Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

19 Nov, 2019

¿A quién dejará contento el Prespuesto 2020?

Por definición, no hay Presupuesto de Egresos que deje contento a todo el mundo, el problema, en realidad, no es ese sino otro de índole muy diferente: la eficiencia en la asignación de los recursos los cuales siempre son escasos y las necesidades a satisfacer practicamente infinitas.

En consecuencia pues, la respuesta a la pregunta del título es la trivial: ¡A nadie! ¿Por qué, entonces, tantos van a festinar un listado interminable de cifras englobadas en programas y subprogramas? Es más, ¿por qué tantos toman como si fuere un hecho lo que es únicamente una presunción o simple deseo cuando no ilusión, que habrá disponibles —al menos—, los montos ahí plasmados?

La esperanza de los que piensan que es posible vivir sin trabajar y ser mantenidos siempre por el gobierno y su gasto ha penetrado en la mente de decenas de millones de mexicanos de todos los niveles socioeconómicos que hoy, por encima y a contrapelo de la cruda realidad, una muy buena parte de ellos está convencida que Andrés Manuel López Obrador, en su bondad y munificencia infinita, volverá realidad su deseo de vivir sin trabajar.

Lo peor de todo esto es que esos millones que fincan su futuro en las dádivas que les han prometido, no tienen la menor idea de lo que es el Presupuesto y de dónde provienen los recursos que ahí aparecen como lo que son, simples cifras de lo que se espera —cuando no que se desea— recaude el gobierno y de ahí los mantengan.

Hoy estamos ante una situación que no se veía desde hace 15 años cuando, en un destello de genialidad y capacidad innovadora, la entonces diputada, Beatriz Paredes, inventó lo que hoy es la tabla de salvación de un grupo numeroso de ineptos, faltos de oficio político y sometidos de manera abyecta al deseo del poderoso en turno.

Éste ha decidido, al margen de toda consideración de eficiencia en el uso de los recursos, que hay que utilizar, sin orden y disciplina, cientos de miles de millones de pesos para obtener lo que podría ser una simple ilusión: millones de votos a favor de Morena y sus candidatos en la elección intermedia del año 2021 para lograr, con esos votos, 251 diputados federales y 12 gubernaturas de las 14 que estarán en juego.

De ahí la pregunta: ¿A quién dejará contento el Presupuesto 2020?, cuando ni los más entusiastas panegiristas del mismo están convencidos de su factibilidad en lo que se refiere a disponibilidad de los recursos a gastar que se han proyectado.

Ante esa realidad, imposible de borrar con un simple deseo o conjuro, todo deja ver que de lo que se trata a estas alturas es, sólo salir del bache en el cual se encuentran los diputados de Morena.

Ceder ante estos y aquellos con tal de tener mañana miércoles —cinco días después del límite establecido en la Constitución—, un Presupuesto que termine con lo que más parece ópera bufa que la discusión más importante en materia de gobernación, es lo único que mueve a Delgado.

Sin embargo, dígase lo que se diga, el daño está hecho; borrar la imagen de incapacidad en la distribución racional y eficiente de los recursos que recaudaría el erario, es ya imposible.

¿Qué esperar para el 2020? ¡Más de lo mismo!

 

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