Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

19 Ene, 2024

Más barato pagar arancel que aceptar ROA del T-MEC

A pesar de que México y Canadá ganaron el panel de controversias contra la interpretación de las Reglas de Origen Automotriz (ROA), al inicio de la vigencia, en julio de 2020, del T-MEC, hay quien en el seno de la USTR insisten en mantener la extrema versión, a pesar de que los representantes de la industria automotriz del vecino país, académicos y organismos empresariales han demostrado que aplicar la regla, saca por completo de competitividad a la industria automotriz de los tres países.

La USTR publicó en noviembre del año pasado el Meetings: operation of the United States-Mexico-Canada Agreement with respect to trade in automotive soods, que estableció el calendario y el proceso para recibir las opiniones escritas de los actores participantes en la cadena, ciudadanos y organizaciones sociales y precederá a la audiencia pública sobre el cumplimiento del T-MEC en materia de cumplimiento de Reglas de Origen Automotriz.

El 17 venció el plazo para someter la posición por escrito y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) presentó su postura demandando la plena aplicación de la resolución emitida en diciembre de 2022 por el panel de controversias que demandaron México y Canadá para resolver la rígida interpretación que han pretendido imponer en las ROA, que incluye contenido de acero, aluminio y costo de mano de obra equivalente.

En junio de 2022, la USTR sometió un primer reporte al Congreso (obligado en EU), y el 1º de julio de 2024 tendrá que presentar un segundo reporte al Comité de Finanzas del Senado y al de Presupuesto de la Cámara de Representantes, que se ha hecho público en su versión preliminar y es sobre el que se han realizado comentarios específicos por esos 17 actores, entre los que se encuentran el poderoso sindicato automotriz de EU, la UAW, que reclama no sólo la aplicación de las ROA, como la interpretó la USTR. La postura de la AMIA indica que bajo el T-MEC, las ROA aumentaron significativamente el contenido de valor regional (Norteamérica) “a niveles inusualmente altos que no se ven en ningún otro TLC/RTA del que nuestros países son parte ni en general en el mundo, incluyendo Contenido de Valor Laboral (LVC), requisitos de acero y aluminio. Pone sobre la mesa el contraste con otros acuerdos de los cuales EU es parte, que establecen requisitos de Criterio de Valor de Contenido (RVC) mucho más bajos y ninguno relacionado con el contenido de salarios altos, compras de acero y aluminio o piezas “núcleo” de origen; al tiempo que permite a los fabricantes de automóviles contar como originarios altas cantidades de materiales que no lo son (incluidas piezas chinas) con procesos de producción extremadamente simples. Afirma que los requisitos del T-MEC representan desafíos que, gestionados inadecuadamente, pueden obstaculizar la competitividad compartida de la región de Norteamérica en la coyuntura de incertidumbre actual y, por lo mismo, la interpretación errónea de las ROA que llevó, primero, a consultas y luego al mencionado panel, socava aún más el espíritu de integración y colaboración hacia la competitividad regional compartida y la capacidad de competir conjuntamente.

Cita que el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, en un informe publicado en abril de 2019, demostró que, en algunos casos, los costos de cumplir con las nuevas reglas de origen automotrices pueden superar el costo de pagar el arancel del 2.5% que EU impone a la importación de los automóviles. También, que la United States International Trade Commission (USITC) demostró que, en los dos primeros años y medio de implementación del tratado, la aplicación de las ROA tuvo efectos marginales sobre la producción y el empleo en EU y que, por el contrario, la importación de vehículos, cuyas armadoras no demandaron un régimen especial y han preferido pagar el arancel, se incrementó.

Por ello, demanda el cumplimiento del panel, la implementación de las reglas de contenido regional propuestas por Canadá y propone nueve cambios —técnicos— que permitirían impulsar la competitividad de las cadenas productivas del sector. Este motor y disputa comercial apenas toma vuelo. Ojalá la Secretaría de Economía hubiera hecho pública la postura del gobierno mexicano. No es el caso.

 

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