David Páramo

Análisis superior

David Páramo

11 Nov, 2016

Principio de arreglo

El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, anunció un principio de acuerdo entre el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión.

En 2009 se determinó que los concesionarios de radio tendrían que pagar mediante una fórmula determinada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. La malograda Cofetel determinó, indebidamente, que el pago se hiciera en anualidades lo que, simple y sencillamente resulta inaceptable.

En estos momentos unas 500 estaciones de radio en todo el país están esperando que les llegue la notificación de la autoridad para refrendar sus concesiones y tengan que pagar.

El IFT determinó que el pago por la renovación de las concesiones sería único por el plazo. El 60% de las estaciones tiene que pagar menos de dos millones de pesos por concesiones a 20 años, es decir, un pago anual de unos 100 mil pesos.

Ayer mismo el presidente de la CIRT, Édgar Pereda, dejó claro que los radiodifusores están dispuestos a pagar y bajo la fórmula que estableció la autoridad, pero que desean que se revisen los valores.

Atrás de esta obligación de pago hay un malestar del gremio por el costo asociado a la operación ya que este gremio, como todos los mexicanos, debe pagar impuestos sino atender, como se hace puntualmente, los tiempos oficiales que disminuyen la posibilidad de comercialización de espacios. Para algunos esta carga que podría definirse como impositiva supera 52% de su ingreso.

A otros les preocupa que tengan que pagar concesiones a 20 años cuando no saben si el negocio seguirá dando, ya sea por cuestiones de mercado o por diversos desarrollos tecnológicos.

Se ha llegado a poner sobre la mesa la posibilidad de que se dieran concesiones a cinco años, pero esto implicaría problemas toda vez que no se podrían hacer adecuadas planeaciones de negocios y amortización de inversiones.

En este orden de cosas el Presidente anunció que habrá créditos preferenciales para que los radiodifusores cumplan con esta obligación mediante un mecanismo diseñado por la Secretaría de Hacienda.

Nacional Financiera dará créditos para las grandes empresas de hasta 15 millones de pesos. Para las emisoras pequeñas que estén en comunidades de menos de 500 mil habitantes Financiera Nacional de Desarrollo dará créditos de hasta 2.5 millones de pesos a tasas preferenciales.

Este ofrecimiento del Presidente plantea un punto medio entre las posiciones, puesto que respeta lo establecido con la ley y operado por el IFT; sin embargo, no daña a los radiodifusores puesto que les da un financiamiento cuya garantía es la propia concesión y, por lo tanto, es accesible, especialmente para los micro y pequeños miembros de la CIRT.

Con este avance anunciado por Peña Nieto se da un paso verdaderamente importante para llegar a un acuerdo entre el gremio y la autoridad reguladora.

LA MEJOR REFORMA

En reiteradas ocasiones he escrito en este espacio que de todas las reformas estructurales la que más rápidamente ha tenido un impacto positivo para la población es la de telecomunicaciones.

El precio de los servicios de telefonía fija y móvil se ha desplomado no sólo por la desaparición de la larga distancia, sino por una creciente competencia entre los operadores. La penetración de internet ha crecido 74% a partir de la reforma con lo que cada vez más mexicanos tienen acceso a más y mejores contenidos.

Ayer mismo el Presidente de la República destacó el inicio de operaciones de Imagen Televisión. Esta empresa ya es, sin lugar a ninguna duda, un serio competidor, pues ha venido cumpliendo con ser un maverick dentro del pujante negocio de la televisión abierta.

RED COMPARTIDA

Llama la atención que el jefe del Ejecutivo hizo una defensa puntual de la red compartida, licitación que se encuentra en proceso, como una herramienta fundamental. Lo definió como la ampliación de una carretera en la cual los mexicanos tendrán acceso a mejores condiciones de internet en términos de calidad y precio.

VOLATILIDAD

Luego de que Donald Trump ganó la elección presidencial en Estados Unidos, como lo pronostiqué desde marzo, es lógico que se presenten muy profundos periodos de volatilidad e incertidumbre en los mercados.

No faltan aquellos quienes sientan pánico o crean que la crisis económica (esa que algunos han deseado desde el inicio de esta administración) ahora sí va a estallar. Sin embargo, la gran pregunta determina si se trastocaron los fundamentos de la economía nacional o si se ha vencido el blindaje: Enfáticamente la respuesta es no. 

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