final del sexenio aquí está otro reto si se pretende avanzar más rápidamente.

DIVISADERO

Chapoperiodismo. “Qué cinismo”, posteó en Facebook John McCarthy, empresario turístico y exdirector general de Fonatur, “Sean Penn se reunió con El Chapo en octubre”.

Comentario que le valió varios likes y frases de apoyo.

Ciertamente, la entrevista al capo fue de preguntas generales y no un interrogatorio periodístico, con preguntas sustentadas en un trabajo serio de investigación. Sin embargo, es difícil negar el gran valor que tiene este asunto, pues permite conocer aspectos relevantes de un criminal que también ha comandado un imperio económico.

Los detalles de una larguísima crónica, en donde aparecen los hijos de El Chapo con relojes sofisticados que valen fortunas, miembros del Ejército que se “cuadran” ante el apellido Guzmán y el encuentro con el sinaloense son extraordinarios.

Como lo es la declaración de un hombre que reconoce tener submarinos, barcos y aviones para traficar con volúmenes inimaginables de drogas y que explica por qué con Chapo o sin Chapo, el negocio de la droga sería más o menos el mismo. Así es que seguramente Penn no sólo obtendrá diatribas por su hazaña, sino el reconocimiento por haber hecho uno de los trabajos periodísticos más relevantes de este año.

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