Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

3 Dic, 2022

El colapso cripto y México

 

Desde hace un tiempo dejé de utilizar el término criptomonedas y en su lugar comencé a decir criptoactivos cuando quería referirme a Bitcoin, Etherium, Ripple y la pléyade de este tipo de valores. La lógica obedece a que esos activos no cumplen con las tres características básicas de una moneda que son: Transaccionalidad, que se refiere a la posibilidad de ir a la tienda y poder pagar con una Bitcoin, mucho menos con Tether, Dogecoin o Cardano. Unidad de cuenta, definitivamente la volatilidad de estas monedas destruye ese propósito, primero subían como la espuma y luego se desplomaron en los últimos 12 meses. Resguardo de valor, quizás en el pasado se cumplía, los que compraron en noviembre de 2019 han tenido un buen rendimiento, los que compraron en noviembre de 2020 van tablas, sin contar la inflación, y muchos de los que compraron en el penúltimo mes del año pasado se deben sentir estafados, aunque también pueden ser populistas cripto, como el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

Más allá del término exacto, vale la pena preguntarse: ¿Cuántos mexicanos tienen este tipo de activos? Hasta ahora no hay una cifra exacta, una firma denominada Finder estima que, en México, 12 millones de personas participan de este mercado en nuestro país, mientras que Bitso, que es la plataforma de intercambio de estos activos nacida en México, dice que cuenta con 6 millones de usuarios, también considerando Colombia, Argentina y Brasil. No hay una cifra exacta, pero se estima que hay casi cinco millones de mexicanos y, como en el resto del mundo, el apetito por este tipo de activos se disparó con la pandemia, lo que impulsó el precio de Bitcoin y otros criptoactivos. Muchos llegaron buscando los extraordinarios rendimientos que se dieron con la pandemia sin entender a cabalidad a qué estaban jugando, otros ya participaban bajo el idealismo de la libertad total y unos más bajo la visión de un internet descentralizado que depende de protocolos y no de compañías. El problema es que muchas de las promesas de los criptoactivos se fueron desvaneciendo. La más obvia, que serían resistentes a la inflación al emanciparse del control y dinámica que imponen los bancos centrales, aunque al mismo tiempo acariciaban la posibilidad de ser regulados por las autoridades financieras, incluyendo a los propios bancos centrales. Además, se suponía que siendo la siguiente generación de dinero y teniendo en cuenta la arquitectura blockchain, que es una base de datos de encriptación colaborativa y distribuida, que teóricamente permitiría suplir los mecanismos de control, uno tras otro, los colapsos que han ido ocurriendo demuestran que la falla fue en la conducta humana, que no fue sustituida por mecanismos automatizados, y por lo tanto el valor más importante cuando se gestiona el patrimonio de las personas es la confianza, y ésta queda apuntalada con mecanismos externos que se vuelven indistinguibles del sistema financiero tradicional con un único diferencial, el valor que pueda generar el blockchain hacia adelante y, por eso, el único criptoactivo que en mi opinión tiene una tesis de valor de largo plazo es Etherium.

Los fundadores de las dos plataformas de intercambio de criptoactivos más grandes del mundo han sido muy visibles, al participar en la discusión pública en este momento crítico. Changpeng Zhao, fundador de Binance, creó un fondo de mil mdd para soportar a las plataformas que sean afectadas por el equivalente a una corrida bancaria, antes de todo este episodio tuvo la previsión de conformar un consejo, en donde por cierto participa Adalberto Palma, quien fue el titular de la CNBV desde que comenzó esta administración y hasta el 3 de marzo de 2020. Por otro lado, el fundador de Coinbase, Brian Armstrong, ha dicho que al ser Coinbase un “exchange” que está listado en Nasdaq, tiene un nivel de transparencia que la distingue de otras propuestas. En el caso de México, donde Bitso es el jugador más grande, Daniel Vogel ha sido tímido, si bien emitió un posicionamiento desde el 10 de noviembre en el que estableció que, a diferencia de FTX, “nunca hemos hecho nada con los fondos de nuestros clientes, a menos que se nos solicite explícitamente. Éste es el caso de nuestro producto de generación de rendimientos Bitso+, donde nos tomamos muy en serio nuestro manejo de riesgos”. La compañía también ha dicho que pronto van a publicar su balance para disipar cualquier miedo, no obstante, creo que Daniel Vogel o la directora de Bitso en México, Bárbara González, deberían ser voces mucho más activas, lo que les permitiría sobresalir en un entorno de alta incertidumbre. Muchos mexicanos, sobre todo los que invirtieron con el auge del precio de las cripto, tendrán mucha incertidumbre. Hacer el menor ruido posible y dejar que pase la tormenta es mala estrategia. Churchill es un buen arquetipo de liderazgo incómodo, el primer ministro británico habría logrado muy poco con un bajo perfil.

 

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