David Páramo

Análisis superior

David Páramo

10 Jul, 2017

No está roto

Cuando se hizo la Reforma Constitucional a las Telecomunicaciones y la Competencia Económica se crearon dos instituciones: La Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Telecomunicaciones.

Ambos se formaron de las cenizas de dos instituciones que no habían funcionado correctamente. La Comisión Federal de Competencia y la Comisión Federal de Telecomunicaciones. Dos organismos incapaces de tener buenos resultados, en buena medida por las actitudes protagónicas de sus presidentes, quienes creían que el cargo era una suerte de feudo en el cual podrían hacer justamente todo lo que les diera la gana. En el caso de la Cofetel, el asunto era mucho más grave porque algunos de sus funcionarios estaban muy lejos de su función y se perdían entre la extrema frivolidad y no pocas veces estuvieron capturados por los intereses de algunos de los regulados.

Así, dentro del Pacto por México (con la participación de todos los partidos políticos y su voto favorable en el Congreso de la Unión) se diseñaron dos nuevas instituciones con mucho mayores herramientas jurídicas para cumplir con su trabajo. Además, se eligió a sus miembros con base en un proceso de selección no únicamente innovador para atraer a los mejores talentos, sino para premiar el mérito profesional.

Banco de México e Inegi hicieron exámenes de competencia y capacidad profesional. De entre los mejores calificados, el Presidente de la República propuso al Congreso los perfiles de aquellos quienes parecían los mejores y que ellos determinaran quiénes deberían ocupar los cargos y durante cuánto tiempo.

EQUIVOCACIÓN

Si bien es cierto que los periodos de los presidentes de ambos organismos deberían terminar en septiembre, con la posibilidad de reelegirse para un periodo adicional, el Senado de la República ha tomado una posición difícil de comprender desde el punto de vista de los hechos concretos, quizá haya una lectura política tan perversa como equivocada sobre lo que ha pasado en ambas instituciones.

Alejandra Palacios fue reelecta ya desde hace algunos meses para quedarse por un periodo adicional como presidente de la Cofece de cuatro años más. Hasta el momento, no se ha tomado ninguna determinación sobre la continuación o no de Gabriel Contreras como presidente del IFT.

COMPARACIÓN

Si atendemos al espíritu del legislador, la idea era crear organismos autónomos e independientes, que fueran valorados con base en las acciones en favor de los consumidores y la competencia económica.

El equipo de Palacios absolutamente no tiene nada bueno que decir al respecto. Las acciones que han tomado no han beneficiado directamente a los consumidores y, básicamente, podrían ser vistas como actos de relumbrón para impresionar a la tribuna. Como esos jugadores de futbol, que hacen túneles y sombreritos a medio campo, pero inmediatamente después pierden la pelota y su equipo resulta derrotado, eso sí, con muchas jugadas hermosas que no terminan en goles.

La multa a cuatro afores y 11 personas fue una resolución engañabobos, puesto que se trata de una práctica que ya había desaparecido, porque la Consar le dio carta de naturalización con medidas equivocadas.

La más reciente resolución sobre los slots del AICM atiende la situación que existía en 2014, es decir, no considera los cambios que se han registrado en el sector durante prácticamente tres años.

La lista podría seguir casi hasta el infinito sin que se encuentre una sola determinación de la Cofece que haya beneficiado a los consumidores. Básicamente, lo que han entregado es un catálogo de acciones que parecen muy efectivas y valientes sin que, ninguna de ellas, sirva para mejorar las condiciones de vida en el país.

El IFT, por el contrario, ha tomado acciones que han permitido un desplome en los precios de las telecomunicaciones en los primeros cuatro años de la reforma, un crecimiento sostenido de la competencia en el sector no sólo por el desarrollo de mejores mercados de competencia, sino además la entrada de nuevos competidores quienes, un día sí y otro también, toman decisiones de negocios que benefician a los consumidores.

De hecho, las telecomunicaciones y la radiodifusión se han convertido en dos pilares en la atracción de nuevas inversiones; sin embargo, hasta el momento, no se ha decidido la ratificación para un periodo adicional de Contreras.

En realidad, el mensaje que dejan estas acciones es verdaderamente preocupante. Los legisladores son fanáticos de las acciones de relumbrón, esas que apantallan a los villamelones, o en realidad realmente no quieren que cambien las cosas.

El riesgo que deberían asumir si toman la decisión de no mantener a Contreras, eventualmente descompondría a uno de los organismos que mejor han funcionado durante esta administración, puesto que está probado que más allá del perfil, se requiere un intangible que haga funcionar bien a un organismo.

Los legisladores deben recordar que no deben descomponer algo que está funcionando.

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