Balance económico y financiero del IT20

Concluyó el primer trimestre de 2020 (IT20) y el comportamiento de prácticamente todos los mercados financieros del mundo estuvo determinado por dos choques extraordinarios:

1. La propagación del nuevo coronavirus a nivel mundial, a tal grado que la Organización Mundial de la Salud se vio forzada a declarar una pandemia el 11 de marzo. El epicentro de la misma ha tenido lugar en tres continentes distintos, Asia (China), Europa (Italia) y, ahora, en América (Estados Unidos). En total hay más de un millón de enfermos confirmados en el mundo y más de 50 mil defunciones.

2. La Organización de Países Exportadores de Petróleo, liderada por Arabia Saudita, fue incapaz de alcanzar la semana pasada un acuerdo de recorte de producción con Rusia. Lo anterior derivó en una guerra de precios que llevó la cotización de los crudos marcadores a una caída de más de (-)60.0% durante el trimestre.

México no escapó a estos dos choques y el 30 de marzo, la Secretaría de Salud declaró el estado de emergencia sanitaria, que implica la suspensión de actividades no indispensables en los sectores público y privado, así como de las clases en todos los planteles educativos, todas las medidas anteriores con un elevado costo económico. Si bien en México el número de contagios aún es moderado, la Secretaría de Salud señala que el punto más alto se podría dar a principios de agosto.

Cabe destacar que a pesar de la gravedad de la situación y, en franco contraste con lo que sucede en los países avanzados, el gobierno federal propuso un paquete de estímulo que no contempla a los empresarios, incluso ha hecho un llamado para el cumplimiento puntual del pago de impuestos, sin modificar las fechas para la declaración anual de personas físicas y morales.

En este sentido cabe destacar la estrechez de las finanzas públicas originada por la baja recaudación fiscal en una economía de nulo crecimiento que se precipita a una recesión y por una muy drástica caída de los ingresos petroleros, que condena al fracaso la principal política pública del actual gobierno (el rescate de Pemex).

En este sentido, y en cumplimiento de sus obligaciones, la Secretaría de Hacienda envió al Congreso los Precriterios 2021. Este documento forma parte del proceso de planeación para el presupuesto, aunque también da la oportunidad de que Hacienda haga ajustes a su marco macroeconómico para el 2020. Los cambios en los Criterios Generales de Política Económica para el 2020 fueron muy marcados, a saber:

1. Hacienda reconoce que la economía mexicana probablemente entrará en una recesión. De acuerdo con la autoridad hacendaria el rango de crecimiento económico ahora oscila entre (-)3.9% y 0.1%, en franco contraste con el optimista rango anterior que se ubicaba entre 1.5% y 2.5 por ciento.

2. Para paliar el efecto de esta recesión se abandona el objetivo de un superávit primario de 0.7% del PIB y anticipa un déficit de (-)0.4% del PIB. Como resultado de haber pasado de un superávit primario a un déficit primario, se amplía el déficit financiero de 2.1 a 3.3% del PIB.

3. La autoridad hacendaria anticipa un tipo de cambio promedio de 22.00 pesos por dólar, anteriormente la estimación era de 19.90 dólares.

Durante el IT20 el crecimiento de la economía mantuvo el comportamiento inercial del 2019, es decir, crecimiento cero. De cara al IIT20 y muy posiblemente para el resto del año y el 2021, esta circunstancia se agravará por diversos factores:

1. La recesión a la que entrará la economía mexicana por la suspensión en abril de todas las actividades no esenciales —que son las más de la economía— en los sectores público y privado, para contener la expansión del COVID-19.

2. La reducción del comercio internacional y de los flujos turísticos a nivel mundial.

3. La recesión que enfrentará Estados Unidos que afectará negativamente el flujo de remesas hacia México.

4. La incapacidad del gobierno federal para establecer políticas públicas de protección al aparato productivo y para generar confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros.

 En este contexto, los principales indicadores económicos de México mostraron el siguiente comportamiento:

1. El Indicador Global de la Actividad Económica de enero registró una contracción anual de (-)0.7 por ciento. La caída se explica por el retroceso de las actividades secundarias y terciarias que disminuyeron (-)1.7% y (-)0.2% respectivamente.

2. La Inversión Fija Bruta en enero (último dato disponible) mostró una contracción anual de (-)9.2% y sumó su mes número quince con caídas anuales consecutivas. A pesar de ser el primer dato del trimestre, la incertidumbre generada ante los inversionistas, por eventos como la cancelación del proyecto de Constellation Brands, no favorece una mejora en los meses consecuentes.

3. En febrero, la Tasa de Desocupación (TD) fue de 3.7% de la Población Económicamente Activa a nivel nacional. Cabe señalar que no se había observado una tasa tan alta desde octubre 2016.

4. El Indicador de Confianza del Consumidor en marzo tuvo su segunda caída consecutiva anual cercana al (-)10.00 por ciento. Destaca que todos los componentes del indicador tuvieron contracciones a tasa anual y el que cayó más fue el relacionado con las expectativas del país en los próximos 12 meses, que retrocedió 19.50% anual. Cabe señalar que el Inegi informó que, a partir de abril, y hasta nuevo aviso, no se presentará el ICC, ya que la encuesta se realiza personalmente y la emergencia sanitaria pone en riesgo a sus encuestadores.