Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

17 Ene, 2019

¿Solo contra el mundo? ¿Lo derrotará?

Una característica que diferencia a países con economías cerradas y aislados del resto del mundo, de aquellos que debieron optar por la economía de mercado e incorporarse a la globalidad, es que dejaron atrás el gobierno unipersonal (el del hombre providencial, todopoderoso) y a querer y no, debieron construir gobiernos donde, inevitablemente, las responsabilidades de la gobernación son compartidas.

Este cambio de gobierno se tradujo —en los que no lo habían hecho antes—, no sólo en la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) sino también, en la conformación obligada de equipos de especialistas que, como resultado de su experiencia y calificación profesional proporcionan al gobernante ideas útiles para la gobernación, así como soluciones específicas para tal o cual problema.

En los tiempos que corren es difícil —mas no imposible— encontrar gobiernos unipersonales. Lejos de ser la regla, hoy son la excepción; en un mundo donde tenemos más de 200 países, es pequeño el número de los que aún, a contrapelo del desarrollo y la modernización, son gobernados de manera unipersonal. En América Latina hay algunos; Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela serían los casos más evidentes de ese tipo de gobiernos.

Sin embargo, en contra de toda evidencia y de la experiencia en decenas de países y decenios de transformaciones —económicas y políticas—, todavía aparecen por ahí, intentos de ir a contrapelo de la historia que pretenden regresar a la época de los gobiernos unipersonales.

La República Popular China, Rusia, Hungría, Polonia, Turquía y para vergüenza nuestra, México, forman hoy un grupo de países que pretende gobernarse bajo la conducción de un gobernante mesiánico, todo poderoso y sabio en todos los aspectos de la gobernación y por supuesto, de la economía y la política, no se diga ya de la moral que debe ser seguida por los habitantes del país que gobiernan, o gobernarán.

¿A dónde conducirá tal despropósito? ¿En verdad hay —en los tiempos que corren en México— quien considere acertado que ése es el camino que nos llevaría, en corto tiempo, al paraíso terrenal Versión CONSUPO?

Tomemos un ejemplo, aquí y ahora: el combate al robo de combustibles. Para cualquier persona con dos dedos de frente y en su sano juicio, es evidente que estamos ante un problema complejo, por decir lo menos. Sus ramificaciones y grupos involucrados de diversa índole nos llevan, de entrada, a concluir que el acercamiento al problema debe ser tarea de especialistas en diversas disciplinas para, una vez elaborado un diagnóstico objetivo y las estrategias de solución, enfrentarlo con toda la fuerza del Estado.

Un elemento central en lo que se refiere a la definición de las estrategias es, tomar en cuenta los efectos que tendría en todos aspectos una mala puesta en práctica de las medidas de toda índole a tomar, con miras a enfrentar exitosamente el problema.

Frente a lo que ha visto en las semanas que lleva la actual administración, ¿se atrevería usted a negar que el gobierno que pretende conformar López es el de un solo hombre, un gobierno unipersonal?

De no ser así, ¿qué futuro nos esperaría? ¿Acaso ya olvidamos el precio que debimos pagar con gobiernos de ese tipo? Es más, ante lo visto a la fecha del combate al robo de combustibles, ¿en verdad piensa que ese combate es tarea de un solo hombre?

¿Quién le dirá a López, que la vía escogida no es la correcta?

 

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