Edgar Amador

Edgar Amador

28 Feb, 2022

Putin: el aliado inesperado de Wall Street contra la Fed

 

Los mercados han encontrado un inesperado aliado: Vladimir Putin. La invasión rusa a Ucrania ha sido acompañada por un impetuoso rally de los mercados financieros, los cuales han recuperado con creces las caídas previas al avance militar de un pueblo eslavo sobre el otro. Calculadores como son, probablemente los inversionistas están apostando a que el incremento en el riesgo geopolítico logre detener otra ofensiva, financiera ésta: la agresiva remontada de sus tasas de interés, que quizá preparaba el banco central de Estados Unidos.

En los mercados financieros todo se trata de dos variables: riesgo o rendimiento. Si se busca mayor rendimiento, es necesario aceptar más riesgo, y si se le teme mucho al riesgo, debe aceptarse menor rendimiento. Y la medida del riesgo es la tasa de interés de Estados Unidos.

Si un inversionista quiere invertir su dinero en algo completamente seguro, pondrá sus ahorros en bonos emitidos por Estados Unidos y deberá de aceptar la tasa que dichos valores rindan. Dicha tasa, a su vez, se determina a partir de la tasa que fija la Reserva Federal de Estados Unidos, así que la Fed, como se le conoce, tiene la capacidad de modular el riesgo en el mundo. Baja la tasa y los inversionistas salen a buscar más riesgo que les compense el bajo rendimiento de los bonos estadunidenses. Sube la tasa y los inversionistas abandonan las inversiones riesgosas que rindan menos que los bonos estadunidenses.

Cuando eventos geopolíticos graves como el sufrido por Ucrania ante la invasión rusa elevan el riesgo geopolítico, la Fed se vuelve muy cautelosa para no copetear con mayores tasas de interés el riesgo en los mercados. Bastante incertidumbre y riesgo provienen ya del conflicto bélico como para que la Fed le añada más subiendo agresivamente sus tasas de interés, a pesar de la dinámica de la inflación.

Tal escenario explicaría que, el día en que los tanques rusos empezaron a avanzar contra el territorio ucraniano los mercados abrieron despeñándose, pero que, tras un par de horas, súbitamente se dieran la vuelta y acabaran la sesión con alzas prodigiosas.

No es la primera vez que esto ocurre. Los analistas más pesimistas hacen paralelismo entre la actual invasión rusa sobre Ucrania con la invasión de la Alemania nazi contra Polonia de 1939, que desató la más terrible guerra de la historia humana. El momento más oscuro de esa guerra, cuando la garra nazi mostraba su invencibilidad, fue la caída de Francia, la cual sucumbió con una facilidad casi ridícula, alarmando al resto de las naciones sobre el increíble poderío de Hitler.

Los meses previos a la capitulación francesa el Dow Jones se hundía imparable, rompiendo soportes y destruyendo valor ante la evidencia de la terrible guerra que se avecinaba. Pero en el momento más oscuro, cuando el poder nazi parecía invencible, el Dow Jones se dio la vuelta y comenzó a repuntar vigorosamente, y no dejó de subir en los años siguientes, anticipando de alguna forma el musculoso boom económico de la posguerra. ¿Por qué Wall Street parece festejar en los momentos más oscuros de las guerras? ¿Por qué los mercados celebran las derrotas militares en Europa?

Quizá la respuesta tenga que ver con la hipótesis planteada aquí: que en tales circunstancias la Fed decide atenuar el riesgo geopolítico acomodando las condiciones de liquidez.

Justo cuando la Fed amenazaba con sus cañones monetarios a Wall Street. Justo cuando los bancos centrales del mundo se aprestaban a combatir el regreso súbito de la inflación, luego de cuatro décadas de ausencia, retirando la liquidez y aumentando sus tasas de interés. Justo cuando los inversionistas estaban hundiendo al mercado ante la perspectiva de una retirada de la liquidez, Vladimir Putin parece haber llegado al rescate de Wall Street y frenado en la línea de salida las intenciones de los bancos centrales de apretar la liquidez en la economía global.

Nadie sabe para quién trabaja. Menos en los mercados financieros, en donde los vasos comunicantes suelen ser caprichosos e inesperados. Justo cuando decenas de activos y mercados extremadamente sensibles al alza de las tasas de interés temblaban ante la perspectiva de, al menos, dos años de alzas de réditos, Vladimir Putin acaba de poner un freno a la urgencia inmediata de la Fed para subir sus tasas. Así que no queda otra en Wall Street más que siga la fiesta.

 

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