Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

24 Ene, 2019

¿Y si todo cayere hecho pedazos? ¿Corregiría?

Una idea arraigada entre los gobernantes populistas es creer (Sí, cual dogma religioso), que sus planes y la gobernación que realiza jamás fallarán. Están convencidos de estar en lo correcto, y que todo es cuestión de tiempo para que aquéllas produzcan los frutos imaginados.

Aquí, en esto último, es donde entra la variable tiempo; todo encargo, al estar delimitado constitucionalmente, es visto como el principal impedimento para que su proyecto se concrete. De ahí que todos ellos busquen, por todos los medios al margen o no de la legalidad, perpetuarse en el poder. No cabe pues en su visión, la posibilidad de que las cosas salgan mal, y que su proyecto de gobernación caiga hecho pedazos.

En algunos casos, que dependen de la habilidad del gobernante y su carisma y habilidad para convencer a millones de ciudadanos de las bondades de su proyecto, radica el que trasciendan y se perpetúen en el poder. En otros, los más en los tiempos que corren, eso es más difícil si no es que imposible lograr pues a cambio de ideas más o menos racionales, siempre queda el recurso de la dádiva y las compras de voluntades mediante el gasto público el cual, sin recato y freno alguno y sin prudencia e inteligencia, es utilizado con desparpajo y perversidad.

Perversidad porque, no tienen intención alguna en mejorar la situación de millones de los que piensan —porque así fueron educados durante decenios—, que se puede vivir de la dádiva gubernamental sin realizar trabajo alguno salvo, por supuesto, las molestias para inscribirse en los programas mediante los que les entregarían recursos.

Por lo anterior, le propongo a usted algo sencillo dada la alta probabilidad de que se presente; por qué no preguntarnos acerca de la viabilidad de la gobernación y proyecto de gobierno de López. Dicho de otra manera, ¿por qué no intentar responder una pregunta relevante la cual, es mi posición, tendría por objeto pensar en la posibilidad de que esto —que apenas lleva unas cuantas semanas— no funcionare, y en un corto tiempo cayere hecho pedazos?

De ahí pues que la pregunta del título (¿Y si todo cayere hecho pedazos?) resuma la preocupación que ronda algunos círculos y mesas de discusión en los tiempos que corren. Lo invito pues, que intentemos —si no a responderla—, sí a verla con la seriedad debida.

Lo primero sería entonces, revisar algunas propuestas de López hechas desde mucho antes de su toma de posesión. Precios de los combustibles, el IEPS imputado a cada uno de los tres, la promesa de no elevar la deuda y sus desplantes acerca de la corrupción, y su manifiesta soberbia al arrogarse la facultad de perdonar a los que —según él—, cometieron actos de corrupción. También, por si faltare algo, añadiría sus intentos de dominar de manera absoluta el Poder Legislativo —ya conseguido— y el Judicial.

Por lo que se ha dado cuenta usted y padecido en algunos casos, ¿se atrevería a afirmar que lo prometido por López se ha vuelto realidad? Por el contrario, ¿diría que, durante estas pocas semanas, su gobernación ha sido un fracaso? Es más, dado lo visto ¿afirmaría usted sin dudar, que las cosas se van a corregir y lo prometido será realidad?

Cualquiera que fuere su posición, ¿por qué eliminar la pregunta del título sin concederle alguna posibilidad de volverse realidad? ¿Sería lógico pensar entonces, que los fracasos no se dan en la gobernación? El problema de los fracasos, en cualquier actividad, no radica en si estos se dan o no. Lo correcto sería, de presentarse, que se corrigieren en su debida oportunidad.

Por último, pienso que la gobernación que López pretende llevar a cabo, en poco tiempo caerá hecha pedazos. La realidad que se hará presente lo obligará a corregir una gran cantidad de planteamientos absurdos, y a un ajuste profundo en el gabinete. ¿Lo hará?

Es cuestión de tiempo, y no mucho. Ya lo verá.

 

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