Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

4 Mar, 2016

200 semanas de emprendimiento/ 7 Lecciones

Si mis cuentas son correctas, esta es la columna número 200 dedicada al emprendimiento. Hace cuatro años nació Aprendiz de Brujo al iniciarme en el mundo de los nuevos negocios… ¡Cómo ha pasado el tiempo! Cuántas lecciones, cuántos momentos en que me he sentido en la cima del mundo y cuántos en la cloaca. Indudablemente ha sido un camino increíble y el poderlo compartir en este espacio lo ha hecho doblemente satisfactorio.

Lecciones han habido todos los días. Cada acción y cada reacción en el negocio, cada éxito y fracaso se puede leer como una experiencia de vida. Como he dicho en este espacio, para mí (y sospecho que para la gran mayoría de los emprendedores) es imposible separar realmente el negocio de mi vida. Es un mito que el amor es el amor y los negocios son los negocios. Todo es personal.

¿Cuáles son las lecciones más importantes de estos años? ¿Qué es lo que más he aprendido y me gustaría recalcar y volver a compartir para aquéllos que tienen un negocio propio, para aquéllos que lo están empezando y para aquéllos que están considerando hacerlo? Estas son las siete enseñanzas más importantes.

Primera (primera por su importancia): No todos podemos ser emprendedores.

Vivimos en un mundo y en un país en donde ser emprendedor está de moda. Nos venden el paquete de que todos podemos serlo, si tenemos una buena idea de negocios. Qué ser emprendedor es lo de hoy y el camino más fácil para el éxito. FALSO, FALSO, FALSO. Ser emprendedor es un camino extremadamente difícil y no todos tenemos el temple, el apoyo e, incluso, la suerte para llevarlo a cabo.

Ser emprendedor no es tener una buena idea o un buen producto, es tener miles de kilos de paciencia, horas de trabajo, dedicación sin límite y capacidad de frustración para poder pasar de la teoría a la práctica.

Segunda lección: No todos los emprendedores son iguales.

No hay recetas de cocina para ser un emprendedor ni para tener éxito. Esta frase podrá parecer redundante al ser escrita en una columna de consejos para emprendedores, pero es cierto. No todos los consejos que existen aplican para todos los emprendedores ni para todos los momentos. Cada empresa es un mundo, cada emprendedor también, tienes que oír consejos, pero con el sentido común para aplicarlos sólo si estás convencido. Nadie conoce tu negocio mejor que tú.

Tercera lección: Hay demasiado hype.

La moda del emprendimiento ha hecho que exista una industria completa para asesorar a emprendedores y ganar unos pesos en el camino. Mucho ojo. No pierdas el tiempo asistiendo a todos los eventos para emprendedores (¿el negocio quién lo va a atender?) y sé muy cauto y prudente a la hora de elegir asesores o comprar soluciones. Quien te venda la idea de que la clave del éxito de tu empresa es simple y “comprobada” (y te la vende por $9.99), te está mintiendo.

Cuarta lección: El negocio es lo primero.

Muchos emprendedores inician su negocio con la idea de a quién se lo van a vender o qué traje se van a poner el día del IPO. Craso error. Si quieres un negocio exitoso (que eventualmente atraiga dinero), ocúpate del core y no de estar persiguiendo inversionistas. Al dinero lo atraen negocios sólidos y bien pensados.

Quinta lección: Alas y raíces.

Dice el dicho que un negocio nuevo necesita de dos personas, una que sueñe y otra que la aterrice. Muchas veces esas dos personas están en el mismo cuerpo. De la misma manera que sueñas y haces planes y tienes ideas locas (que es, indudablemente, importante) le tienes que dedicar tiempo, trabajo y esfuerzo a atender los fundamentales aburridos del negocio. Los números financieros, los trámites legales, las relaciones personales.

Sexta lección: Tú eres tu activo más importante.

La máquina más importante de tu empresa eres tú. Si no estás funcionando al 100%, los resultados van a sufrir. Muchos emprendedores piensan que pueden vivir con dos horas de sueño cada noche y una dieta de Gansitos y fritanga. Esto es peligroso. Así como buscas dar el mejor mantenimiento a tus máquinas y a tus computadoras, tienes que mantenerte sano y en óptimo estado para poder rendir física y emocionalmente. Emprender es un trabajo duro para el cuerpo y la mente.

Séptima lección (y no por ser la séptima es la menos importante): It takes a Village to raise a child (Se necesita una aldea completa para criar a un niño). De la misma manera se necesita de una aldea completa para abrir un negocio. Todo emprendedor necesita un mecanismo de apoyo fuerte de su familia y amigos o de otros emprendedores. No lo menosprecies.

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