Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

1 Jun, 2016

Gawker

El 24 de agosto, el bloguero británico Nick Denton cumplirá 50 años de vida, una celebración en la que las velitas de su pastel no serán sopladas solamente por él mismo, sino también por los fuertes vientos que su tempestuosa trayectoria desata.

Su nombre está en el ojo del huracán gracias a la guerra que Peter Thiel –cofundador de PayPal, inversionista en Facebook y simpatizante de Donald Trump– declaró contra Gawker, el emporio digital por el cual Denton ha sido acusado de practicar un periodismo sensacionalista.

Quizá suena algo exagerado calificar como “emporio” al conjunto de sitios informativos entre los que destacan Gizmodo, Kotaku, Deadspin y Jezebel. Pero lo cierto es que Denton está acostumbrado a que se le refiera con superlativos y comparaciones temerarias, como las que lo colocan como la nueva reencarnación del Ciudadano Kane.

En septiembre de 2010, The New York Magazine incluyó la semblanza de Denton en un reportaje sobre los personajes más poderosos de la Urbe de Hierro, que lo ubicó como una figura mediática no sólo heredera de, sino a la par de Rupert Murdoch (Fox News, The Wall Street Journal) y Anna Wintour (Vogue).

El texto firmado por Michel Idov refiere la niñez y juventud de Denton en el barrio londinense de Hampstead, donde se daba cita la intelectualidad liberal y adinerada de mediados del siglo XX. Ahí llegó su madre, Marika Marton, exiliada húngara que huyó de la invasión soviética, mujer de mente privilegiada que hablaba inglés, ruso, alemán y latín, quien se casó con Geoffrey Denton, uno de sus profesores mientras cursaba la carrera de economía.

Así, cultivado en un ambiente de refinamiento cosmopolita, Denton se inscribió en la universidad de Oxford y ejerció por primera vez el periodismo como editor en The Isis Magazine, la revista escolar por la que también pasaron el novelista Graham Greene y el cineasta Terry Jones, codeándose con compañeros de clase que con los años nutrirían la clase política laborista.

Ya en el campo profesional aprovechó que hablaba con fluidez la lengua húngara y trabajó como corresponsal del Financial Times, cubriendo la caída de los regímenes comunistas. A la vez exploró su vocación emprendedora en 1998 con la fundación de Moreover.com, un portal de monitoreo de noticias que antecedió a Google News.

Pero el verdadero objeto de su admiración era Estados Unidos, sobre todo Silicon Valley, cuya cultura empresarial idealizaba. Se fue a vivir a San Francisco, pero no le fue bien con la fundación de un par de startups. Náufrago en un Lejano Oeste hostil, se movió en el verano de 2002 a Nueva York, una ciudad más cercana a su sensibilidad europea. Ahí comenzó a planear un agregador de noticias que operara como blog, una suerte de diario en línea sobre música y vida nocturna.

Su destino cambió al conocer a Elizabeth Spiers, joven analista y autora de un sitio financiero, que lo cautivó con su sarcasmo y gusto por el chisme. En octubre de ese año ambos fundaron Gawker, el portal noticioso que se abocó a hurgar en la vida de las celebridades –artísticas y tecnológicas– con un estilo fresco y un tanto metiche, semejante al de los tabloides amarillistas ingleses.

Con el tiempo, Denton fue incurriendo en prácticas que lo alejaron del periodismo serio y lo acercaron más al de los paparazzis, ofreciendo dinero a cambio de pistas, imágenes o material comprometedor  (recuérdese el caso del prototipo de un iPhone 4 olvidado en un bar por un empleado de Apple, y por el cual Gizmodo pagó cinco mil dólares). Su concepto de interés informativo, resume NYM,  es el de que se vale hurgar en la vida privada de toda persona que tenga un perfil en Facebook.

En 2007, Gawker se ganó un fuerte enemigo en Peter Thiel al revelar que éste es gay. Ahora, el multimillonario inversionista se ha propuesto destruir al consorcio digital. El pasado 25 de mayo reveló a The New York Times que, como un acto de “filantropía”, financió diversas demandas legales de personajes afectados por las publicaciones de Gawker. Una de ellas fue la del luchador Hulk Hogan, quien acudió a los tribunales por la difusión –sin su consentimiento– de un video sexual en el que aparece, caso por el cual deberá ser indemnizado con 140 millones de dólares.

En una carta pública escrita a raíz de esta revelación, Denton califica a Thiel como villano de historieta. Uno capaz de tambalear su imperio y amargarle el pastel.

marco.gonsen@gimm.com.mx

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube