David Páramo

Análisis superior

David Páramo

31 Oct, 2016

La deuda, el trauma

Cuando el secretario de Hacienda habla sobre los temas que le preocupan destaca no únicamente la deuda del gobierno federal, sino también los requerimientos de financiamiento del sector público.

A renglón seguido, José Antonio Meade no únicamente destaca las razones por las que el endeudamiento ha crecido de 33 a 47% del PIB y que llegará a su punto máximo el próximo año en 50.6% del PIB, sino las medidas que se han tomado para estabilizarlo y que comience a disminuir de manera sostenida.

Para este momento los que siguen pensando que el Presidente (cualquiera que sea) se despierta viendo cómo joder a México creen que el incremento de la deuda tiene que ver con la incapacidad del gobierno de Enrique Peña Nieto, citan de una manera desinformada los reportes de las ciclotímicas calificadoras de valores y algunos están convencidos de que el país terminará, si no es que ya está, en un problema de deuda como los que este país vivió en las décadas de los ochenta y noventa.

Las deudas, eso se debe saber desde las finanzas personales, no son relevantes en cuanto al monto sino a la capacidad de pago. En la década de los ochenta no se tenía posibilidad de pagar deuda, que era del 35% del PIB, ahora hay capacidad sobrada para hacerlo a pesar de que tocará un máximo en 50% del producto.

Tradicionalmente se dice que una deuda del 90% del PIB implica problemas, pero otra vez son las posibilidades de pago. La deuda de EU es de 105% de su PIB y absolutamente nadie en el mundo cree que está en crisis. 

RAZONES

Después de la crisis financiera internacional de 2008-9, el gobierno tomó una serie de acciones contracíclicas que evitaron que el impacto en la economía mexicana fuera mayor.

En 2009, el PIB de México decreció 4.7% a tasa anual, con lo que el promedio de la administración de Felipe Calderón tuvo un promedio sexenal de 2.1%, inferior al 2.15% de Vicente Fox y por debajo del promedio de los últimos 36 años de 2.4% anual. Si se mantiene la tendencia, este gobierno terminará con un promedio anual similar al de los dos sexenios del PAN, algo en el rango entre 2 y 2.2% de tasa anual.

Aquí vale la pena hacer un paréntesis. Desde finales de la década de los noventa, se ha conjuntado un gran equipo de funcionarios públicos en todos los niveles de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México (que, incluso, se ha expandido a otras áreas del gobierno) que han hecho un trabajo de excelencia en el manejo de la economía.

Se trata de servidores públicos de carrera, quienes no están interesados en la política partidista (no quieren ser gobernadores de su estado) sino en el buen manejo de la economía. Sin duda, los pilares de lo que se ha dado en llamar el equipo hacendario son Meade y Agustín Carstens.

La existencia de este equipo manda por los suelos la creencia de que “llegó Peña y descompuso la economía”, como dicen algunos panistas despistados.

Ante el agotamiento de los programas de apoyo y la decisión de aumentar impuestos, crear nuevos o disminuir beneficios fiscales tras la Reforma Hacendaria, que ha sido especialmente buena para aumentar la recaudación, se tomó la decisión de aumentar los niveles de endeudamiento en un entorno que las tasas se encontraban en niveles históricamente bajos.

El probable aumento de las tasas de interés internacionales no tendrá gran impacto en la deuda mexicana, puesto que la mayoría se encuentra a tasa fija y denominada en pesos.

La velocidad con la que estaba creciendo la deuda y, en particular, los requerimientos financieros del sector público (básicamente los lastres de Pemex y CFE, así como fondos de pensiones estatales) implicó la necesidad de tomar medidas.

En la entrega del informe de las finanzas públicas al cierre del tercer trimestre, la Secretaría de Hacienda deja claro que se ha registrado un inicio de disminución en el endeudamiento del gobierno federal y, mucho más importante, que se logró que los legisladores no descarrilaran el paquete económico para el año próximo a pesar de su ocurrencia de sacarse de la manga un incremento en los ingreso de poco más de 53 mil millones de pesos.

Es un hecho indiscutible, desde el punto de vista de la razón, que haber incrementado la deuda era la mejor opción, tomando en consideración el entorno y las diferentes alternativas, sin embargo, también es un hecho que la tendencia era excesiva y que se han venido tomando medidas dentro del gobierno y en el paquete económico no sólo para estabilizarla, sino para que comience a disminuir de manera paulatina.

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