Operación cicatriz para reactivar inversiones

Esta semana, se ha realizado una importante operación cicatriz por parte de Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, para tratar de recuperar la confianza del sector privado y reactivar las inversiones, porque no hay ninguna duda de que —como bien insiste Carlos Salazar, presidente del CCE— no hay forma de lograr un mayor crecimiento económico sin inversión del sector privado.

Aunque el presidente López Obrador insiste en que la economía va bien, la realidad es que sí hay una gran preocupación en la 4T por la tendencia a la baja en los pronósticos económicos en este año y también en 2020.

En este contexto se explican las reuniones que sostuvo López Obrador, primero, con el Comité Ejecutivo de la Asociación de Bancos de México, que encabeza Luis Niño de Rivera, y que se anunciara un muy ambicioso plan para canalizar hasta 500 mil millones de pesos en financiamiento bancario, que tiene el problema de que depende de factores ajenos a la banca, no sólo la situación económica que inhibe la demanda de crédito, sino también la ineficiencia de Eugenio Nájera, titular de Nacional Financiera y de Bancomext, porque alrededor de 112 mdp dependen del programa de créditos de garantías, que sólo se reactivó cuando los banqueros se quejaron.

 
MESA DE ENERGÍA

El miércoles, el presidente López Obrador se reunió con el presidente del CCE, Carlos Salazar; el presidente del CMN, Antonio del Valle; el presidente de Concamin, Francisco Cervantes, y desde luego, Alfonso Romo.

Además de continuar con las negociaciones de la CFE con las constructoras de gasoductos, se acordó formar una mesa de energía para fomentar inversión en electricidad, gas, petróleo y, sobre todo, petroquímica.

El problema es que la apertura en el sector petroquímico se hará bajo las reglas que fijará el gobierno, y Pemex conserva la Cangrejera y Pajaritos, por lo que la apertura será parcial. La inversión privada dependerá de estas reglas y, desde luego, de que haya respeto a los contratos.

 
CONEVAL Y LA DEFENSA DE ESQUIVEL

Otro problema es que una cosa es lo que les dice López Obrador a los empresarios y otra son sus declaraciones en las mañaneras, que contribuyen a generar incertidumbre. Ayer se pronunció a favor de que desaparezca el Coneval, que apenas el martes cambió de titular, y que debería ser el Inegi el que mida la pobreza.

La mejor defensa del Coneval la realizó ayer Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México y exsubsecretario de la SHCP. En una serie de tuits, muy comentados en todos los medios, Esquivel recordó que fue el Coneval —en realidad fue su extitular, Gonzalo Hernández Licona— el primero en reaccionar ante un cambio en la metodología del Inegi para medir el ingreso.

El Inegi señaló que no debe, por sí sólo, hacerse cargo de la medición de la pobreza porque los criterios metodológicos deben ser validados por otra instancia. Y el Coneval va más allá de la medición de la pobreza, porque evalúa el diseño, operación e impacto de la política social.