Principales directrices para el presupuesto gubernamental 2022

El 3 de agosto la Cámara de Diputados ratificó a Rogelio Ramírez de la O como secretario de Hacienda y Crédito Público, quien cuenta con la licenciatura en economía en la Universidad Nacional Autónoma de México y un doctorado, también en economía, por la Universidad de Cambridge en Inglaterra. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en importantes puestos de la academia, así como en el área de consultoría al sector privado.

En su discurso de ratificación, el nuevo secretario aprovechó para dejar en claro su posicionamiento en torno al paquete económico que se presentará en septiembre. Estos son los cuatro ejes principales:

1.- No habrá nuevos impuestos. Este es un tema de especial relevancia, ya que cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador fue electo prometió que no habría nuevos impuestos durante la primera mitad de su sexenio, al parecer tampoco habrá en el primer año de su segunda mitad.

2.- No aumentarán las tasas de los actuales impuestos. Este lineamiento es positivo si se considera que la gran mayoría de las empresas del país aún están en recuperación de la crisis de covid-19 por lo que continuar con el pago de sus impuestos en la misma proporción es benéfico. Además, si se compara con el resto de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, México cuenta con la tasa de Impuesto Sobre la Renta más alta.

3.- Habrá una simplificación en el pago de impuestos. De acuerdo con el nuevo secretario, una de las principales razones por las que los contribuyentes no pagan impuestos es por las complicaciones a las que se enfrentan para realizar la contribución. Si los mecanismos facilitan el pago es posible que haya una mayor tributación. 

4.- No habrá mayor endeudamiento. Se continuará con la política de austeridad de la actual administración federal y el objetivo es presentar un presupuesto balanceado, es decir que los ingresos de la federación sean similares a los egresos, sin considerar el pago de la deuda, lo que coadyuvará a preservar la calificación de la deuda soberana y también a la estabilidad macroeconómica.

Las declaraciones del funcionario generaron certidumbre en los mercados accionaros. Específicamente en el día de su ratificación y discurso el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores tuvo un avance de 1.51 por ciento. Lo anterior porque el actual titular se caracterizó en la última etapa de su carrera por estar en constante colaboración con el sector privado. 

Tal vez el tema más relevante que se discutió el día del testimonio fue la participación del sector privado para la construcción de obra pública en el país. El titular de Hacienda afirmó que una de las soluciones más plausibles para construir ante la actual austeridad fiscal son las asociaciones público-privadas.

Este tipo de proyectos requieren la participación de un capital semilla del gobierno que complementa la inversión privada para disminuir la carga de los riesgos financieros; de esta manera, cuando el proyecto comience a generar utilidades se destinará para el retorno de la inversión tanto del gobierno como del empresario.

Sin duda alguna los proyectos de inversión pública privada son percibidos a nivel mundial como un detonante de crecimiento. Además, en un país en donde los grandes proyectos de infraestructura recientes (el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas) se llevan a cabo con la inversión pública, ampliar el abanico de posibilidades a nuevos proyectos sin tener que recurrir en un sobreendeudamiento se antoja como una buena solución.