Paul Lara

Cyberpunks

Paul Lara

27 Nov, 2023

La diplomacia del yuan y el anarcocapitalismo

La diplomacia del yuan y tecnológica que tiene China en América Latina sigue expandiéndose. El comercio, la inversión y los préstamos de China a América Latina han crecido notablemente desde 2000. De cantidades casi insignificantes, el comercio con el país asiático ahora constituye aproximadamente 13 por ciento del comercio global total de la región, complementado además por préstamos e inversiones favorables en una variedad de sectores, sobre todo el tecnológico y de TI.

China también ha ampliado su representación diplomática, intercambios militares y presencia cultural en toda América Latina. Esto le ha permitido convertirse en una alternativa a las fuentes occidentales tradicionales de inversión, comercio y tecnología, brindando así nuevas opciones (“y mayor autonomía”) a los estados latinoamericanos frente a Estados Unidos.

Luego de que la semana pasada el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inaugurara las nuevas instalaciones de la Biblioteca Nacional en el centro histórico de la capital, cuya construcción fue una donación de China, con un costo presupuestado de 54 millones de dólares, se pueden hilar cabos sobre las preocupaciones de que el país asiático, bajo primicias económicas y tecnológicas, presione a los países latinoamericanos para erosionar los avances logrados en materia de derechos laborales, ambientales y humanos en un esfuerzo por promover un entorno empresarial más favorable para sus corporativos.

En 2019, Bukele viajó a China para reunirse con el presidente Xi Jinping y, durante el encuentro, se anunció un plan de cooperación financiera no reembolsable. Tras ese anuncio, el gobierno de Estados Unidos dijo que El Salvador debía evaluar los pros y los contras de esa ayuda. Bukele defendió las donaciones de China. Muchos países centroamericanos, coquetean con China.

En el mismo contexto vimos hace unos meses a Lula da Silva, quien se ha convertido en un fuerte aliado del gobierno chino, además criticando duramente al Fondo Monetario Internacional y la omnipresencia del dólar estadunidense en el comercio mundial.

Lula y Xi Jinping, el presidente chino, aseguran que van a firmar decenas de acuerdos de asociación en ámbitos como la tecnología, la energía, el desarrollo y el comercio. Uno de los acuerdos más llamativos se refiere al establecimiento de transacciones directas no en dólares, sino en yuanes.

El mandatario brasileño aseguró en su visita a Asia que se preguntaba todas las noches: “¿por qué todos los países están obligados a comerciar en dólares? ¿Por qué no podemos comerciar en nuestra propia moneda? ¿Por qué no apostamos por la innovación? Trataremos de financiar los proyectos en divisas locales, favoreciendo los mercados nacionales y reduciendo la exposición a las variaciones del tipo de cambio”. Muchos países sudamericanos coquetean con China.

Sin embargo, parece que un negrito en el arroz ha surgido en la región, apoyado en las estrategias tecnológicas que presidentes como Donald Trump y Barack Obama llevaron a cabo en internet y las redes sociales para lograr el gusto de la gente y ganar las elecciones, y que podría estorbar en los planes chinos de apropiarse cada día más de América Latina: Javier Milei.

Argentina ha tenido desde hace varios años una estrecha relación con China, quien le ha servido como salvavidas para la convulsa economía del país, pero la llegada de Milei al poder pone esos lazos en jaque y abre un periodo de incertidumbre.

El presidente electo argentino aseguró que rompería relaciones con “los países comunistas” y rechazó la necesidad de que su país se incorpore al grupo de potencias emergentes BRICS, aunque hay preguntas sobre cómo sería la maniobra real para materializar esas decisiones.

Desde Pekín, la respuesta fue clara: “A Argentina no le interesa romper relaciones con un país tan grande como China”, declaró la portavoz de Exteriores, Mao Ning, la semana pasada. El próximo gobierno sudamericano, por el momento, no ve en los avances tecnológicos o en las políticas sociales chinas una oportunidad para arreglar el país, como sucede en otras naciones del continente.

Esto podría ser un indicador de un desacelere en la política expansionista de China o una victoria contundente en el corto plazo en América, si es que Milei no cumple con el rompimiento con los “comunistas” y decide no dolarizar su economía (como ha dicho que hará), lo cual mostrará que vendrán muchas promesas incumplidas que seguirán poniendo en desventaja a Estados Unidos frente a los asiáticos.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube