El misterio de la mediocridad mexicana

México es un país de paradojas económicas. A lo largo de su historia ha vislumbrado oportunidades que prometen desatar su potencial y prosperidad. Un ejemplo se dio a finales de la década de los setenta del siglo pasado. Justo cuando el mercado global de petróleo experimentaba una reconfiguración se descubrió el megayacimiento de Cantarell, en Campeche. Sin embargo, en lugar de ser el cimiento de una nueva prosperidad, se transformó en un elemento que exacerbó el modelo autoritario, caracterizado por el gasto desmedido y una perspectiva estatista errónea. La aparente riqueza de ese periodo estancó nuestro progreso y curva de aprendizaje. Desde entonces hasta ahora, el país hizo algunas cosas bien, otras mal y surgieron nuevos problemas, ahora, en la segunda mitad de 2023, nos asomamos a otro momento de gran crecimiento potencial, pero para aprovecharlo debemos entender en dónde estamos y hacia dónde nos vamos.

EL DIAGNÓSTICO

Una de las mentes más brillantes en el ámbito económico es Santiago Levy. En 2018 publicó Esfuerzos mal recompensados: La elusiva búsqueda de la prosperidad en México. En este libro, Levy diserta sobre las razones que han estancado el crecimiento del país, a pesar de diversas reformas y cambios estructurales. Si bien su análisis se basa en datos hasta 2013, reconoce las reformas en energía y telecomunicaciones de 2014 como pasos en la dirección correcta. Recientemente, utilizando la Encuesta Ingreso Gasto de los Hogares en México 2022, Levy y Luis Felipe López Calva coescribieron un artículo para Nexos titulado “¿Qué falló? ¿Qué sigue? México 1990-2023”. En este trabajo, distinguen tres etapas en la estrategia económica mexicana, identificando desafíos como la informalidad, la débil competencia y la rampante corrupción. La primera etapa estuvo vigente hasta 1990, la segunda etapa predominó de 1990 a 2018 y consistió en garantizar la estabilidad macroeconómica consolidando la autonomía del Banco de México, así como insertando al país a la dinámica económica global a través de las exportaciones y abriendo el mercado doméstico, la tercera etapa, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, mantuvo la estructura macroeconómica y la integración con Estados Unidos, pero mantuvo la visión fallida de que el crecimiento con inclusión social obedece a dos procesos separados, lo cual genera la perversa dinámica formalidad-informalidad.

LA DISTORSIÓN

La informalidad, impulsada por subsidios involuntarios de la formalidad, ha distorsionado la inversión y el talento en el país. Este fenómeno da pie a lo que los autores denominan “creación destructiva” en lugar de “destrucción creativa”. Otra preocupación es el marco jurídico que favorece a grandes empresas en detrimento de las pequeñas. Esta situación, combinada con la falta de competencia, fortalece el statu quo de las familias más acaudaladas que tienen algunos mercados cautivos.

LOS SIGUIENTES PASOS

Ayer, en entrevista con Pascal Beltrán del Río y conmigo en la Primera Emisión de Imagen Multicast, Santiago Levy nos decía que la diferencia entre el norte y el resto del país es que esa zona del país logró disminuir su informalidad gracias al TLCAN, hoy T-MEC. Lo anterior muestra que el Corredor Transoceánico va a ser el sentido correcto y le permitirá a la próxima administración no arrancar de cero en esa agenda. En la entrevista nos dijo Levy que es indispensable generar un sistema social universal que le permita a las empresas formales tener mayor agilidad en la contratación y, de esta forma, aumentar su productividad.

Además, no podemos ignorar el creciente problema de inseguridad pública. El auge en el cobro de “derechos de piso” y las distorsiones en los precios amenazan la estabilidad económica.

OPORTUNIDAD O DEBACLE

A México le quedan apenas diez años para capitalizar su bono demográfico. Si lo combinamos con el fenómeno del nearshoring, tenemos una ventana de oportunidad única para transformar la realidad nacional y enfrentar los desafíos que se avecinan en las próximas décadas, como el tsunami demográfico, los procesos de automatización en amplios sectores de la economía producto de nuevas tecnologías, así como el calentamiento global.