Lecciones de la lista Forbes

Ahora que se publicó la lista de Forbes de las personas más prósperas de la Tierra, saldrá Oxfam a decir que las personas más ricas tienen más que la mitad de la población del planeta. Desde hace años me parece que la pregunta pertinente cuando se piensa en esta lista es: ¿Sería más rico personalmente de no existir Jeff Bezos y sus activos de 177 mil millones de dólares, o Elon Musk? La respuesta es no. De hecho, en el caso de Jeff Bezos, probablemente ha ayudado un poco a mi prosperidad dado que, como consumidor, me he beneficiado de Amazon y he podido comprar productos más baratos, a lo que hay que sumar la derrama económica que genera la presencia de la compañía en México, en donde ha invertido más de 100 millones de dólares en centros de distribución. A lo que, a su vez, habría que sumar el pago a compañías de paquetería, el gasto en cajas de cartón, publicidad, etc.

En cuanto a Elon Musk, no veo un beneficio inmediato en mis finanzas, aunque es probable que en el futuro compre un Tesla o contrate el internet satelital Starlink, el cual pertenece a su otra compañía, SpaceX.

 13 MEXICANOS

En la lista aparecen 13 mexicanos que, en conjunto, tienen activos por 132 mil 500 millones de dólares. Y aquí viene otra pregunta, ¿De no existir Carlos Slim y sus 62 mil 800 millones de dólares, o Germán Larrea y sus 25 mil 900 millones de dólares, mis finanzas personales estarían mejor?

En este caso la respuesta puede ser más controvertida dado que, de acuerdo al Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión Federal de Competencia Económica, estos dos empresarios han tenido posiciones monopólicas en distintos sectores, como la telefonía fija y celular o el transporte ferroviario, por lo que es posible que ello haya distorsionado el mercado, encareciendo algunos de los productos y servicios que consumo.

Habría que evaluar qué tanto la derrama económica de sus emporios compensan la distorsión.

 LA LISTA A TRAVÉS DEL TIEMPO

La lista arroja la misma lección desde hace más de tres décadas y es que el motor de la riqueza es la innovación. Cuando Forbes publicó el primer listado internacional de los más prósperos, en 1987, el primer lugar lo ocupaba Yoshiaki Tsutsumi, heredero de la corporación Seibu, con empreas de trenes y hoteles, por lo que la fortuna del magnate ascendía a 20 mil mdd. Otros tres japoneses ocupaban el segundo, tercero y cuarto lugar. La quinta posición pertenecía a Salim Ahmed bin Mahfouz, quien forjó su dinero a través de sus conexiones con la familia real saudí. Los estadunidenses más prósperos de aquel año, que estaban en una lista aparte, eran Sam Walton, fundador de Walmart; John Werner Kluge, dueño del conglomerado de medios llamado Metromedia, y Ross Perot. Para el 2000, la lista ya estaba encabezada por Bill Gates, quien aquel año dejaría el liderazgo de la compañía para dedicarse a la filantropía. En segundo lugar estaba Larry Ellison, de Oracle; en tercero Paul Allen, cofundador de Microsoft; en cuarto, Warren Buffett, y quinto, los hermanos Albrecht, fundadores de la cadena de supermercados Aldi.

Diez años después, en 2010, Carlos Slim encabezaba la lista con 53 mil 500 mdd, seguido de Bill Gates. En tercer lugar estaba Buffett, en cuarto Mukesh Ambani y en quinto el acerero Lakshmi Mittal.

 LA INNOVACIÓN

Lo que resulta obvio al revisar la lista Forbes a través de los años es que se ha incrementado el número de superricos, pero la constante es que más de la mitad no heredó sus fortunas. La hipereficiencia de las empresas innovadoras generó mucha riqueza y hay mucho que pensar al respecto de la brecha que esto implica. Hoy, la principal reflexión para mí es: ¿cómo será la lista Forbes en 2031? Estoy seguro que los primeros lugares serán de quienes trabajen con inteligencia artificial, biotecnología, energías renovables y la industria del espacio exterior. ¿Habrá mexicanos emprendedores?