Bonos de Carbono, una opción para combatir el cambio climático

Como requisito para recibir esos bonos, los países o las empresas interesadas deben demostrar inversiones en tecnologías no contaminantes
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Como requisito para recibir esos bonos, los países o las empresas interesadas deben demostrar inversiones en tecnologías no contaminantes. Foto: Especial.
Como requisito para recibir esos bonos, los países o las empresas interesadas deben demostrar inversiones en tecnologías no contaminantes. Foto: Especial.

Ciudad de México.- Por casi 20 años, los Bonos de Carbono han representado una opción ideal para financiar tecnología que ayude a encontrar alternativas para disminuir los efectos del calentamiento global. 

El problema del calentamiento global generado por la emisión de los gases de efecto invernadero (GEI) ha dejado de ser una simple teoría para convertirse en un factor del cambio climático que vive el planeta.

Al respecto, el ganador del Premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, aseguró que por esa razón, el cambio climático se ha convertido en el reto más grande de la humanidad hoy en día, ya que se trata del “problema ambiental más complicado que hemos enfrentado”.

Ante ello, recordó que en las últimas décadas, los mismos jefes de Estado del mundo han llegado al acuerdo de evitar que el calentamiento global se eleve más allá de los dos grados promedio, para lo cual se han establecido diversas acciones como el Protocolo de Kyoto.

Sin embargo, no todos los países han querido asumir ese compromiso, que obliga a establecer medidas para reducir la emisión de uno de los principales gases responsables del cambio climático, el dióxido de carbono (CO2).

Es por ello que como una opción surgieron los denominados “bonos de carbono” los cuales, sin llegar a obligar de manera estricta a reducir las emisiones de CO2, se han convertido en un impulsor económico para desarrollar tecnologías que ayuden a combatir el problema.

En entrevista con Notimex, la directora del Centro de Análisis Económico del Tecnológico de Monterrey campus ciudad de México, Leticia Armenta Fraile, explicó que los bonos de carbono son un conjunto de certificados que ayudan a los países a contar con recursos para invertir en tecnología limpia.

Dichos bonos son emitidos por las Naciones Unidas, toda vez que se trata de una iniciativa internacional en la que hay un compromiso de las naciones industrializadas por invertir en esa tecnología que ayude a reducir emisiones.

Sin embargo, a diferencia de los Protocolos de Kyoto, en este caso no existe una entidad supranacional que pudiera sancionar a quienes incumplen con las metas de reducción de emisiones.

Como requisito para recibir esos bonos, los países o las empresas interesadas deben demostrar inversiones en tecnologías no contaminantes y presentar un estudio que determine que con esa inversión es posible una reducción efectiva de gases de efecto invernadero.

Dicho estudio se presenta ante la ONU y ésta a su vez entrega los certificados en caso de que haya sido aprobada la documentación que se presentó, avalada por una entidad distinta a la empresa y que sea reconocida en la materia.

El país o la empresa que reciben los bonos se comprometen a usarlos para desarrollar y trabajar con tecnología que reduzca la emisión de CO2 durante un tiempo determinado.

Al término de ese lapso, el beneficiario debe demostrar los avances alcanzados por dicha inversión, y en caso de no alcanzar la meta puede recurrir a una segunda negociación para hacerse de más recursos que le permitan cumplir con su objetivo planteado.

La académica recordó que México tiene una importante participación en bonos de carbono, en la que Petróleos Mexicanos (Pemex) es la principal empresa que ha recurrido a ese mecanismo para incrementar la eficiencia de sus procesos de manera limpia y amigable con el ambiente.

Desde luego existen países como Estados Unidos y Australia, que en su momento se negaron a participar en el Protocolo de Kyoto por pretender evitar un compromiso riguroso, pero que han recurrido a los bonos de carbono para participar en los beneficios de desarrollar tecnología limpia.

De esta manera, los bonos de carbono, además de ayudar a reducir la emisión de CO2, incentivan la inversión y el desarrollo de nuevas tecnologías y traen como resultado la generación de energía limpia y eficiente.

Durante su participación en el marco de la Reunión Nacional de Delegados del Sector para analizar las Tendencias de la Política Ambiental en el país, el 3 de julio pasado, Mario Molina destacó la importancia del carbono en la temperatura del planeta.

Respecto a los mitos generados respecto al calentamiento global, precisó que tras los estudios efectuados en los últimos cinco años, se determinó que exite 95 por ciento de probabilidad de que el CO2 sea el principal responsable del cambio climático.

Ello se debe a que de los gases que ayudan al equilibrio de la temperatura del planeta, es el dióxido de carbono el que mayor ingerencia tiene al ser responsable de al menos 33 grados centígrados de la temperatura del planeta.

A grandes razgos, detalló que la temperatura promedio calculada que el planeta recibe de la energía solar es de apenas -18 grados, lo que a primera vista llevaría a la conclusión de que el planeta debería estar congelado.

Sin embargo, son los gases de efecto invernadero natural los que ayudan a que parte del calor recibido del Sol permanezca en la Tierra y esos gases son el vapor del agua que absorben las tres cuartas partes de la radiación solar y el CO2, que absorbe el resto.

Esta pequeña parte de CO2 es la que permite que el calor generado por la radiación infrarroja se mantenga en el planeta, y no el vapor del agua, de manera que si hay una pequeña variación negativa de CO2, el vapor de agua se condensa y se congela, perdiendo todo el calor absorbido.

Por lo anterior, los estudios revelan que el CO2 es el responsable de la diferencia de 33 grados que tiene la Tierra y que permiten la generación y evolución de la vida.

De esta manera, si hay un incremento del total de CO2 del planeta, el cual si se condensara como hielo seco apenas formaría una capa de cuatro milímetros, la temperatura aumentaría generando un cambio climático radical.

Es por ello que el control de las emisiones de este gas se ha hecho un reto importante, ya que los estudios de la atmósfera de los últimos 800 mil años revelan que de la Revolución Industrial a la fecha hubo un incremento de CO2 de 40 por ciento en la atmósfera.

Ello ha traído como consecuencia la variación climática que ya vive en el planeta y que hasta 2013 se determinó es ocasionado por las emisiones generadas por la combustión de combustibles fósiles en el último siglo.

Mario Molina destacó que esa variación apenas ha generado un incremento de un grado de temperatura, que aunque parece mínimo ha sido suficiente para ocasionar los cambios intensos en las variaciones atmosféricas.

“No podemos decir que una inundación o tormenta especifica haya sido causada por el cambio climático, pero su intensidad se incrementó en extremos de hasta 20 veces, que son consecuencia del cambio de concentración de CO2”, subrayó.

Por lo anterior, el ganador del Premio Nobel de Química subrayó que “el cambio climático es algo que ya nos está afectando” y el reto es reducir las emisiones hasta 50 por ciento en la próxima década, si se pretende que los efectos del calentamiento global nos alcancen antes de lo estimado.

 

Jbf

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