Hillary hace una gran concesión al proteccionismo

La principal ventaja para México ante un eventual triunfo de Hillary Clinton es que ella no es Donald Trump. Hoy las proyecciones ven un triunfo de Hillary por un amplio margen, debido a los desatinos del hombre de la cabellera exótica, incluso el estratega republicano Matt Mackowiak dice que con Trump el Partido Republicano está frente a un evento de extinción masiva, en referencia a que Hillary y los demócratas podrían arrasar en la elección, generando un cambio histórico. Mackowiak, que trabajó en la reelección Bush-Cheney en 2004, dice que no se puede ocultar el pánico que hay en el Partido Republicano ante la trayectoria que está teniendo la campaña Trump-Pence y considera que deberían concentrarse en Ohio, Pensilvania, Carolina del Norte y Florida, y luego tratar de ganar, si da tiempo, Utah, Georgia y Arizona, lo que dejaría un total de 278 votos en el colegio electoral a favor de Trump y 260 a favor de Hillary. No obstante, el reputado sitio FiveThirtyEight plantea un escenario en el que Hillary obtendría 375 votos electorales frente a 163 de Trump, lo cual sería una aplanadora; en otro escenario observan que Hillary podría lograr 471 votos del colegio electoral frente a 61 de Trump, lo cual llevaría a los republicanos al borde de la extinción y podría dar lugar a un cambio en el régimen de partidos de Estados Unidos.

Múltiples escenarios de distintos entes de análisis inclinan la balanza a favor del triunfo de Hillary Clinton en noviembre, por lo que necesitamos dimensionar cuáles son las posturas de la candidata demócrata en materia de comercio y economía. En la semana que termina, Hillary plasmó su propuesta económica en un discurso que realizó en Michigan. El discurso destacó porque adoptó posturas con las que busca congraciarse con Bernie Sanders y que en algunos fragmentos es similar a algunas posturas de Trump, como cuando menciona que se opondrá a cualquier acuerdo que afecte puestos de trabajo o disminuya los salarios, incluyendo el El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP) y puntualizó: “Me opongo hoy y me opondré después de la elección y me opondré como presidenta”.

Es de llamar la atención que la probable próxima presidenta de Estados Unidos, que ha capitalizado el prestigio de la administración Obama, rechace el TPP, que es la piedra angular del legado económico internacional del actual Presidente. El rechazo de Hillary al TPP debe ser entendido al calor de la campaña y, seguramente, es un asunto incluso pactado con Barack Obama en el cálculo de captar votantes de Sanders y Trump, pero también es una gran concesión a la agenda proteccionista y plantea serias cuarteaduras al largo trabajo de negociación que comenzó en 2008 entre los 12 países que lo conforman y que son la Unión Americana, México, Canadá, Japón, Australia, Malasia, Perú, Chile, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam y Brunéi.

El motor del TPP fue generar una zona de contención de cara a la expansión económica de China. El objetivo es que la nación asiática, eventualmente, se una al TPP y actúe de conformidad a las reglas previamente definidas. Aunque China no se una al Acuerdo, el TPP se convierte en una referencia para las naciones de la zona de influencia geográfica del país asiático. Aunque el Acuerdo tiene componentes controvertidos como el vencimiento de patentes en medicinas o  el no haber avanzado suficiente en requerir garantías a los derechos y condiciones laborales de los trabajadores. La promesa de campaña de Hillary deja en la incertidumbre a los países firmantes y amenaza con tirar por la borda el legado de Obama, y aunque las declaraciones se dan al calor de la campaña, hay que recordar que al calor de las elecciones de reelección, el primer ministro británico David Cameron prometió someter a referéndum el Brexit y el resultado es de todos conocido. La tentación populista electorera puede tener consecuencias insospechadas para México, el proteccionismo de Hillary no es una buena noticia.