Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

25 Jul, 2018

El drama de MetLife y la AMIS

En la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) hay mucha inquietud. Si bien su dirigente, Manuel Escobedo, y un reducido grupo afín cabildeó contra Andrés Manuel López Obrador en la pasada campaña electoral, el tabasqueño, como virtual presidente electo, se va a ir fuerte contra el sector.

En los pasillos de las aseguradoras BBVA-Bancomer, que maneja Eduardo Osuna; Citibanamex, que comanda Ernesto Torres; Inbursa, de Marco Antonio Slim Domit; HSBC, que preside Nuno Matos; ABA, que dirige Alejandro González, y AIG, que conduce Marcelo Hernández, se respira preocupación.

Las decisiones de “austeridad republicana” que AMLO está anunciando van a tener un alto costo financiero para las principales aseguradoras, léase GNP, de Alberto Baillères; Zurich, de Javier Rodríguez; Allianz, de Sergio Ghibellini; Axa, de Daniel Bandle, pero, sobre todo, en MetLife, que opera Sofía Belmar.

Todas las aseguradoras se verán afectadas por la cancelación de los seguros médicos para los funcionarios públicos, pero el golpe más seco se lo llevará MetLife el 1 de diciembre, cuando se dé el mayor cambio y despido de funcionarios en la administración pública del país.

MetLife recibirá una gran demanda de cobro del Seguro de Separación Individualizado de los exfuncionarios. Pero lo más grave para esta firma es que este seguro va a desaparecer, si nos atenemos a lo que el mismo Peje mencionó como parte de los 50 puntos de su Plan de Austeridad y Anticorrupción.

No hay ningún indicio de que la nueva administración y su brazo ejecutor, la Secretaría de Hacienda, que llevará Carlos Urzúa, vayan a dar marcha atrás contra esta prestación que se creó durante el gobierno de Ernesto Zedillo para desaparecer y sustituir los bonos sexenales.

Se podría dar la circunstancia de que todos los funcionarios públicos que tienen el Seguro de Separación Individualizado demandaran el cobro de este beneficio al mismo tiempo. La pregunta es: ¿MetLife tiene las reservas suficientes para afrontar esta drástica salida de recursos?

El trancazo va a ser doble: perderán, por un lado, una línea completa de seguros que les era rentable, la del gobierno y, por el otro, tendrán que desembolsar miles de millones de pesos por la cancelación de ese seguro especializado.

OTRA VEZ CNBV

Pues qué le cuento, que hay una crisis terrible de personal en la Vicepresidencia de Supervisión Bursátil de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), donde tres de sus cuatro directores generales renunciaron en los recientes días.

Uno de ellos, Juan Carlos Ollivier Morán, siguió los pasos de su exjefe, el patrocinador de la Bolsa Institucional de Valores (Biva), que ahora trabaja para el despacho Creel, García-Cuéllar, Aiza y Enríquez, de Carlos Aiza, y que fuera vicepresidente de ese organismo, Eduardo Flores. Ollivier ya está incorporado a Creel, casualmente el mayor despacho en emisiones del mercado de valores. Los otros dos, Bryan Lepe Sánchez y Juan Manuel Ventura, directores generales de Emisoras y de Fondos de Inversión de la misma vicepresidencia, también salieron. El organismo a cargo de Bernardo González está cubriendo esas vacantes con gente de menor conocimiento y talento, sólo para no “perder las plazas” (¿y anticipándose a la austeridad republicana de AMLO?).

La pregunta es: ¿qué va a pasar en esa área que está encargada de todas las sociedades de inversión; de todas las emisiones de deuda y de capitales; de revisar todo el cumplimiento jurídico, y ahora, de cara al inicio de operaciones de Biva, mañana, si el 75% de sus directores brincan del barco? ¿Así estaba planeado? ¿Era el compromiso de esos directores generales con su exjefe, Eduardo Flores, exsocio de White & Case, donde Vicente Corta es “la mano que mece la cuna” en esa vicepresidencia de la CNBV? Paola Fregoso, la vicepresidenta de Supervisión Bursátil en turno, sólo tiene a Itzel Moreno del equipo con el que hace menos de un año tomó ese cargo; sin embargo, no han podido poner en orden a la Bolsa Mexicana de Valores y ahora, sin directivos de alto nivel, tendrán que supervisar dos bolsas, además de todas las casas de bolsa, al Instituto Central para el Depósito de Valores, a la Contraparte Central de Valores, a los “price vendors”, a los brokers, al Mercado Mexicano de Derivados y a la Cámara de Compensación y Liquidación del Mercado de Derivados. Lo dicho ayer: la CNBV requiere una limpia a fondo.

LUISMI DESHOJA

Tras concluir la primera parte de la serie sobre la vida de Luis Miguel vendrá una segunda temporada. Gato Grande Productions, que controlan Miguel Alemán Magnani y el director de MGM, Mark Burnett, se apresta a firmar la continuación de la vida del cantante.

Lógico, dado que fue la base de una reestructura financiera que ahora se visualiza como un negocio de mediano plazo, del que se esperan buenos retornos de inversión. Le adelanto que proseguirá el contrato con Netflix, de Reed Hastings, en lo que hace a la plataforma de televisión privada. Con Telemundo, que maneja César Conde, aún se negocia, pues a la producción no le gustó que a la historia le censuraran algunas partes.

Luis Miguel también analiza si firma un nuevo contrato con Warner Music, que preside Stephen Cooper. La relación quedó fracturada y se sabe que, por lo menos Sony Music, de Rob Stringer, y Universal Music, de Lucian Grainge, lo quieren en su catálogo.

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