¿Hay tiempo para subir aún dos veces este año?; reunión de la Fed

En verdad ése es el principal conflicto de la Fed, el hecho de que el empleo y el PIB parecen estar nadando a contracorriente el uno del otro
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Foto: Thinkstock
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CIUDAD DE MÉXICO.- El dato de empleo de mayo fue el motivo principal por el que la Fed se abstuvo, ayer, de elevar el objetivo sobre los fondos federales, dejándolos en el actual rango de entre 0.25 y 0.50%. Así se infiere de la primera oración del comunicado, cuyo enunciado cambió de manera drástica: de decir que “las condiciones en el mercado laboral habían mejorado pese a que el crecimiento económico parecía haberse desacelerado” se pasó a reconocer que “el ritmo de mejora del mercado laboral se había frenado en tanto la actividad económica parecía haber repuntado”.

En verdad ése es el principal conflicto de la Fed, el hecho de que el empleo y el PIB parecen estar nadando a contracorriente el uno del otro. En el primer trimestre el empleo marchaba a todo tren, y se generaron en promedio 196,000 puestos de trabajo al mes. Pero la economía apenas se expandió 0.8% debido al menor dinamismo del consumo privado. Pero llegó abril y mayo y cambiaron las tornas: inesperadamente, el ritmo promedio de creación de empleo sufrió un parón y apenas se generaron 81,000 empleos al mes; en tanto el gasto de consumo se reactivó de manera brusca y dará un fuerte impulso al PIB durante el segundo trimestre. El consumo privado, según nuestras estimaciones con los números de mayo, podría aumentar entre 3 y 4% en el segundo trimestre, lo que significaría una expansión del PIB de entre 2.5 y 3.0%. Por tanto, el empleo fue la primera causa que dilapidó las expectativas de una subida en junio.   

Por supuesto, también hubo otro asunto que incomodó a la Fed, y fue la incertidumbre con el referéndum del Brexit, donde los ciudadanos británicos decidirán si  el Reino Unido permanece en la Unión Europea o no. Es esa incógnita, derivada de las últimas encuestas en las que los partidarios de salir de Europa llevan la delantera, la que ha devuelto algo de ansiedad, aversión al riesgo y volatilidad a los mercados globales, sobre todo a Europa. El comunicado no mencionó, explícitamente, este aspecto, pero sí lo dijo con todas sus letras Janet Yellen en su conferencia: el Brexit sí influyó en la decisión de la Fed de mantener las tasas sin cambio. Esta vez, la decisión de no mover tasas fue unánime.

Ahora bien, superada esta reunión, los ojos se van inmediatamente hacia la próxima convocatoria del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC por sus siglas en inglés) que tendrá lugar el 26 y 27 de julio. Pero tras la reunión de ayer, las expectativas de un alza en julio también están bastante muertas. La probabilidad incorporada por los futuros de los fondos federales se deprimió de 16% el martes a apenas 5.8% el miércoles. Respecto a la probabilidad de un aumento en lo que resta de año, también se han visto mermadas, al haber pasado de 48.9% el martes a 40.3% ayer.

La razón es que cada vez hay más funcionarios en el seno de la Fed que dudan que se pueda incrementar la tasa de los fondos federales más de una vez este año. En las proyecciones de marzo, la previsión de que sólo se produciría una subida de tasas en 2016 apenas contaba con un individuo. Pues bien, en la de junio ya conforma un pelotón de seis miembros.

PRESIONES

Ahora bien, todavía el grueso del pelotón, nueve individuos, estima que la Fed puede elevar las tasas de interés en dos ocasiones. Para eso, se tendría que producir un incremento de tasas en julio o septiembre, de modo que el mercado tuviera tiempo para digerirlo y poder anunciar otro aumento a final de año, en línea con su estrategia de gradualidad. ¿Por qué la Fed se resiste a dar marcha atrás y todavía cree en un escenario de dos subidas de tasas este año? ¿Qué elementos mirarán y qué tendría que pasar?

El primero, sin lugar a dudas, es el empleo. De aquí a la reunión de julio contaremos con otro reporte de empleo, el del mes de junio, que se publica el 8 de julio. ¿Servirá un solo dato para proveer la evidencia suficiente de que lo sucedido en mayo no fue más que un tropiezo y que el mercado laboral sigue creando empleos a un ritmo satisfactorio? Puede ser, pero tendrá que ser un número muy poderoso, de nuevo en el entorno de los 150,000 y 200,000 empleos, aderezada con revisiones al alza para los meses previos, sobre todo para mayo.  De ser así, la expectativa de un alza de tasas en julio podría volver a ser incorporada por el mercado y los propios funcionarios de la Fed, con sus declaraciones, se encargarían de telegrafiarlo hasta la reunión de final de mes con el objeto de que lo incorporen los inversionistas en las valuaciones de los activos.

El segundo elemento es el Brexit. El 23 de junio se celebrará el referéndum, lo que ya está provocando vaivenes en los mercados financieros globales. La probabilidad de una victoria de los partidarios de abandonar la Unión Europea se van acrecentando, según las últimas encuestas, y no se sabe cómo reaccionarían las variables financieras ante un acontecimiento así. Wall Street, es verdad, ha resistido mejor que el resto del mundo. En  los últimos cinco días, desde que se acentuó el desbarajuste del Brexit por el ruido de las encuestas, el S&P’s 500 ha cedido un 2.3%, nada que ver con el 6.5% que, en dólares, ha perdido el Stoxx Europe 600. La bolsa de Milán se ha derrumbado un 8.2%, el Ibex-35 de Madrid un 7.0% y el Dax de Fráncfort un 6.4%. El Ftse-100 de Londres, por su parte, se ha despeñado casi un 7.0%, y la libra esterlina se ha depreciado un 2.0%. ¿Aguantarán los mercados un Brexit, en caso de darse, o regresará la volatilidad?

El tercer elemento depende, en gran medida, de lo que suceda con el Brexit y cómo reaccionen los mercados. Se trata de lo que se ha venido llamando “el call de Yellen”. Este término se refiere a la intención de la Fed de contener las ganancias bursátiles. Pues bien, si pase lo que pase con el Brexit, Wall Street resiste y se mantiene cerca de su récord (o más aún si logra tocar nuevos máximos), la Fed tendría más motivos, para en julio, aumentar las tasas.

El cuarto elemento es el resto de la economía, reflejado en el PIB y la inflación. Pero aquí, y dado el repunte de la actividad que se espera para el segundo trimestre derivado de la vitalidad del consumo privado, y las incipientes presiones de precios derivados del aumento de las cotizaciones del crudo y de las alzas salariales, la Fed, más que obstáculos encuentra argumentos para subir las tasas.

El quinto elemento es el “conundrum”: la reciente aversión al riesgo y la expectativa de que la Fed no aumente tasas ha deprimido la tasa de 10 años a 1.57%, lo que representa un mínimo desde el año 2012. Ese comportamiento de la tasa hace que la política monetaria sea demasiado expansiva, y quizás la Fed se vea presionado para reajustar al alza la tasa de 10 años mediante un apretón monetario.

El sexto elemento es Donald Trump: en caso de que la carrera presidencial sea cerrada, nos tememos que la Fed pretenderá no mover tasas con el fin de que no sea percibido como una injerencia en el proceso electoral.

EXPECTATIVAS

Por tanto, no, no es fácil que la Fed suba en julio. Pero todavía existe algún resquicio. Se precisa, en esencia, un dato de empleo muy poderoso para el mes de junio, que Wall Street y los mercados globales logren preservar la estabilidad financiera, y que la Fed tenga el tiempo suficiente y la argucia necesaria para convencerlos. Veremos.

Director de llamadinero.com  y profesor
de la Facultad de  Economía de la UNAM

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