Europa falla en 2016, y falta voto del Brexit y España

El crecimiento en la región no termina de despegar y los riesgos de deflación tampoco se han eliminado.
Economía -
Foto: Thinkstock
Foto: Thinkstock

CIUDAD DE MÉXICO.

Al inicio del año, los mercados europeos parecían una buena apuesta para este 2016, mejor que Estados Unidos, Japón o los países emergentes. Ya en el 2015 les había ido un poco mejor que a otros mercados del mundo. El principal índice de referencia, el Stoxx Europe 600, ganó casi 8% en tanto que el S&P 500 se quedó casi en tablas, con un modesto avance de 0.9%, en tanto el MSCI de Asia Pacífico cedió 4.4% y el Bovespa se dejó 13%.

Y se pensaba que esa tendencia podía continuar durante 2016. La economía mostraba signos de recuperación, las expectativas para el crecimiento de los beneficios corporativos eran más favorables que en Estados Unidos, donde las utilidades estaban lastradas sobre todo por el sector energético y un ciclo de expansión económica más maduro y, sobre todo, las valuaciones eran más atractivas que en Wall Street, más en un contexto en el que se esperaba que el Banco Central Europeo (BCE) ampliara su política monetaria expansiva y que la Reserva Federal de Estados Unidos prosiguiera el proceso de normalización monetaria con subidas graduales en las tasas de referencia. En general, se tenía la perspectiva de que Wall Street, luego de haberse triplicado desde su punto más bajo desde marzo de 2009, había alcanzado un techo difícil de rebasar, en tanto que Europa, con ganancias más moderadas, tenía aún margen para seguir escalando.

Desencanto

Sin embargo, Europa ha vuelto a defraudar y la realidad es muy distinta. Estados Unidos, en efecto, parece que ha tocado techo pero al menos sigue pegado a él. Tras un inicio de año horrible, ha logrado levantarse y el S&P 500 acarició su máximo histórico la semana pasada, quedándose a un mero 0.5% de su récord. El Stoxx Europe 600, sin embargo, logró elevarse 15.5% desde su mínimo del año el 11 de febrero hasta el 20 de abril. Pero ahí se frenó su tendencia alcista y desde entonces se ha vuelto a deprimir, cerrando el viernes 5% por debajo del máximo de abril.

El viernes pasado fue otra sesión en la que se nos recordó que Europa no será este año el botín que se presumía, y sufrió una sangría mucho peor que la observada en otros rincones del planeta. El Stoxx Europe 600 perdió 2.44%, y le fue especialmente mal a las Bolsas del sur de Europa: la de Atenas se despeñó 4.18%, la de Milán 3.62% y el Ibex-35 de Madrid 3.18%. En el corazón de Europa, el Dax de Fráncfort se dejaba 2.52% y el Cac-40 de París 2.24%. Mejor le fue, pese al temor del Brexit, al FTSE-100 de Londres, con una baja de 1.86%. Entre los emergentes, el peor librado fue el Bovespa de Brasil (-3.32%). Con esos descalabros, el retroceso del S&P 500 (-0.92%), del Nikkei (-0.40%) o de la Bolsa Mexicana (-1.06%), quedan en un pequeño infortunio.

Enojo inversionista

Eso tiene enojado a los inversionistas que se han topado con varios asuntos que tienen a Europa de capa caída. Por supuesto está el tema de la migración, los naufragios en el Mediterráneo y las fronteras, uno de los ejes fundamentales del debate del Brexit. Pero además están las continuas crisis de Grecia y la falta de una solución definitiva que resuelva de una vez por todas su problema de deuda; la repetición de las elecciones en España ante la falta de acuerdo para formar gobierno; el referéndum del Brexit, con un escenario cada vez más palpable en el que los británicos voten a favor de salir de la Unión Europea; la incertidumbre con la Fed; y una política monetaria en la eurozona que ya está exhausta y que no ha ido acompañada de una política fiscal y unas reformas estructurales que complementaran los esfuerzos del Banco Central Europeo.

Sólo en Japón, donde la tasa de 10 años ya es negativa (-0.17%), la política monetaria está tan entrampada como en Europa, al límite ya de su efectividad. Dentro de Europa, aunque fuera de la Eurozona, está el caso particular de Suiza, donde existe la tasa negativa más baja del mundo (-0.5%). Pero Alemania parece que se dirige a ese mismo club: la tasa de 10 años concluyó el viernes en un nuevo mínimo histórico, en un nivel muy próximo de cero (0.019%) cuando a principios de año se cotizaba en torno a 0.6%. La tasa del “bund” alemán es resultado, en parte, del apetito que los capitales tienen por activos seguros, pero también se explica por la compra de bonos alemanes por parte del BCE y por una tasa negativa de la facilidad de depósito de -0.4%.

Sin embargo, esa política no ha pagado bien a Europa. Por un lado, y pese a la agresiva expansión monetaria, ni el crecimiento termina de despegar ni los riesgos de deflación terminan de eliminarse. Y no se ha logrado porque, dado que la inflación cae incluso más rápido que las tasas, la tasa de interés real, esto es, descontando la inflación, no logra reducirse a los niveles deseados para estimular el consumo y la inversión. Ese comportamiento refleja meridianamente bien los límites que enfrenta ya la política monetaria en Europa.

Bolsas pierden

Por otro lado, a las Bolsas se les ha atragantado esa estrategia. Si el crecimiento no es el deseado, tampoco lo es el comportamiento de los beneficios corporativos. Pero entre todos los sectores, el más dañado ha sido precisamente el bancario, que con tasas negativas ve como las ganancias derivadas del margen de intermediación (la diferencia entre los intereses cobrados por los préstamos y los intereses pagados por captar fondos) se van comprimiendo más y más. Sólo el viernes, el sector financiero se hundió 3.1%. En lo que llevamos de año, el rubro de banca del Stoxx Europe 600 se ha desplomado 23.5%. Entre los grandes bancos europeos, los suizos y los alemanes son los más castigados, precisamente donde existen las tasas más bajas: Credit Suisse se ha despeñado 41.3%, DeutscheBank 37.7%, Commerzbank 29.5% y UBS 24.7%.

Por tanto, la política monetaria expansiva de Europa, que era un argumento a favor de las Bolsas de la región este año, se ha convertido, en realidad en un azote, por lo que los rendimientos de sus principales índices bursátiles se han convertido en los peores del mundo. El Stoxx Europe 600 acumula una pérdida en el año de 9.0%, y entre los grandes índices, la Bolsa de Milán ha caído 20.1%, el Ibex-35 de Madrid 11.0%, el Dax de Fráncfort 8.5% y el Cac-40 de París 7.1%. Entre los peores índices, sólo se cuela el Nikkei de Tokio, otro país con tasas negativas (-12.8%) y el Shangai Composite (-17.3%) en plena crisis de China.

Lo malo es que este es un pésimo punto de partida justo ahora que llevan jornadas difíciles: el referéndum del Brexit se ha complicado y las encuestas cada vez parecen inclinarse más a favor de una salida de la Unión Europea; por otro lado, en España una coalición contraria a la disciplina del euro, Unidos Podemos, ha desbancado al Partido Socialista en las encuestas, y aunque no es muy probable que logre formar gobierno, sí puede obstaculizar y retrasar las medidas que Europa exige para preservar la disciplina fiscal. 

* Director de llamadinero.com y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM

Tips para tus finanzas personales directo en tu correo.
Al registrarme acepto los términos y condiciones

  TAGS

Taboola
Icono de te puede interesar de en dineroenimagen

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR