Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

3 Dic, 2018

Error histórico

Hace unas semanas, Carlos Slim escribió dos cartas: una de puño y letra y otra institucional. El destinatario fue Andrés Manuel López Obrador y en las dos el tema fue no cancelar el aeropuerto en Texcoco.

La primera era más personal y emocional. Decía que era un error histórico cancelar el proyecto, que estaba en juego la imagen y credibilidad de México y del nuevo gobierno ante el mundo. Siendo más dura, tenía una conclusión que decía, palabras más palabras menos: “Si tú no lo vas a construir y no quieres gastar recurso público en él, concesiónalo, deja que el sector privado lo haga”.

A partir de las cartas hubo un distanciamiento entre ambos y no fue sino hasta la presentación de la Coordinación Nacional de Memoria y Cultura de México que Slim reapareció en un evento de AMLO. En las semanas posteriores a las elecciones, el equipo de transición entró en una vorágine para cancelar el proyecto emblemático de Enrique Peña Nieto, que este sábado le entregó la Banda Presidencial.

López Obrador, Javier Jiménez Espriú y José María Riobóo se opusieron más a Texcoco como una “declaración de principios” y para desmarcarse del llamado “PRIAN”, que por tener un plan específico. Pero para cancelar un proyecto tan necesario se requería de “algo” que sonara verosímil para ponerlo en su lugar. Y aunque Santa Lucía podría no ser plausible, sí sonaba verosímil. Después de todo, dijo José María Riobóo, conocido ya como el “Hinojosa” del nuevo sexenio, ahí aterrizan aviones. El problema es que a partir de esta semana ya no habrá discurso, sino realidad.

El equipo que encabeza Javier Jiménez Espriú, nuevo secretario de Comunicaciones y Transportes, deberá demostrar que su proyecto de tres aeropuertos en el mismo espacio aéreo es posible y rentable. Ambas características no podrán probarse y con eso Jiménez mostrará una realidad: no saben, no entienden. Y lo peor: no entienden que no entienden y no se dan cuenta de que todo el mundo sí se da cuenta. Las mentiras que en su momento esgrimió el equipo lopezobradorista los golpearán directamente: visto el desmarque de Mitre, a partir de hoy lunes veremos a una SCT pidiendo favores.

Le pedirá a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), de Olumuyiwa Benard Aliu, que saque un dictamen donde, al menos, no descalifiquen de tajo la idea del trinomio AICM-Toluca-Santa Lucía. En el equipo de Jiménez hubo y hay un par de técnicos, el excontrolador Víctor Hernández y el ex director de la aerolínea regional TAR, Rodrigo Vásquez Colmenares, que arrastran el lápiz.

Ambos se esfuerzan en probar que “con nuevas tecnologías” el proyecto caminaría. Pero lo que en el mes de agosto parecía posible probar, para este finalizado noviembre ya nadie lo cree. Sobre todo a la luz de los reclamos de los inversionistas que buscarán recuperar sus seis mil millones de dólares de fondos extranjeros que fueron colocados por un sindicato de 16 bancos globales.

Los otros mil 600 millones de la Fibra E son más manejables porque proceden de afores nacionales y siempre hay modo de torcerles la mano a los de casa, como ya sucedió con los contratistas del NAIM. Pero ni los inversionistas extranjeros ni la industria de transporte aéreo global son manipulables. Ellos necesitan verdades y certezas. El quid estará en dos temas.

Por un lado, el aval de la OACI, cuyos técnicos de espacio aéreo y de aeródromos y aeropuertos de Montreal, que coordina su director de Cooperación Técnica, Jorge Vargas, deberán darle un “ok” a Santa Lucía. Y, por otro, tratar de conciliar la capacidad aeroportuaria con la rentabilidad de los flujos futuros, para que los fondos “buitre” que compren los bonos ya convertidos en chatarra se den por satisfechos.

Tanto Hernández como Vásquez se encontrarán con un problema: su jefe está desfasado de la realidad, y tendrán que aguantar una andanada de recursos legales por miles de millones de pesos. Por lo pronto, el equipo de AMLO decidió no parar las obras del NAIM en lo que se ponen de acuerdo con los bondholders. Hoy lanzará una oferta de recompra de mil 800 millones para calmar a los mercados. Slim ha comentado, en privado, que lo mejor será cubrir con una lona todas las obras construidas en Texcoco y darles mantenimiento periódico para, una vez que la realidad se imponga, regresar a terminar el proyecto. Seguro que tiene toda la razón.

ULTIMATUM A OVIDIO

El Consejo de Administración de la API de Manzanillo acordó el viernes que su director, Ovidio Noval, debe demostrar en las próximas semanas que se cumplieron los requisitos para el otorgamiento del permiso de instalación de la terminal de almacenamiento de combustibles y petrolíferos a la empresa Logística de Fluidos y Graneles, tal como fue acordado en la reunión del Consejo pasado.

De no demostrarlo, el permiso será revocado y Noval estará sujeto a sanciones por parte del nuevo gobierno y del recién desempacado titular de la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, Héctor López, así como de Claudia Sánchez, como directora de Puertos. Los requisitos que debería cumplir la terminal son los que imponen la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, pero si no cumplió en nueve meses es imposible hacerlo en dos semanas.

María del Rosario Guerra, representante de la Función Pública en ese Consejo, acusó a Noval de que su informe para el otorgamiento del permiso era inconsistente. Lo llamó mentiroso y aseguró que engañó al Consejo tratando de realizar actos sin su autorización.

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