¿Será cierto?

Versiones que deben ser tomadas con mucho cuidado aseguran que Manuel Bartlett podría dejar la dirección de la CFE para dar espacio al nuevo liderazgo de la Secretaría de Energía y dar una vuelta de tuerca a todo el sector.

Es claro que la política tomada durante esta administración está muy lejos de parecerse a los escenarios optimistas que se plantearon originalmente. De hecho, son más los problemas que se enfrentan que los que había antes de este gobierno. Habrá que estar muy pendientes.

Aeroméxico, encabezado por Andrés Conesa, anunció 17 nuevos vuelos hacia los Estados Unidos como parte de su alianza con Delta. Se trata de siete vuelos saliendo de diversos puntos del país hacia nueve destinos. Partirán de Monterrey hacia Atlanta, Salt Lake City, Nueva York y Los Ángeles; desde el aeropuerto del Bajío irán hacia Atlanta y Detroit; de Querétaro irán a Atlanta y Detroit; de Mérida a Atlanta; de Guadalajara hacia Atlanta y Detroit. Desde el AICM irán a Detroit, Salt Lake City, Washington D. C. y Boston. Al AIFA le tocaron vuelos. 

Con estas frecuencias se abre la puerta para que las líneas aéreas comiencen a recuperar el mercado que perdieron durante los 28 meses de esta administración que la autoridad aeronáutica mexicana, no la aviación nacional, perdió la categoría uno. Durante ese lapso la participación de mercado pasó del 35 a 15%, en detrimento de las empresas nacionales. Algunas estimaciones consideran que esto tuvo un costo por ahí de los 20 mil millones de dólares durante este lapso.

Resulta que la AFAC genera ingresos del orden de los 2 mil millones de pesos, pero opera con un presupuesto de sólo 700 millones de pesos. Hay quienes dicen que es un mejor esquema el mantener separados los ingresos de la agencia con su presupuesto, porque esto generaría incentivos equivocados. Sin embargo, la realidad es que las misiones de la AFAC son verdaderamente importantes, por lo tanto, deben tomarse con la mayor seriedad puesto que de ellas depende en muy buena medida la seguridad del transporte aéreo nacional.

Los precios son bajos, pero tienen un problema verdaderamente serio: no se ve como vayan alcanzar el punto de equilibrio o cubrir los costos. Quizá no se requiere una línea aérea del Estado que gane dinero, pero sí que no lo pierda.

Cuando se dio la transición entre los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo se desató la última crisis económica de un país acostumbrado a las de fin de sexenio, pero no a las de arranque de nueva administración.

Pedro Aspe, quien fuera el último titular de la SHCP de Salinas, se dedicó a realizar un cierre de administración de mucho oropel en la que los graves problemas fueron posponiéndose y, por lo tanto, haciéndose más graves.

Durante 1994 se apostó mucho por la buena suerte y se fue dejando a la economía con alfileres, esos que dijo Aspe que no debieron habérseles quitado. Lo común es culpar de todo a la incompetencia del primer secretario de Hacienda de esa administración, Jaime Serra Puche.

Este hombre ciertamente era muy incapaz y por eso la catástrofe se precipitó con mayor rapidez y virulencia, pero poco hubiera podido hacer cualquier otro en su lugar. Preocupantemente es el espíritu que flota en este cambio de administración. Así que se vuelve especialmente importante que en el cambio se elija a la mejor persona para una transición con pocos sobresaltos. Es momento de ir considerando los perfiles que bien podrían funcionar.

Uno que daría muchísima tranquilidad a los inversionistas sería Gabriel Yorio, puesto que ha tenido la sabiduría de hacer su trabajo de una manera institucional y comprometida con el bienestar de México.