José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

11 Sep, 2020

La debacle económica que viene

Carmen y Vincent Reinhart, destacados economistas, recién publicaron un ensayo en Foreign Affairs en el que analizan “la depresión resultante de la pandemia y cómo la economía global nunca volverá a ser la misma de antes”, donde discuten lo que ocurre y qué seguirá.

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Afirman que la pandemia creó una contracción económica masiva que será seguida por una crisis financiera en buena parte del mundo, en la medida que los créditos corporativos morosos se acumulan junto con la quiebra de empresas, mientras que la crisis también dispara la bancarrota de países emergentes.

Se trata, además, de una crisis que afectará con singular severidad a los que menos tienen. El Banco Mundial —que recién contrató a Carmen como economista en jefe— pronostica que 60 millones de personas serán empujadas a la pobreza extrema, lo que será agravado por la desglobalización de la economía.

Los autores señalan tres razones que explican que el camino a la recuperación será largo y escabroso. La primera es el colapso de las exportaciones, pues la demanda global se contrajo por el cierre de economías y fronteras, lo que pegará a naciones dependientes de su comercio exterior, como México.

No sólo cayó el volumen de las exportaciones, sino también sus precios, en especial de materias primas, lo que se puede apreciar con agudeza en el caso del petróleo. Éste también será el caso de los ingresos por turismo, que tardarán mucho tiempo en regresar a sus niveles previos a la pandemia.

A diferencia de las crisis del pasado, la que se nos viene encima será generalizada al mundo entero y, con los motores del crecimiento apagados a nivel global, la caída será comparable a la sufrida durante la Gran Recesión de los 30. La OMC estima que el comercio global puede sufrir un colapso de entre 13% y 32 por ciento.

La segunda razón para una recuperación lenta es el desempleo. Los esfuerzos realizados por la mayoría de los países para mitigar la pandemia han significado el desmantelamiento de la más compleja maquinaria en la historia, la economía de mercado moderna, que no se podrá recuperar por las quiebras generalizadas de empresas. Arrasar con la clase empresarial implicará menor innovación.

Además, esta crisis surge cuando muchos países tenían ya una situación frágil en sus finanzas y enfrentaban desequilibrios fiscales difíciles de sostener por mucho tiempo, con el consecuente endeudamiento no sólo de los gobiernos, sino también de las empresas y las personas, una receta mortal.

La tercera característica que detallan los autores es la inequidad de la crisis, que tendrá una elevada regresividad no sólo entre individuos, pues pegará a aquellos con los empleos más precarios, sino también entre países, afectando mucho más a los atrasados. La ONU advierte que habrá la peor crisis alimentaria en 50 años.

Los más dañados serán los países que no actuaron para enfrentar la pandemia ni para atenuar sus efectos económicos, como México, que, a diferencia de lo que presume su iluminado líder, es ejemplo mundial de lo que no hay que hacer.

 

*Consultor en economía y estrategia en Washington DC y catedrático en universidades de México y Estados Unidos

 

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