Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

27 Mar, 2021

El frágil siglo XXI

La sociedad de consumo del siglo XXI es como un niño sobreprotegido que no comió tierra de pequeño, que nunca se cayó porque sus papás sólo lo dejaron jugar con una computadora y con juguetes con bordes redondeados para evitar cualquier accidente. Cuando este niño participa en concursos, siempre hay medallas para todos, así no se hieren susceptibilidades. Así es el siglo XXI, frágil.

La pandemia nos mostró dicha fragilidad, una y otra vez, primero, con la incapacidad de las personas para encerrarse en su casa y evitar los contagios, luego, con la reticencia a utilizar el cubrebocas. De hecho, dos millones 700 mil personas fallecidas después, muchos todavía se niegan a utilizarlo porque les raspa su carita o porque no los deja respirar.

La aversión al riesgo político alcanza niveles absurdos, como cuando los líderes europeos decidieron suspender la aplicación de la vacuna de AstraZeneca porque existe una posibilidad de 0.0000021 por ciento de desarrollar un coágulo. La pequeña franja de comodidad de las sociedades de consumo amplifica los problemas que pretende resolver. La necesidad de tener soluciones rápidas al alcance de una pantalla táctil de teléfono celular nos hace crédulos ante patrañas como el dióxido de cloro o las buenas vibras como escudo protector contra covid-19. Los bares de París, las calles de South Beach, en Miami, y los restaurantes de la Condesa muestran la incapacidad de sacrificar un poco de diversión para cuidar a los demás. Los liderazgos, en su mayoría, son alérgicos a decirles a sus gobernados las malas noticias y eso lleva a que, sistemáticamente, se subestimen los problemas, ya sea la crisis económica, de salud o los transtornos que ocasiona el cambio climático.

 

ESTRUCTURA ECONÓMICA

La fragilidad también se expresa en la estructura económica del planeta, en la que todas las piezas están conectadas just in time, con perfecta sincronía e interdependencia, lo que genera una gran eficacia, pero también una gran vulnerabilidad, como lo ha mostrado 2021.

Por ejemplo, una sobredemanda de artículos electrónicos implica que hay menos microprocesadores y una disrupción en su abasto genera que paren las líneas de producción automotrices y de electrodomésticos porque no hay inventarios ni resiliencia.

Una tormenta de nieve en Texas genera un apagón que se extiende hasta México, país que no ha podido almacenar gas en todos estos años. Una tormenta de arena y un megabarco pueden estresar el comercio internacional y afectar los precios del petróleo, generar un efecto dominó impactando las cadenas de suministro y la manufactura, así como los precios del transporte marítimo en todo el mundo. La fragilidad en toda su expresión.

La fragilidad logística no es distinta en el sistema financiero internacional, como lo demostró la crisis 2008/2009, pues nos dejó ver que, en un mecanismo tan complejo, grande e interrelacionado, los errores y las fallas pueden quedar ocultas fácilmente y derrumbar todo el sistema.

 

SOBREPROTEGIDOS

Es necesario que la sociedad de consumo se vuelva un poco más resiliente con sistemas redundantes que soporten errores, así como es necesario que los niños coman un poco de tierra, pierdan en los concursos y se frustren. Se requiere menos confort y más opciones, menos hedonismo y más adaptación.

 

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