Ley Fintech: ¿camisa de fuerza?

A unos días para que el presidente Enrique Peña envíe a la Cámara de Senadores (eso parece) la Iniciativa de Ley para Regular a las Instituciones de Tecnología Financiera (le conocen como Fintech, resulta clave el entender la forma en que interactuaron, a lo largo de muchos meses, reguladores con criterios no tan afines.

Le comenté que el trabajo final fue coordinado por Roberto del Cueto, subgobernador del Banco de México y la subsecretaria de Hacienda y Crédito Público, Vanessa Rubio, y aunque para los integrantes de la Asociación de Bancos de México, que preside Marcos Martínez, la mayor preocupación que tenían era la de las monedas virtuales, lo cierto es que ahora lo que preocupa es la “camisa de fuerza” que se pone a la banca para innovar y mejorar la penetración de los pagos electrónicos.

Su objetivo es otorgar un espacio o marco regulatorio para que la innovación, a través de tecnologías aplicadas en los servicios financieros, se desarrolle y florezca para aumentar el nivel de inclusión y mejorar la competencia en el sistema financiero mexicano. Se supone que esta ley regulará a las Instituciones de Tecnología Financiera (ITF), nuevos actores no regulados, para que puedan desarrollar sus innovaciones en condiciones iguales a las de las entidades financieras reguladas (bancos y no bancos).

Pero en la ley, a las entidades financieras reguladas, no se les dan las mismas condiciones que las ITF y en mi opinión, pareciera que se establecen camisas de fuerza que justamente podrían limitar su objetivo y reducir su alcance.

Las ITF que se autorizarán serán de dos tipos (las de financiamiento colectivo o plataformas de crowdfunding y, las de fondos de pago electrónico donde entran las criptomonedas o e-money).  A ambas será la CNBV la que autorice y supervise, previo acuerdo con el Comité de Instituciones de Tecnología Financiera integrado por autoridades de la SHCP, de la CNBV y del Banco de México, que opera la Caja Regulatoria.

Se supone que las criptomonedas, tipo bitcoin, serán activos financieros operados por las instituciones de fondos de pago electrónico, que son los que realizarán servicios de emisión, administración, redención y transmisión del e-money. Éstos (bitcoin) se deberán entender como fondos de pago electrónico al valor monetario emitido a la par contra la recepción de moneda de curso legal, que servirá para hacer pagos y transferencias –siempre autorizadas por Banco de México por montos específicos, y las ITF pueden tener estos activos virtuales, siempre que tengan un valor digital verificable y dado que no se encuentran emitidos ni respaldados por un banco central o entidad financiera, no son moneda y no tienen curso legal.

Podrán comprarse y venderse en territorio nacional, quedan sujetos para su compra y venta a la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita.

Y los bancos, ¿por qué no pueden usar el Fintech? Pueden comprar, pero no operar porque se sujetan a toda la regulación y las empresas Fintech no, a pesar de que tendrían acceso a las redes de medios de disposición para realizará operaciones con activos virtuales.

Conclusión: me parece que por regular a las Fintech, le están metiendo una camisa de fuerza innecesaria a la innovación en el sistema de intermediarios regulados, sean bancos o no.

De Fondos a Fondo

#AtenciónSAT… Imagine la escena: tras hacer fila por hasta diez minutos en la caja de alguna de las tiendas Massimo Dutti, Zara, Oysho, o cualquiera otra que pertenezca al grupo Inditex México, que preside el poderoso empresario español Lino de Prado Sampedro, usted logra pagar y al solicitar una factura por sus compras para efectos de comprobación fiscal, comienza la letanía: te vuelves fiscalizador y contribuyente.

La cajera hace una mueca porque tiene que hacer el registro manual cada vez que se realiza una compra, porque no se almacenó, y al término entrega una seudo factura en papel térmico (borrable), diciéndole que para obtener el archivo en formatos .PDF y .XML, como pide el SAT, que dirige Osvaldo Santín, deberá ingresar a un sitio de facturación.

Sin embargo, acceder a ese sitio en internet es fácil, pero o se encuentra en construcción o simplemente no responde a las instrucciones que aparecen en la pantalla, una verdadera odisea que se traduce en la no factura, tanto como el tener la suerte de que contesten el teléfono donde una debiera quejarse o pedir informes de su factura.

El tema es que, esto que le platico de Inditex, ocurre en muchos establecimientos de todos los giros, que se rehusan a entregarnos en mano la factura por los servicios o artículos adquiridos, y que prometen, sin cumplir, el envío por correo electrónico.

Los contribuyentes vivimos un calvario y perdemos demasiado tiempo en hacer llamadas telefónicas y contactar negocios por correo electrónico, para recuperar las facturas.

¿No cree usted que debiera ser obligatorio que al momento del pago en un establecimiento se entregue la factura impresa y se envíen sus respectivos archivos de manera electrónica, la pida o no el contribuyente? Osvaldo Santín, del SAT, tiene la palabra.

#ArcaContinental logró que se duplicara la demanda de sus certificados bursátiles colocados a través de AC Bebidas (subsidiaria), pues la empresa que encabeza Francisco Garza, se ha afirmado como la segunda embotelladora de Coca-Cola más grande en América Latina con presencia en el negocio de bebidas en México, Argentina, Ecuador, Perú y Estados Unidos. La emisión se hizo en dos tramos, uno por seis mil millones de pesos a 10 años y otro por mil millones a 5 años y le permite refinanciar deuda contratada en su momento para cerrar la operación de Estados Unidos. El perfil de deuda es sólido y la gestión financiera de la empresa es considerada prudente.