Edgar Amador

Edgar Amador

20 Sep, 2021

¿Qué hacemos con los bancos en México? ¿Alguna idea?

 

Las guerras se ganan con ejércitos y con dinero y, por una diversidad de razones, México es notoriamente menor en esos dos aspectos en el comparativo mundial. Quizá la baja capacidad militar mexicana obedezca a la vecindad con la mayor potencia bélica del mundo: EU. Pero es difícil explicar cómo México, una de las mayores economías del planeta, cuenta con un sistema financiero tan infradesarrollado. La penetración, cultura, y alcances del sistema bancario y financiero domésticos son similares a los de países con desarrollo muchísimo menor. Más que un acertijo, es una vergüenza.

Por su población, México es el decimoprimer mayor país del mundo. Por el tamaño de su economía, se ubica en la posición quince o dieciséis entre todos los países. México es una potencia exportadora y uno de los mayores destinos de inversión extranjera directa. Si omitiéramos a las mayores economías, México es, sin duda, dentro de las llamadas economía emergentes, una verdadera potencia. Su inclusión en el G20, el grupo de países más relevantes es un reconocimiento del peso tan relevante que tenemos en la arena global.

Pero un vistazo a algunos indicadores muestra el alarmante e inconcebible rezago que la población y la economía mexicana tienen en un sector clave para la competitividad general: el financiero.

Mientras que en los países nórdicos prácticamente 100% de la población tiene una cuenta bancaria, en un país que sufre embargo económico como Irán éste índice cae a 93%. En el país con mayor número de pobres del mundo, la India, el porcentaje de cuentahabientes bancarios se derrumba a 79%; en la diezmada Venezuela tan sólo 73% de la población posee cuenta en el banco. Y en uno de los países más pobres del mundo, Rwanda, el porcentaje se desploma a 36.7%.

¿Por qué en México sólo 35.4 por ciento de los habitantes tiene una cuenta bancaria? ¿Por qué y cómo es posible que la decimoquinta economía del mundo ocupe el lugar 101 en ese indicador crucial para la salud financiera de la población y de la economía en general?

Quizá lo anterior sea el indicador más dramático y vergonzoso de la ínfima penetración del sector bancario en México. Pero otras cifras ayudan a terminar de ilustrar la calamidad: en Canadá (el líder en este tema) 83 por ciento de las personas mayores de quince años cuentan con tarjeta de crédito; en EU la cifra es de 67%; mientras que en España llega a 54%. En Perú el índice es de 11%, y en Tailandia de 10 por ciento. En México, que ocupa la posición 73 de 142, el dato es de un mínimo 9.53 por ciento.

Pero la banca mexicana no discrimina, no únicamente da tarjetas de crédito a un porcentaje mínimo de la población, a todo el sector privado trata por igual. El crédito al sector privado como porcentaje del PIB llega a alcanzar hasta 200 por ciento en Estados Unidos y Hong Kong; y en países centroamericanos como Costa Rica (62 por ciento), Honduras (58 por ciento) y El Salvador (52 por ciento), en donde el desarrollo es escaso dicha penetración se desploma. Pero ¿cómo es posible entonces que los extremadamente rentables bancos mexicanos, que llenan de ganancias a sus matrices, sólo den crédito al sector privado por el equivalente de 35.3 por ciento del PIB? Por debajo de países como las Islas Salomón, Paraguay y Nicaragua, los bancos en México son un mínimo contribuyente al crecimiento económico y seguramente son una de las principales razones que explican el bajo PIB potencial que aqueja a la economía nacional.

El único rubro en donde la banca de México ocupa un lugar en los primeros lugares es en la comparativa de países en donde los activos bancarios pertenecen a los extranjeros, ubicándose en la posición 28.

Sean nacionales o extranjeros, los bancos en México no cumplen la función para la que el gobierno les autorizó la licencia. No prestan. Ganan mucho dinero. No les va nada mal. Pero ganan por otras razones, no por dar crédito. Y lo que mueve a las economías modernas, sin dudarlo, es el crédito. Por cierto, el gasto militar mexicano representa tan sólo 0.52 por ciento del PIB, el lugar 134 del mundo, pero este gasto no es una variable que empuje al resto de la economía como lo hace la penetración financiera en las empresas, familias y consumidores. ¿Qué hacemos con los bancos en México para que presten? ¿Alguna idea?

 

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