Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

26 Ago, 2023

Teoría de la conspiración 2023

  • Ahora los complotistas tienen una plataforma más grande de divulgación y pueden crear amplias burbujas de información.

Esta semana, al ver un mensaje de Donald Trump en X (antes conocido como Twitter), tras su liberación bajo fianza, recordé una película que vi hace unas semanas en el avión: Teoría de la conspiración, una cinta palomera protagonizada por Mel Gibson hace 26 años.

El personaje principal, un taxista aparentemente paranoico, tiene una peculiar conexión con una abogada del Departamento de Justicia, interpretada por Julia Roberts. En aquel entonces, era creíble que el taxista residiera en una zona céntrica de Manhattan. Sin embargo, en la actualidad, con una renta promedio que asciende a 4, mil 500 dólares, es casi inimaginable, considerando que esa suma es cercana al ingreso anual de un conductor de taxi o Uber en esa urbe.

En esa época, el espionaje involucraba hombres de traje con lentes oscuros, misteriosos helicópteros y un ejército de vehículos. Ahora, simplemente rastreando un teléfono celular se puede determinar la ubicación exacta de alguien, sus interacciones y conversaciones. Para una confirmación visual, bastaría con activar la cámara del teléfono celular o emplear un dron de alto rendimiento.

Lo que me pareció más interesante, y lo que me hizo recordar la película al ver el mensaje de Trump, es cómo ha cambiado la velocidad y acceso a la información. El personaje de Gibson necesitaba visitar un puesto de periódicos para estar al tanto; hoy, bastaría con revisar el celular. Antes, para difundir sus teorías, requería enviar folletos impresos en una fotocopiadora por el correo tradicional. Hoy, con una cuenta en redes sociales o un canal en Telegram, incluso un blog para los más tradicionalistas, podría alcanzar a millones en segundos. Las teorías de conspiración no han cambiado mucho desde 1997, pero, ahora los complotistas tienen una plataforma más grande de divulgación y pueden crear amplias burbujas de información. Hoy, Donald Trump puede promover una teoría de la conspiración en la que acusa a Biden y al “Deep state” de robarle la presidencia y convencer a millones, hace 26 años no habría ocurrido, hoy una persona puede sentir que está muy informada sin darse cuenta que habita una caja de resonancia.

Es común culpar a los algoritmos de Facebook, Instagram, TikTok o X por crear cajas de resonancia y burbujas de información en las que sólo vemos y escuchamos lo que queremos. Y, aunque es cierto que los algoritmos enfatizan contenidos que capturan nuestra atención, no podemos ignorar que nuestra propia resonancia con esos mensajes juega un papel crucial.

Si Teoría de la conspiración” se rehiciera en 2023, la historia sería radicalmente diferente. Los teléfonos celulares serían herramientas clave, el taxista sería conductor de Uber o Lyft, y probablemente viviría en Queens, además sería un veterano de la guerra de Irak o Afganistán, la abogada viviría en un departamento mucho más pequeño y el espionaje en contra de los personajes se haría a través de sus celulares y de las cámaras de la ciudad.

Imaginar cómo se adaptaría esta trama para 2049 es aún más fascinante: la conspiración la habría inventado un modelo de inteligencia artificial regenerativa, la interfase de comunicación sería un dispositivo con censores directos al cerebro, los personajes sería sintéticos, o sea no serían necesarios actores y el contenido se consumiría con aparatos de realidad inmersiva y la trama estaría personalizada para cada espectador.

Reflexionando sobre el pasado, el Estados Unidos de hace 26 años parecía más inocente, antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre y las guerras. El México de 1997, por su parte, también tenía su inocencia, no tenía democracia plena, estaba más alejado tecnológicamente de la Unión Americana y, aunque ya era violento, no se observaba el grado sistemático de violencia de hoy.

La próxima década determinará el tipo de país que tendremos en 2049.

 

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