David Páramo

Análisis superior

David Páramo

23 May, 2023

Más piezas

Como era de esperarse, el Presidente dio su versión sobre las razones que le llevaron a tomar instalaciones de algunos tramos de Ferrosur el viernes pasado, apoyado por militares armados. Dijo que no se trata de expropiación porque es una concesión, pero que no se les retiró, sino que se intervino temporalmente. Aseguró que dependerá de las negociaciones que tengan con Grupo México si esta acción se vuelve permanente o sólo es temporal.

En forma divergente a lo que ha señalado Grupo México en sus comunicados, el Presidente dice que la empresa rompió las negociaciones e, incluso, que dejaron de contestarle el teléfono al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, luego de que en un desayuno Germán Larrea le pidió 9 mil 500 millones de pesos por esos tramos de concesión.

La versión del jefe del Ejecutivo es verosímil, puesto que, como lo señaló el Padre del Análisis Superior ayer, la técnica de esta empresa era fingir que estaba negociando con el gobierno, pero dándole largas a la solución de los temas planteados y que, por su parte, la actual administración está actuando con un claro sentido de urgencia porque el tiempo se les está agotando.

Lo malo es que deja otra vez un tufo de una decisión que se toma guiada por sentimientos de enojo provocados por, reales o supuestas, faltas de respeto del empresario y sus principales colaboradores. Siempre es deseable que las decisiones importantes se tomen de una manera debidamente reflexionada. Decir que, dependiendo de la respuesta de Grupo México –que sigue insistiendo en el discurso de que están dispuestos a negociar– será si se retira totalmente la concesión, deja un sabor de boca a chantaje.

Sin embargo, es fundamental dejar claro que deben atemperarse mucho las posiciones radicales en torno a esta decisión. Mucho más allá de la discusión semántica, el hecho concreto es que se tomó una instalación privada por parte del gobierno, lo que despierta miedo entre amplios sectores de la iniciativa privada. El peso está regresando a niveles cercanos a los 18 por dólar, cuando llegó a tocar niveles casi 50 centavos menores.

Parecería que, como lo señaló el Padre del Análisis Superior ayer, ante la incapacidad de llegar a un acuerdo entre gobierno y Grupo México, decidieron romper cualquier negociación. La gran pregunta será si Larrea mantiene esta actitud beligerante o si encuentra un camino para no perder ese tramo ni todas las implicaciones que tiene, entre las que destaca la compra de Banamex.

Como lo ha venido advirtiendo el PAS, la mejor recomendación es mantener siempre posiciones moderadas y recordar que las visiones extremistas de la realidad llevan a la comisión de errores. 

REMATE JUDICIAL

La voz de la ministra Margarita Ríos Farjat debe ser escuchada con mucha atención. Ni la SCJN está para validar todo lo que propone el gobierno ni para enfrentarse a él. Su misión es proteger la Constitución de una manera autónoma.

Presionar en un sentido o el otro, no únicamente es equivocado, sino que estorba al interés común que debe estar por encima de las consideraciones o deseos de las partes. Las decisiones de la SCJN deben ser acatadas confiando en que el órgano independiente hará lo debido para proteger la constitucionalidad de las leyes y no los deseos de las personas.

REMATE SOLIDARIO

Nadie tiene la culpa de la actividad del Popocatépetl, pero sí hay muchos que tienen responsabilidades y deben ser analizadas. Ahí están el gobierno federal, estatal y municipal que deben tener medidas para preservar la vida de quienes están en la zona de afectación. En materia aeronáutica es relevante ver cómo se han comportado diversos actores. El vicealmirante Carlos Velázquez Tiscareño, director del AICM, ha estado al frente de las acciones de contención: desde la madrugada del sábado estuvo al pendiente de lo trabajos de limpieza, en coordinación con las empresas.

Aeroméxico, encabezado por Andrés Conesa, ha tenido mayores afectaciones que las normales para los pasajeros, puesto que los pilotos agrupados en ASPA no están colaborando, como sería lo deseable en situaciones fuera del control de todos.

El sindicato encabezado por Humberto Gual ha mostrado poca flexibilidad en torno a las jornadas de trabajo, como parte de una guerra soterrada en contra de la administración de la línea aérea, toda vez que quiere presionarlos para negociar un nuevo contrato colectivo, aunque el vigente concluye hasta finales del año próximo.

 

 

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