Revolución (¿de miedo?) en el mercado laboral…, la automatización y la gig economy

Por Abel Mejía Cosenza

Socio del Despacho Sánchez

Devanny Eseverri S.C.

Twitter: @MrMejiaCosenza

En esta ocasión analizaremos dos fenómenos que están causando una revolución en el mercado laboral mundial. Estos son el automation (automatización) y el uso de la gig economy (economía de trabajos esporádicos). Entendamos por automatización el proceso de sustitución de humanos por máquinas, y por economía de trabajos esporádicos, un mercado laboral caracterizado por la prevalencia de contratos de servicios independientes, por evento o por plazos muy cortos, en lugar de relaciones laborales a largo plazo.

Para ilustrar algunos aspectos de este cambio, haremos alusión a lo que actualmente está sucediendo en Walmart y Amazon, dos compañías que desde hace tiempo llevan la batuta en temas de innovación y disrupción en la forma de hacer negocios.

En el caso de Walmart, su nuevo modelo de negocios, incluyendo el lanzamiento de su llamado Project Kepler (concepto de tienda digital diseñada especialmente para rivalizar con Amazon Go), está basado en usar personal shoppers, contratados vía una app, que harán el súper, lo pagarán a través de cajeros totalmente automatizados y entregarán mediante conductores contratados por viaje.

En el caso de Amazon, se implementó un modelo de cooperación entre humanos y robots en su centro de distribución en Denver. Ahí, cientos de robots llamados Pegasus y Robin ayudan a decenas de trabajadores humanos con la logística de recepción, sorteo y entrega de paquetes.  Parecería la simbiosis perfecta, los humanos encargándose de los paquetes más sensibles y supervisando la labor de los robots, los robots encargándose de las tareas más pesadas y repetitivas. El problema es que todo parece indicar que en unos años los robots tomarán control de todas las actividades. Si bien la migración hacia la digitalización y a la economía de trabajos esporádicos impactará a toda la sociedad, quienes más resentirán estos cambios son claramente los trabajadores. En el caso de los procesos de automatización, en teoría, el uso de robots no debería resultar en una disminución global de puestos de trabajo ni en una reducción general de sueldos; al contrario, debería permitir a los trabajadores acceder a empleos más sofisticados y mejor pagados. En el caso de la economía de trabajos esporádicos, en teoría la clase trabajadora sería la más beneficiada por ya no estar atada a un solo empleador y —al contrario— poder encontrar múltiples oportunidades de trabajo en los tiempos y condiciones que mejor les convengan a ellos. No obstante, varios estudios muestran que lo contrario es lo que ha sucedido; es decir, (i) se han eliminado puestos de trabajo sin que se generé una cantidad igual o superior para trabajadores humanos y (ii) los que realmente han ganado en el gig economy son los patrones y consumidores por tener el poder económico para decidir cómo y cuándo contratar a los trabajadores.

Si no se logra que esta revolución incluya a la clase trabajadora, habrá millones de personas sin posibilidad de emplearse en el mediano y largo plazo, amplificando así la ya enorme brecha entre quienes más tienen y quienes menos tienen e incrementando la presión de los gobiernos para crear y mantener una red de protección social para las clases más desprotegidas. El experto taiwanés en temas de automatización, Kai-Fu Lee, ha alertado que hasta 40% de los trabajos actuales en el mundo podría ser automatizado. El Departamento del Trabajo de EU ha indicado que es probable que en el futuro la gente involucrada en el gig economy del país equivalga al 35% del total de su fuerza laboral.

En México estos fenómenos deben generar una especial alarma. Nuestro tan cacareado bono poblacional puede volverse una pesadilla donde haya millones de jóvenes que no encuentran trabajo por (i) no tener las competencias necesarias y (ii) porque el país no puede atraer las industrias más avanzadas que ofrezcan posiciones no reemplazables por máquinas. La nobleza obliga a decir que el hecho de que nuestra querida 4T haya regresado la educación a manos de los sindicatos y tenga a las instituciones a cargo de la red de protección social en huesos, pues no ayuda precisamente…