Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

29 Feb, 2020

Tsunami en cámara lenta

 

En WhatsApp se está viralizado un video titulado: The real numbers that will make you safe, que en español quiere decir: Los números reales que te harán sentir más seguro. Se trata de un fiasco porque el supuesto del planteamiento es erróneo al señalar que la probabilidad de contraer el coronavirus Covid19 es muy baja dado que hay únicamente 80 mil personas enfermas y no hay que preocuparse porque 77 mil corresponden a casos en China. O sea que eso reduce el 96 por ciento del agobio para los que no viven en la nación asiática, esa estadística es correcta si obviamos el pequeño detalle del contagio, que tiene una dinámica exponencial y dado que el Covid19 tiene una baja tasa de mortalidad y sus síntomas son indistinguibles de una afección leve salvo para un cinco por ciento, el cual suele tener consecuencias más severas, y que implica  una mortalidad de 2 por ciento.

Uno de los problemas más agudos del coronavirus tiene que ver con la viralidad de la desinformación, como el mensaje antes citado el cual, afortunadamente, concluye dando recomendaciones aceptables.

El problema es que el volumen de información fallida genera demasiado ruido y la información veraz va quedando sepultada bajo un alud de tonterías. Sin embargo, la velocidad con la que se difunde la información también ha permitido que la comunidad científica trabaje a mayor velocidad en el Covid19.

En un artículo de la revista Science se consigna cómo varios investigadores de Estados Unidos abrieron un grupo en Slack, que es una plataforma de trabajo colaborativo, y hasta el momento se han publicado 261 trabajos de investigación, en estatus de prerevisión, lo que ha permitido acelerar nuevos hallazgos, así como suavizar las curvas de aprendizaje y las redundancias en la investigación.

Incluso se publicaron pedazos del genoma del virus en una plataforma especializada en publicar secuencias genéticas de virus. La mejor fuente de información debería ser el gobierno y las instancias del Estado como institutos de salud pública.

No obstante, la presión política suele generar que los líderes menosprecien los riesgos o se pongan a culpar a otras instancias. En ese sentido, el mensaje que dio el jueves por la noche la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, acompañada de su secretaria de Salud, fue oportuno y correcto.

En cuanto al gobierno federal, el panorama es distinto porque primero tiene que remontar la falta de credibilidad que ha generado el desabasto de medicinas, así como el prolongado silencio del titular de la dependencia y la propensión del Presidente de identificar a las narrativas ajenas como un complot de los conservadores. El brote del coronavirus es un tsunami en cámara lenta, incontenible, pero su lenta velocidad puede ayudar a prepararnos y a bajar la psicosis para  amplificar sus efectos negativos sin subestimarlo. 

 

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