Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

20 Dic, 2017

Ni tan neutro

 

Hace no mucho tiempo, en una galaxia no tan lejana, en un periodo de “guerra” civil, se abrió un nuevo capítulo. Pero esto no significó una nueva esperanza, pese a la intervención del mítico Luke Skywalker.

Por supuesto, no me refiero al estreno del octavo capítulo de la saga La Guerra de las Galaxias, sino a la decisión de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés) de revertir la regla que protegía la llamada “neutralidad de la red”, establecida por el gobierno de Barack Obama en 2015.

Esta normatividad buscaba garantizar un acceso igualitario a la red y que no se ejerciera ningún tipo de discriminación a la información que por ahí circula. La regulación prohibía a las proveedoras de internet bloquear sitios, aplicarles tarifas diferenciadas o disminuirles la velocidad de conexión, así como darse a sí mismas trato preferencial para la difusión de sus propios contenidos.

De nada sirvió la carta que iconos de la tecnología como Tim Berners-Lee, Steve Wozniak y Vint Cerf dirigieron al Senado estadunidense para impedir que la FCC sesionara y tomara una decisión, según argumentaron, producto de su desconocimiento de cómo funciona internet. Dominada por la mayoría republicana, la Comisión echó por la borda la ley inspirada en el principio enunciado hace casi tres lustros por el profesor Tim Wu.

Despojar a internet de su carácter de servicio básico y convertirlo en una jugosa mercancía debió haber provocado que “se incendiaran las redes”. Pero esta vez ni siquiera el activismo de sofá dio mucho color, aun cuando el propio artífice del golpe contra la neutralidad de la red apareció en un video donde claramente se mofa del uso que el público suele dar a la web.

Se trata de Ajit Pai, excabildero de la empresa Verizon —junto con Comcast, una de las más poderosas proveedoras de internet—, quien fue colocado al frente de la FCC por el presidente Donald Trump. El miércoles 13 de diciembre, un día antes de que votara la Comisión, Pai protagoniza un video cómico producido y difundido por el portal conservador The Daily Caller, en el que aparece con gafas oscuras y disfrazado de Santaclós, con un spinner en la mano derecha y una pistola de juguete en la izquierda.

En el corto, el comisionado ilustra a la gente acerca de las cosas que podrá seguir haciendo en internet aun cuando acabe la neutralidad de la red, y él mismo se encarga de actuarlas: postear comida en Instagram —así sean frituras con salsa—, publicar fotos de animales tiernos —lo cual ejemplifica cargando un perro y retratándose con la ayuda de un selfie-stick— y comprar regalos navideños en línea.

El público también podrá atascarse viendo series como Game of Thrones, formar parte de alguna legión de fanáticos como la de Star Wars —lo que Pai ilustra portando el sable de luz mientras suena de fondo la conocida fanfarria de John Williams— y arruinar memes, lo que Ajit ejecuta bailando el Harlem Shake.

El sentido del humor de Pai contrasta con la solemnidad de sus críticos, que lo han tachado de frívolo. Lo cierto es que el comisionado de origen indio logró llevar el debate ideológico a un terreno que conoce mejor: el de los pleitos con celebridades. Consciente de ser el villano de moda, prefiere subirse al ring mediático con la cantante Cher y los actores Mark Ruffalo y Alyssa Milano.

Ahora quien le siguió el juego fue Mark Hamill, actor emblemático de Star Wars y estrella del más reciente capítulo, The Last Jedi, y que desde su cuenta de Twitter arremetió contra el video de Pai. Consideró al presidente de la FCC indigno de portar un sable láser, pues un jedi “actúa desinteresadamente para el ciudadano común, no para enriquecer a las gigantescas corporaciones”. Al final le pregunta si pagó regalías a John Williams por usar su música, un reclamo que sí expresó Bauer, autor de Harlem Shake, quien prometió hacer lo que fuera “para detener a este perdedor”.

¿Perdedor? Lo dudo. Parece que la fuerza sigue del lado de Pai. Sus opositores no han sabido despertar a la comunidad digital de su apatía y tampoco han respondido con solidez a las críticas de que la neutralidad de la red busca más bien beneficiar a Netflix y YouTube, servicios de video que consumen buena parte de ancho de banda. Mención aparte merecen Google y Facebook, acusados varias veces de violar el principio que tanto dicen defender. 

Para donde uno voltee, sólo se ve el lado oscuro.

                marco.gonsen@gimm.com.mx

 

 

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