Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

16 Ago, 2023

Mirando a Japón, pensando en México

Una de las cosas que más me sorprendió de Tokio fue la cantidad de porteros en los edificios gubernamentales y corporativos. Aunque es un lugar común decir que Japón posee una robusta cultura cívica, esta observación me resultó curiosa, especialmente cuando es raro que un automovilista no ceda el paso a un peatón al entrar o salir de un edificio. Si se observa con detenimiento, es posible identificar en Japón varios trabajos que no parecen ser productivos. Supongo que esta tendencia también se refleja en las empresas, dado que en la cultura laboral japonesa los despidos son mal vistos y cambiar de empresa es poco frecuente. Esto podría ayudar a entender por qué Japón, la tercera economía más grande del mundo, tiene una tasa de desempleo de 2.6%, la cual se mantiene constante independientemente de los ciclos económicos. Esto contrasta con China, la segunda economía más grande, que ha decidido no informar sobre su desempleo juvenil, el cual se encuentra en dos dígitos.

BAJA PRODUCTIVIDAD

Japón y México, siendo demográficamente similares, tienen trabajos que podrían considerarse no esenciales. En México, en lugar de porteros, es común encontrar asistentes en los baños de restaurantes esperando propina. La diferencia es que el trabajador japonés generalmente está en la formalidad, mientras que el mexicano suele estar en la informalidad. En México, la informalidad laboral alcanza 55% del total; en Japón, aunque no hay un cálculo preciso, es menor a 10%. La disparidad en los salarios entre ambas naciones también es notable. Estas cifras, aunque relevantes, no son la única explicación para la diferencia en el tamaño de sus economías. La productividad, y cómo ésta se relaciona con la formalidad y la informalidad, es crucial. Según el Inegi, en México el sector informal sólo contribuye con 22% del PIB, a pesar de que representa 55% de la fuerza laboral. Reducir la informalidad podría desatar un enorme potencial económico en México. Sin embargo, la solución no sólo radica en ajustes fiscales, sino también en mejorar la productividad, facilitando el acceso al crédito y simplificando trámites ante el SAT.

VALOR AGREGADO

Ambos países destacan en la industria automotriz. Si bien Japón supera a México en producción, también alberga a gigantes como Toyota y Nissan, lo que aporta un gran valor agregado a su economía. Esta fortaleza quedó evidenciada con un crecimiento de 6% anualizado en el segundo trimestre de este año. Una posible razón de este crecimiento es la depreciación del yen, que ha hecho sus exportaciones más competitivas. En contraste, México ha experimentado una moneda fuerte pero aún mantiene el crecimiento. La diferencia salarial entre ambos países destaca la ventaja comparativa de México en cuanto a costos laborales. Sin embargo, el verdadero valor agregado viene de la mano con la educación y el desarrollo de habilidades avanzadas.

LECCIONES

Comparar México y Japón podría parecer inusual. Siempre he creído que una referencia más adecuada para México en términos económicos sería Corea del Sur. No obstante, observar a Japón nos ofrece una perspectiva interesante sobre caminos potenciales hacia la prosperidad para México. De cara a la próxima década, el bono demográfico mexicano se transformará en un desafío considerable. A diferencia de Japón, muchos trabajadores informales mexicanos no tendrán una jubilación segura, pero sí podrían enfrentar enfermedades crónico-degenerativas. Por ello, es esencial aprovechar las oportunidades de la próxima década para garantizar un futuro más prometedor para la generación actual, que tiene un promedio de edad de 29 años.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube