Columnista invitado

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9 Mar, 2020

El feminismo y las redes sociales

 

Por Aura Hernández

La lucha por los derechos de las mujeres ha recibido un nuevo impulso en todo el mundo gracias a las redes sociales, una herramienta que debe usarse con cuidado.

Hay que recordar que el feminismo es un movimiento que lleva décadas en desarrollo, buscando que exista una equidad entre hombres y mujeres, obteniendo, poco a poco, pequeñas victorias como el derecho a la educación, al voto, al trabajo y a decidir sobre su propio cuerpo.

Este movimiento aprovechó el impacto de las redes sociales en 2017, cuando se acusó al productor de cine y ejecutivo estadunidense Harvey Weinstein de ser un depredador sexual. Hace unos días fue encontrado culpable de abuso sexual en primer grado y violación en tercer grado.

En ese momento, la actriz Alyssa Milano animó a las mujeres a compartir en Twitter sus experiencias de agresión y acoso sexual con el hashtag #MeToo, el cual, rápidamente, se viralizó. Fue utilizado en Twitter cerca de un millón de veces en las primeras 48 horas de la propuesta, mientras que en Facebook fue usado en más de 12 millones de publicaciones, comentarios y reacciones, en menos de 24 horas.

Es la mecha que inició todo, ya que abrió la conversación sobre lo normalizado que está el acoso y la agresión sexual, no sólo en industrias como la cinematográfica, también en la música, la literatura, el periodismo y, en sí, en cada parte del día de las mujeres.

Este problema está más marcado en algunas regiones del mundo como América Latina y México.

En el país, cuatro de cada diez mujeres mayores de 18 años sufrieron algún tipo de violencia sexual durante el segundo semestre de 2019, de acuerdo con un análisis hecho por México Evalúa usando los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana.

Además, el movimiento ha tomado aún más fuerza en respuesta al alza en los feminicidios. Datos de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos encontraron que los feminicidios pasaron de siete a 10.5 al día, entre 2017 a 2020.

Todo esto derivó en una de las marchas más multitudinarias para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en México y en la propuesta #UnDiaSinNosotras para hoy, impulsada por el colectivo veracruzano Brujas del Mar.

Su objetivo es mostrar cómo sería la sociedad si todas las mujeres desaparecieran, en referencia a todas las que han sido asesinadas y que ya no vuelven a casa.

Además, hay ejemplos de que este tipo de manifestaciones funcionan. Las primeras en hacerlo fueron las mujeres islandesas el 24 de octubre de 1975. El movimiento derivó en una mayor participación femenina en la política y en que, cinco años más tarde, se eligiera a la primera presidenta de dicho país: Vigdis Finnbogadottir.

Hay que ser muy claros en este punto, aquellas mujeres que decidan sumarse al paro no lo hacen por “echar la flojera”, no es un movimiento en contra del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, no es una acción contra los hombres y tampoco está financiado por partidos políticos o empresas.

Tampoco se está obligando a todas las mujeres a formar parte de ello. Hay quienes, por su tipo de trabajo o situación económica, no pueden faltar al trabajo, pero sí pueden apoyar y mostrar su postura vistiendo alguna prenda morada.

Este movimiento simplemente muestra el hartazgo de las mujeres ante una sociedad que ha normalizado la violencia en contra de ellas y que trata de llamar la atención para que esto cambie y las autoridades hagan su trabajo atrapando a los culpables.

Justamente aquí entra el doble filo de las redes sociales. Ante la marcha y el paro surgieron iniciativas como #UnDiaSinHombres, #NoAlParoNacional y un sinfín de ataques a aquellas personas que promovían el movimiento, incluso se corrió el rumor de que atacarían con ácido a las participantes de la marcha.

Entre los principales argumentos de estas “personas”, entre comillas, porque actualmente es difícil saber quién es un bot y quién no en redes sociales, están que estos movimientos promueven la división entre mujeres y hombres, estigmatizando a estos últimos sin darles la presunción de inocencia.

Lo cierto es que todos debemos tener cuidado al utilizar las redes sociales para no compartir información falsa, errónea o tendenciosa. Algo complicado si se considera que un estudio de Kaspersky encontró que, en promedio, 70% de los latinoamericanos no sabe detectar o no está seguro de reconocer, en internet, una noticia falsa de una verdadera.

Así que antes de compartir un post o información en redes sociales, sólo porque se está de acuerdo o se quiere convencer a más gente, primero hay que consultar fuentes oficiales para confirmar que los datos son reales.

Independientemente del resultado del paro, lo importante es que se está creando consciencia para cambiar una situación de violencia que se ha normalizado.

 

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