Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

5 Mar, 2016

Sobre la solidez de la banca y el crédito

Los dos temas son importantes en estas fechas cercanas a la Convención Bancaria. Sobre los dos indicadores, las líneas de comunicación más generales son favorables. El día de hoy voy a tratar de dar elementos para entender más a detalle la realidad sobre ambos.

Empezaré por la solvencia de la banca en México. Típicamente el indicador que utiliza es el índice de capitalización promedio del sector que a diciembre de 2015 se ubicaba ligeramente por encima de 15 por ciento.

Dado que el nivel del indicador es bueno lleva a que se argumente que hay solidez en nuestro sistema bancario. Sobre este indicador hago dos reflexiones importantes: la primera es que al ser un promedio también hay que entender cuántos bancos y qué tan alejados están por debajo del promedio; y la segunda es la persistencia de estos niveles de capitalización.

Sobre el primer punto un dato relevante es que todos los bancos se encuentran por encima de 12 por ciento. Hay nueve bancos que están entre 12 y 14%, entre los cuales se encuentran dos de los siete más grandes. Es decir, en el sistema hay instituciones que si bien, cumplen con los mínimos regulatorios no están en una situación tan holgada como la media de la industria.

Sobre el tema de la persistencia, los datos muestran que el sistema ha tenido indicadores de solvencia sólidos la última década. Este nivel de solvencia se ha vuelto una insignia de nuestro sistema financiero. El gran mérito de esta administración ha sido no sacrificar solvencia por un crecimiento excesivo del crédito.

Lo anterior da pie a comentar sobre la dinámica del índice de capitalización de la banca. El indicador aumenta si lo hace el capital y disminuye si aumentan los activos en riesgo. Si hay un balance entre el crecimiento del capital y los activos en riesgo se mantiene.

El crecimiento del capital proviene principalmente de las utilidades deducidas del pago de dividendos. El crecimiento de los activos en riesgo en buena medida se puede explicar por el crecimiento en el crédito al sector privado.

Los datos de evolución del financiamiento al sector privado por parte de la banca han mostrado una dinámica favorable los últimos años. El nivel de capitalización media del sistema nos indica que el sistema ha tenido capacidad de otorgamiento de crédito sin una baja considerable del indicador.

Para que se mantenga un proceso como el anterior de crecimiento del crédito y  que el nivel de capitalización no baje se requiere que la banca sea rentable.

Es decir, es muy importante y con un doble propósito que este sector tenga niveles de utilidades razonables: mantener la solvencia y dar una base sólida al crecimiento del crédito.

Los datos nos muestran que la rentabilidad media del sistema sobre el capital invertido durante 2015 fue de 12.49 por ciento. Este nivel de rentabilidad es bueno, pero no se le puede considerar excesivo.

Entre los bancos hay mucha heterogeneidad en los niveles de generación de utilidades. De hecho, los datos públicos muestran a siete bancos con pérdidas y otros más con utilidades menores.

Lo anterior nos puede llevar a un contexto en el que la dinámica de utilidades nos genere situaciones específicas con algunas instituciones. Lo que se aprecia es que serían eventos aislados y muy administrables. Esto no debe afectar una perspectiva global favorable. 

La conclusión más importante del análisis es que el sistema puede seguir creciendo el crédito sin deteriorar su indicador de solvencia.

*Director General del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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