Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

24 Ene, 2024

Acero, prioridad en la negociación con USA

El pasado 11 de enero el presidente Biden nominó a Nelson Cunningham como subrepresentante comercial de Estados Unidos (el segundo de Katherine Tai), un político, diplomático cercano al sector privado estadunidense y conocedor de la política exterior hemisférica de los Estados Unidos y su intersección con la política doméstica, y muy ligado a John Kerry, el enviado especial de cambio climático de Biden.

Interesante nombramiento en esta etapa de definiciones en temas clave como la producción y exportación de acero y, particularmente, el resurgimiento de llamados de grupos ligados a acerías de tamaño medio, que más demandan –usando su influencia política y presión a importantes congresistas– la reaplicación de la Sección 232, que impuso Trump en paralelo con la renegociación del TLCAN y que se eliminó en 2019 en la negociación que realizara Jesús Seade, con poca precisión comercial.

Le cuento. México es el principal destino de las exportaciones de acero de Estados Unidos. En 2023, el Departamento de Comercio informó que México representó el principal mercado de exportación con 48.5%. EU registró en 2023 el mayor superávit de productos terminados de 3 mil 300 millones de dólares y 1 millón 800 mil toneladas importadas, particularmente a las “cuatro big steelers” de ese país.

De hecho, de 2017 a la fecha el superávit supera los 11 mil millones de dólares y esas exportaciones generaron 40 mil empleos directos en Estados Unidos. El problema es que esas voces poco apuntan a otros puntos de importación de acero hacia EU, a veces triangulados, y en otras geopolíticamente importantes como las turcas o las de Vietnam.

Las exportaciones de acero de México hacia Estados Unidos sustituyen a las provenientes de países asiáticos y de Europa del Este, pero no en un volumen que suponga desbalance o, menos, romper con el acuerdo trilateral alcanzado el 17 de mayo de 2019, que pretende la reimposición de la 232, a menos que nuestro país acepte una especie de autolimitación o autocuota de acero. ¡Burrada!

Las compras de acero de Estados Unidos a México representan 14.6% de nuestro consumo, mientras que las exportaciones de México a EU representan apenas 2.6% de su consumo.

Las exportaciones de acero de México no son violatorias del T-MEC ni de ningún acuerdo comercial y se realizan en condiciones leales de comercio, bajo el cumplimiento de prácticas comerciales internacionales como el estricto cumplimiento de la legislación antidumping.

Le comento esto porque este miércoles en Toronto, durante la reunión de viceministros que se efectuará para revisar algunos de los temas relevantes del T-MEC, se espera que el representante de México, el subsecretario Alejandro Encinas, realice una primera aproximación defensiva con la contraparte estadunidense mostrando los datos duros del comercio bilateral de acero. En aluminio, ¡ni hablar!, les importamos todo.

En esa reunión de revisión del T-MEC, estarán como contrapartes, la senior advisor de la USTR, Cara Morrow, y Rob Stewart, deputy minister for International Trade de Canadá.

DE FONDOS A FONDO

#SENER… Miguel Ángel Maciel, el titular de Sener, presentó ayer en el DOF la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios actualizada, que estima que, para noviembre, el cierre de la presente administración, se esperaría alcanzar, por lo menos, 35.1% de participación de las energías limpias en el total nacional, lo cual daría cumplimiento a los transitorios de la LTE.

La capacidad instalada de generación eléctrica del país, sin considerar abasto aislado, se contabilizó en 87,130 Megawatts (MW) al cierre de 2022, de los cuales 36% correspondió a la capacidad de las energías limpias. Lo curioso es que, tras subrayar que muchos de los proyectos de energías intermitentes (solares y eólicos), son un obstáculo para la integridad del SEN, no apuntan en ningún lado del documento a una estrategia para modernizar, crecer y hacer redundante la red de transmisión. Así, la Transición Energética Soberana 2.9 (TES 2.0), supone duplicar casi la capacidad de generación con una buena parte de ciclos combinados surtidos por 70% gas y 30% hidrógeno con 12 grandes proyectos. ¿Le suena el del Istmo y el de Topolobampo?

 

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