David Páramo

Análisis superior

David Páramo

21 Nov, 2016

Aguas turbulentas

Agustín Carstens es como un capitán de barco, cuya presencia hace sentir tranquilos tanto a su tripulación como a los pasajeros por más turbulentas que hayan sido y se mantengan las aguas financieras internacionales.

El viernes lo entrevisté para Imagen Televisión (la entrevista completa puede verla en la página del canal) y, ciertamente, hablé con un hombre muy atareado, pero que en todo momento se percibe tranquilo, cómodo y optimista de la situación de la economía.

No es de esas personas que dicte cátedra o que esté preocupado en hablar para la posteridad, se trata de una persona muy didáctica y con gran capacidad para hacerse entender, por más complejos que sean los temas.

Ciertamente, el gobernador del Banco de México no está preocupado por el nivel de tipo de cambio, sino ocupado en que este precio de la economía no se traslade a los precios. Destaca que durante 17 meses la inflación se mantuvo por debajo de 3%, la meta de largo plazo, y que prácticamente durante dos años ha estado en esa franja.

Y recuerda temas fundamentales que son ignorados por gran parte de la población: sólo 13% de los productos que se consideran para medir la inflación están ligados directamente al dólar.

Sin embargo, habla del peligro que representa la inflación, recordando la década de los ochenta y las preocupaciones de las amas de casa, quienes se angustiaban para saber si podrían comprar los bienes a la quincena siguiente o si podrían encontrarlos en los establecimientos.

Bromea diciendo que, en principio, está de acuerdo si el tipo de cambio se va a la Luna, siempre y cuando no afecte a la inflación.

TASAS DE INTERÉS

Sin entrar en grandes disquisiciones, Carstens plantea cuál es el escenario en materia de tasas de interés. Para muchos, resulta evidente que en su reunión de diciembre la Fed incremente su tasa de fondeo y que en la reunión de la Junta de Gobierno que tendrá el Banco de México dos días después, haga un movimiento similar.

Al gobernador del instituto central le parce muy importante recordar que México es el país que más ha subido la tasa de referencia, 200 puntos base en el año, por lo que quizá no sea necesario realizar ningún incremento adicional el mes próximo. Todo dependerá de las condiciones de la economía.

En cuanto al impacto de las tasas de interés para los créditos, Carstens recuerda que cuando se llevaron a su menor nivel, 3%, las instituciones de crédito no necesariamente las disminuyeron tanto y que, por lo tanto, existe un importante colchón para que no las incremente. Recuerda que muchos de los créditos en México se otorgan a tasa fija y que, por lo tanto, no se ven afectados.

NO TEME A TRUMP

Sobre el impacto de Donald Trump en la economía, el gobernador del Banco de México espera, desea, que se vaya atemperando. Días antes de las elecciones llegó a decir que era un huracán categoría cinco y ahora ya no lo es.

Asegura que no es lo mismo lo que se dice al fragor de la campaña política que lo que hace un gobernante, así que se muestra confiado en que muchos de los temas vayan siendo mucho menos complicados a la forma en la que fueron planteados durante el proceso electoral.

Sobre el impacto en las remesas, Carstens se fundamenta en razones económicas. Señala que el Presidente electo de Estados Unidos está planteando uno de los más grandes programas de infraestructura y desarrollo en la historia de Estados Unidos, para lo que requerirá una gran cantidad de mano de obra, pero que la población de aquel país está envejeciendo. En ningún momento lo dice, pero fácilmente se puede suponer que refiere que necesitarán mano de obra mexicana.

DOCTOR TRANQUILIDAD

La presencia de Carstens es, a no dudar, tranquilizadora en momentos clave de la historia económica reciente del país. En aquel turbulento 2006, cuando aceptó la invitación de los tres principales candidatos a la Presidencia de la República para dejar el FMI y venir al país como secretario de Hacienda, lo que permitió que, a pesar de lo cerrado de la contienda, la economía no se viera vulnerada.

En estos dos años de caída del precio del petróleo, volatilidad e incertidumbre, que se mantendrán por lo menos hasta que se vean las acciones de Trump, es bueno saber que el Banco de México está en las manos firmes de uno de los mejores banqueros centrales del mundo.

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