El Mago de Oz y las sequías

En este año y medio de interminable pandemia, la metáfora que más ayuda a entender el panorama es la historia que ofrece El Maravilloso Mago de Oz, cuya principal moraleja es que no hay nadie a cargo, únicamente un impostor. La pandemia nos mostró que, uno tras otro, cada país fue demostrando que la especie humana no es muy apta para enfrentar problemas abstractos y exponenciales.

Desde China, que, en un principio, fue víctima de los liderazgos locales que, en el afán de no dar malas noticias a Pekín, ocultó el inicio de la pandemia, con lo que se perdió tiempo clave que hubiera podido ayudar a contenerla, a lo que se suma la opacidad que ha mantenido, hasta el momento, el gobierno de Xi Jinping, complicando el entendimiento del origen del virus.

Otros países fueron exitosos en la cuarentena, se confiaron y no consiguieron vacunas y, ante la variante Delta, ahora se encuentran enfrentando brotes. Hubo otros, como Estados Unidos, México y Brasil, que simplemente no estuvieron a la altura de la circunstancia y sus líderes menospreciaron el virus desde un principio e ignoraron a los científicos o simplemente ni siquiera los pusieron a cargo. A lo largo del último año y medio, gobiernos racionales tomaron decisiones absurdas, como la de la administración Biden al permitir que los vacunados dejaran de utilizar cubrebocas, sin viabilidad para verificar a los que no lo estaban, ahora rectifican cuando ya es muy tarde y costoso volver a implantar su uso. En fin, la pandemia ha demostrado que no hay nadie a cargo y que todos estamos improvisando.

Lo anterior me da la certeza de que no estamos capacitados para enfrentar una amenaza como la del calentamiento global. La única posible solución es que el ingenio humano genere una innovación tecnológica de gran escala con un precio accesible que permita retirar dióxido de carbono de la atmósfera, aunque aun así sería complicada la implantación. El último reporte del Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático de la ONU deja claro que en las siguientes décadas seguiremos enfrentando con más intensidad las consecuencias de las emisiones de gases de efecto invernadero, aun cuando en el futuro próximo logremos transformar marginalmente la matriz energética.

Este informe divide al mundo en varias regiones y proyecta el impacto específico para cada una de ellas. Ubica a México en la región Centroamérica Norte y Centroamérica Sur y las proyecciones muestran que, con alta probabilidad, estas dos áreas van a continuar experimentando sequías, lo que implica impactos en la producción agrícola de México y un mayor estrés hídrico en la zona centro y norte del país. En cuanto a los incendios forestales, prevén con alta probabilidad que en la región Centroamérica Norte habrá condiciones proclives, mientras que en la zona Centroamérica Sur será un poco menos probable.

Dado que en México hechos cíclicos y prevenibles como los huracanes o incluso las lluvias sorprenden a las autoridades, es necesario asumir como marco de referencia al Mago de Oz, es decir, no hay nadie a cargo y serán las fuerzas del mercado las que den la mejor respuesta, por lo que habrá negocios que van a prosperar.

¿Cuáles son algunos de ellos? Las compañías que se dedican a sistemas de riego por goteo, tipo Netafim, firma israelí que fue comprada por la mexicana Orbia. Otras que tendrán mucho éxito son las que se encarguen de hacer eficiente la gestión de agua en zonas urbanas, como Rotoplas; firmas innovadoras en la producción de comida en laboratorio, como NotCo, de Chile, o de proteína de insecto, como Gricha o Nutrinsectos, ambas de México. Frente a las sequías y el Mago Oz nos queda el mercado y la innovación.