Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

30 Ene, 2019

El viernes saldrá humo blanco en la ABM

El viernes concluye el proceso de votación en la Asociación de Bancos de México (ABM) para elegir al nuevo presidente que sucederá a Marcos Martínez, presidente de Santander, quien inició el proceso de elección a sobre cerrado y supervisado por notarios.

Como ya se sabe, hay dos candidatos. El favorito es Luis Niño de Rivera, de Banco Azteca, pero Enrique Zorrilla, de Scotiabank, está realmente dando la batalla para convencer a los banqueros de que será el mejor dirigente de la ABM.

Niño de Rivera ha sido aspirante desde hace más de una década, pero a muchos banqueros no les gustaba la idea de que Ricardo Salinas Pliego tuviera injerencia en la ABM, porque su relación con las autoridades financieras no era la óptima.

Sin embargo, hoy Salinas Pliego es uno de los empresarios más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador. Participa en el Consejo Asesor, integrado por ocho de los más importantes empresarios del país y a quienes López Obrador convocó hace dos semanas, en plena crisis de desabasto de gasolina. Además, Esteban Moctezuma, secretario de Educación, estuvo al frente de la Fundación de Grupo Salinas; Adalberto Palma, presidente de la CNBV, estuvo al frente de la Unifim, que fundó Banco Azteca; y Jorge Mendoza Sánchez, director de Banobras y de la Sociedad Hipotecaria Federal, y quien, por cierto, está avanzando bien en el proceso de reestructura de ambos bancos aún no fusionados, y es hijo del exsenador Jorge Mendoza Garza, muy cercano a Salinas Pliego.

Niño de Rivera, quien conoce al revés y al derecho a la ABM y es un excelente promotor, está haciendo también una intensa campaña y hablando con todos los banqueros para convencerlos de que defenderá los intereses de todo el sector y lo más seguro es que este viernes será finalmente el ungido.

CRE, NO PUEDE SESIONAR POR FALTA DE QUÓRUM

Para Ripley en verdad lo que está pasando con los órganos reguladores autónomos del sector energético, que son los patitos feos en la 4T y rechazados por la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y desde luego por el presidente López Obrador.

El problema es que mientras no modifiquen la Constitución, no podrán desaparecer ni modificar o disminuir las atribuciones de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que encabeza Guillermo García Alcocer, ni la acéfala Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), que enfrentan severos problemas para operar no sólo por la reducción de 28% en su presupuesto, sino porque, además, hay una desbandada de funcionarios y comisionados tanto por la baja salarial como el revés a la Reforma Energética.

La situación llegó al extremo en el caso de la CRE, porque no podrá sesionar la Junta de Gobierno por falta de quórum, ya que, como se rumoraba insistentemente, renunció la comisionada Montserrat Ramiro y sólo hay tres de los siete comisionados: García Alcocer, Guillermo Zúñiga y Guillermo Pineda.

PIPAS SIN AUTORIZACIÓN

Sin poder sesionar la CRE, no podrá aprobar nada, ni nuevos permisos de importación o terminales de almacenamiento, ni siquiera las 671 nuevas pipas que supuestamente son prioritarias en la estrategia de combate al huachicol. Se había afirmado que las pipas serían adquiridas y operadas por la Secretaría de la Defensa, que está al frente de la contratación de los nuevos choferes, pero al comparecer ante el Senado, Nahle informó que serán adquiridas por una subsidiaria de Pemex.

Es urgente, por lo tanto, que el presidente López Obrador envíe al inicio del próximo periodo ordinario las ternas para nombrar a los dos comisionados que ya renunciaron a la CNH y los cuatro que faltan en la CRE.

URZÚA FORTALECE A PEMEX, PERO NO EVITA BAJA DE CALIFICACIÓN

Se esperaba que el mercado recibiera bien el anuncio que hizo la Secretaría de Hacienda con medidas fiscales para fortalecer a Pemex y a su gobierno corporativo, lo que en la práctica es un revés a la iniciativa de Morena para modificar la Ley de Pemex y fortalecer al director general debilitando a los consejeros independientes.

Sin embargo, Fitch anunció ayer que bajó dos escalones la calificación de Pemex, mantiene la perspectiva negativa y está en riesgo de perder su grado de inversión, lo que es una pésima noticia porque generará presiones en el tipo de cambio, eleva el costo de financiamiento para Pemex, para el gobierno y para las empresas privadas.

 

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