Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

19 Ene, 2022

El rescate de Citi y la mexicanización

 

El miércoles 19 de noviembre de 2008, apenas dos meses después del colapso de Lehman Brothers, que marcó un punto de inflexión en la crisis financiera mundial de ese entonces, el secretario del Tesoro de Estados Unidos Henry Paulson se vio en la penosa necesidad de informarle al presidente George W. Bush que Citigroup podría colapsar y arrastrar a los demás bancos generando una crisis comparable con la Gran Depresión.

W. Bush le dijo a Paulson que pensaba que ya había establecido los programas necesarios para estabilizar a los bancos que habían requerido ayuda, a lo que el secretario del Tesoro respondió que él también lo pensaba, pero que la hoja de balance de Citi estaba débil y los short sellers estaban atacando al banco.

En su libro titulado On the Brink, Henry Paulson relata que aquella noche de miércoles fue la peor que ha tenido, lo cual no es menor considerando que para entonces ya había enfrentado como secretario del Tesoro varios momentos en los que el sistema financiero se asomó al abismo.

Entre las soluciones que se plantearon aquella semana para salvar a Citigroup del colapso se consideró diluir al banco y dejar sus partes más valiosas en manos de otros bancos, como ocurrió con Bear Stearns, también se vislumbró fusionarlo con Goldman Sachs, pero no fructificó, finalmente se implantó un rescate y, lógicamente, el criterio de las distintas agencias de gobierno que salvaron al grupo financiero fue: el interés nacional de Estados Unidos.

En su libro titulado Stress Test, Timothy Geithner, quien al momento de la crisis en 2008 era presidente de la Fed de Nueva York, cuenta que como reguladores sabían que Citi no se portaba muy bien y arrastraba los pies, además en su evaluación del episodio menciona que los directivos de Citi ignoraban muchos aspectos de los riesgos que corrían al ser de los principales fabricantes de (CDO) que fueron los instrumentos derivados de deuda que contribuyeron a la crisis.

Al considerar los relatos de ambos funcionarios, Henry Paulson y Timothy Geithner es evidente que el horizonte de acción de los grupos financieros de Estados Unidos era y es el interés nacional, como se observó en la crisis financiera 2008 y 2009, en donde la operación mexicana de Citi estuvo a expensas de las necesidades de la matriz, que era obtener liquidez de donde fuera.

Es evidente que un banco de capital nacional toma decisiones más orientadas y más acertadas de cara a sus clientes del país donde radica y las autoridades tienen más palancas para buscar el interés nacional, sobre todo en un escenario de crisis.

No obstante, tampoco se pueden sobredimensionar los efectos de tener bancos con matrices extranjeras, dado que una buena regulación es la mejor fórmula para fortalecer los objetivos del sistema financiero nacional y en condiciones habituales el interés del grupo financiero está alineado con los del país, independientemente del origen del capital, como lo han mostrado entidades como BBVA, Santander o Scotiabank.

Más que preocuparse por el origen del capital del comprador o los futuros dueños de Citibanamex sería más útil para el país fortalecer a los reguladores como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que en el contexto de la austeridad ha tenido una fuga de talento importante, además de buscar seguir trabajando de la mano del Banco de México, así como darle un papel más protagónico a la Condusef en la defensa más enfática y sensata de los usuarios de servicios financieros.

 

 

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