El momento de Jonathan Heath

Una vez más, el gobierno federal siguió un camino desordenado y poco ortodoxo con el Banco de México al nombrar, más allá del límite del calendario, al sustituto de Gerardo Esquivel en la Junta de Gobierno. Así como Victoria Rodríguez Ceja se convirtió en la primera mujer al frente del banco central, de ser ratificado, Omar Mejía Castelazo será el primer miembro de la junta que no cuenta con maestría o doctorado, aunque es importante no caer en el credencialismo, en algún momento hubo un ingeniero, aunque tenía mucha trayectoria en el sistema financiero, habrá que juzgarlo por sus decisiones y reflexiones. Lo importante es que el inminente banquero central es sensato y no ideológico, también es un hecho que es de bajo perfil y no ocupará el espacio en la discusión pública que llenaba Esquivel.

EL RETO 2023

2023 será un año complicado para los bancos centrales de todo el mundo ante el descontento y ruido político que generará la desaceleración económica como efecto de la política monetaria. El Banco de México no será la excepción, seguramente el presidente López Obrador utilizará su recurrente y fallida metáfora del automóvil que se calienta y que, para evitarlo, los expertos recomiendan apagarlo, lo que provoca que el coche se enfríe, pero que no avance. También habrá que sumar las continuas presiones para que se utilice el remanente del Banco de México para otros fines más allá de lo que contempla la ley o los Derechos Especiales de Giro o incluso propuestas como la que buscaba que el Banco de México comprara los dólares en efectivo de la banca privada. Las presiones para el banco central en 2023 y 2024 se incrementarán y, ante ello, es fundamental que haya una comunicación fluida y clara de cara al mercado, pero, sobre todo, de cara a la sociedad.

EL VIEJO PARADIGMA

Antes se pensaba que los banqueros centrales debían ser crípticos en su comunicación, con lo cual evitaban sobrerreacciones del mercado y abrir flancos políticos, era legendario el lenguaje fedish, ininteligible, que utilizaba Alan Greenspan, incluso se interpretaba el tamaño de su portafolio cuando iba a su oficina para anunciar la decisión de política monetaria como un indicio para saber hacia dónde se inclinaría la decisión de la tasa. Con Ben Bernanke ello comenzó a cambiar ante la necesidad de explicar decisiones y medidas inéditas que se adoptaron en el contexto de la crisis derivada de las hipotecas subprime.

En México, Agustín Carstens era un maestro de las metáforas, mientras que Alejandro Díaz de León hablaba con claridad didáctica y, junto con el resto de la Junta de Gobierno, promovieron más mecanismos de transparencia, como plasmar el sentido del voto de cada miembro en el anuncio de política monetaria e incluir la expectativa de inflación del banco central. En ese afán, también se inauguró el magnífico Museo del Banco de México.

LLENAR EL VACÍO

Hace unos meses escribí que la gobernadora Victoria Rodríguez Ceja va recorriendo lento la curva de aprendizaje, comunica poco, prácticamente no participa en foros públicos, no se le ha visto en las reuniones internacionales del FMI y del Banco Mundial, tampoco en otras reuniones globales. En su momento, dudé si estaba pecando de impaciencia con mi observación, ya se cumplió el año y no ha cambiado prácticamente nada. Considerando el nuevo perfil que se integra con Mejía, será todavía más relevante la tarea que realiza Jonathan Heath al comunicar proactivamente y de manera didáctica las ópticas y lógicas de las decisiones y reflexiones, al menos de uno de los miembros del órgano que gobierna al banco central. Aunque a algunos no les guste, se requiere de una comunicación fluida y atrevida y, por ello, es clave que, ante el hueco que deja Gerardo Esquivel, continúe Jonathan Heath con sus tuits, entrevistas, análisis y conferencias. Ojalá otros miembros de la junta, como Irene Espinosa y Galia Borja, continúen intensificando su participación pública y el 2023 sea el año que escuchemos y veamos más a la gobernadora.