Banxico vuelve a las andadas

Desde su mínimo del 19 de enero, el peso se ha fortalecido más de 17% y ha regresado prácticamente a los niveles previos a la victoria de Trump de noviembre del año pasado

Economía -
Desde su mínimo del 19 de enero, el peso se ha fortalecido más de 17% y ha regresado prácticamente a los niveles previos a la victoria de Trump de noviembre del año pasado. Foto: Especial
Desde su mínimo del 19 de enero, el peso se ha fortalecido más de 17% y ha regresado prácticamente a los niveles previos a la victoria de Trump de noviembre del año pasado. Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.- Banco de México (Banxico), después de un año de fuertes convulsiones en el peso mexicano, vuelve a las andadas. Con esto queremos decir que tras un año en el que el desplome del peso mexicano ha forzado a Banxico a incrementar las tasas de interés de manera violenta con el objetivo de domeñarlo y aplacar su impacto inflacionario, el peso ha regresado a la calma y da espacio para que de aquí en adelante Banxico adopte un papel más pasivo: el de seguir, simplemente, los pasos que dé la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

Ésa era la estrategia inicial, antes de que todo se torciera. Con ese plan, Banxico pretendía que el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos se preservara y el peso conservara su estabilidad contra el dólar. Pero Trump echó por tierra esa táctica. Entre la caída del precio del petróleo a principios de 2016 y el escenario de que Trump pudiera ganar la presidencia, como al final sucedió, la percepción de riesgo de México se deterioró, los capitales huyeron y Banxico tuvo que acelerar el ritmo de subida de tasas con el fin de detener la fuga y estabilizar el peso. En consecuencia, el diferencial entre la tasa de 2 años de México y la de Estados Unidos se amplió de cerca de los 3 puntos porcentuales (pp) a principios de 2016 para tocar un máximo de 5.88 pp en enero de 2017, niveles en los que se ha mantenido. Ayer, dicho diferencial se ubicaba en torno a los 5.67 pp.

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META CUMPLIDA

El mayor premio que paga México respecto a Estados Unidos es que ha logrado su objetivo: estabilizar al peso. Desde su mínimo del 19 de enero, el peso se ha fortalecido más de 17% y ha regresado prácticamente a los niveles previos a la victoria de Trump de noviembre del año pasado. El saldo del peso respecto a la última reunión de Banxico del 30 de marzo es de tablas. Es cierto que en medio hubo algo de volatilidad, pero la buena noticia es que esta vez esos vaivenes no se debieron a Trump, sino que respondió a las fuertes oscilaciones del precio del barril del petróleo. Por tanto, parece ser que Trump ha quedado en un segundo plano y ya no reacciona tanto a sus veleidades, sino que responde de nuevo a las variables fundamentales: el petróleo, la política monetaria de la Fed, los esfuerzos de consolidación fiscal, el crecimiento económico, la inflación, y demás.

Por tanto, una vez restablecido el orden en el mercado de divisas, Banxico puede regresar a los antiguos planes, esto es, limitarse a seguir los movimientos de tasas de la Fed. Claro que tendrá que estar en guardia. Nadie nos asegura, tal y como están las cosas, que no regresará la volatilidad sobre el peso mexicano. Trump puede volver a cargar contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque cada vez parece más improbable. Más creíble es que, con Trump entrampado en una ciénaga de escándalos, los inversionistas constaten que sus promesas económicas, ésas que provocaron un fabuloso rally en Wall Street tras su victoria, nunca llegarán a materializarse y, una vez desengañados, salgan despavoridos de los activos de riesgo y regresen a las inversiones seguras: los bonos del Tesoro, los metales preciosos y el yen.

Algo así sucedió ayer, aunque no sabemos si fue cosa de un solo día o el inicio de una nueva tendencia. El escándalo de Rusia en sus múltiples aristas está opacando todo su programa económico: ya no se habla del crecimiento y el empleo, ni del TLCAN, ni de sus planes de infraestructura, ni del recorte de impuestos, ni de la desregulación de la banca. Los temas ahora son el despido del director del FBI, James Comey; de cómo le presionó para exigirle lealtad y dar por cerradas las investigaciones sobre Michael Flynn, el destituido consejero de Seguridad Nacional y principal sospechoso de los nexos de la Casas Blanca con Rusia; o si Trump reveló información sensible sobre seguridad nacional a altos funcionarios rusos.  Pues bien, con Trump enmarañado en todos esos asuntos turbulentos, Wall Street sufrió un serio descalabro ayer con una caída del S&P 500 de 1.8%, algo que se sintió en el resto de bolsas globales. En medio de la masacre bursátil, los capitales buscaron resguardo en los bonos del Tesoro, cuya tasa de 10 años se hundió 11 pb a 2.22%, al oro (+1.8%) y al yen (+1.9%).

Por tanto, Banxico tiene que seguir en guardia. Pero entre tanto, tiene espacio para dar una tregua al ciclo de subida de tasas y dar un poco de aire a la economía. Por eso es de prever que en la reunión de hoy se decante por dejar las tasas sin cambios en su actual nivel de 6.5%. Ése es el pronóstico de llamadinero.com y del consenso  del mercado. Aun así, hay una notoria división de opiniones: de los 29 participantes en la encuesta de Bloomberg, 11 de ellos, esto es, 38%, estima que Banxico podría incrementar hoy las tasas en 25 pbs para llevarlas a 6.75%.

Nuestra previsión, sin embargo, es que Banxico, sin la urgencia ya de estabilizar al peso, espere a la reunión del 22 de junio para dar un nuevo apretón monetario. Y eso significaría regresar al “modus operandi” de antaño: reaccionar, en esencia, a los movimientos de la Fed. Previo a la junta de Banxico, la Fed también tendrá su propia reunión del 14 de junio, y los mercados asignan una probabilidad muy alta, de más de 80%, a un aumento de tasas de 25 pb para llevar los fondos federales a un nuevo rango de entre 1 y 1.25%. Banxico, entonces, respondería con otra alza similar. ¿Por qué, entonces, anticiparse con un aumento hoy? Y si la Fed, finalmente, da marcha atrás y no sube en junio, ¿para qué seguir ampliando el diferencial de tasas de interés y seguir dañando al crecimiento? Lo mejor, hoy por hoy, es esperar.

PRECIOS

Y alguien puede decir: ¿Y la inflación? ¿Acaso no subió en abril, de nuevo, por encima de lo esperado? Y sí, es verdad. En abril, la tasa anual de la inflación general brincó a 5.82%, por encima de lo augurado por el consenso (5.75%). Sin embargo, su mal comportamiento se debió, fundamentalmente, a los agropecuarios. La inflación subyacente, sin embargo, se atenuó. Y eso fue especialmente cierto durante la segunda quincena: en ese período, la tasa quincenal de la subyacente aumentó 0.08%, la tasa más baja de este año. Eso permitió que la tasa anual del índice subyacente se desacelerara a 4.68% comparado con 4.76% en la primera. Por tanto, ahora que hay margen y luego de la agresiva política de restricción monetaria llevada a cabo desde 2016, lo mejor es no hacer nada hoy y aguardar a la Fed.

*Director de llamadinero.com y profesor
de la Facultad de Economía de la UNAM

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