Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

14 Ago, 2021

VW vislumbra una gigafactory

Además de los mariachis, el tequila y los cuadros de Frida, uno de los íconos de México en el mundo es el vocho. A diferencia de los otros íconos, el vocho refleja al México global del siglo XX, dado que se trata de un vehículo que nació en el corazón de Alemania en la década del 30 del siglo pasado. Y si bien estos automóviles se produjeron en muchos países, en México fue adoptado con pasión, y aunque ya pasaron 18 años desde que se armó el último en la planta de Puebla, todavía se le puede ver circulando en las urbes mexicanas.

El nuevo presidente de Volkswagen México, Holger Nestler, quiere encontrar un nuevo ícono que galvanice y genere pasión como lo hizo el vocho en el universo de la compañía alemana. El vehículo que busca Holger tendrá que ser eléctrico dada la inversión de 86 mil millones de dólares que está realizando el grupo automotriz hasta el año 2025, con el objetivo de desarrollar plataformas híbridas, eléctricas y digitales para sus vehículos, con lo cual busca vender seis millones de unidades híbridas y 26 millones eléctricas en los siguientes 10 años. Encontrar un vehículo eléctrico icónico sería tan sólo la punta del iceberg ya que ello implicaría que México adopte cambios para seguir manteniéndose como potencia de manufactura automotriz.

En las últimas décadas, México reunió varias características para convertirse en una potencia automotriz, estas fueron: apertura a los mercados globales, conectividad a las cadenas de suministro de todo el mundo, nivel de infraestructura adecuado, mano de obra calificada y un mercado significativo. Sin embargo, el cambio de paradigma automotriz está centrado en tres nuevos pilares: electrificación, matriz energética y sistemas de conducción autónoma. A ello hay que sumar nuevos esquemas de comercialización que podrían sustituir el modelo propietario en donde cada familia tiene uno o dos vehículos y en su lugar podría manejarse como una suscripción o de utilización bajo demanda.

En cuanto a la electrificación, un primer aspecto es que se requerirá de una fuerte inversión en cargadores, así como en infraestructura eléctrica que permita sostener la demanda adicional que implicaría una flota creciente de vehículos con este tipo de motores. Los montos requeridos son enormes, el gobierno de Joe Biden, por ejemplo, está contemplando 15 mil millones de dólares para instalar medio millón de cargadores; Noruega, que es el país más avanzado en la materia, ha aplicado muchos incentivos fiscales para impulsar la electrificación de su parque vehicular, como eximir el pago del impuesto al valor agregado, entre muchas otras exenciones, lo que les permitió que las ventas de vehículos eléctricos en 2020 representaran el 69 por ciento del total.

Todo ello no sirve de mucho si la matriz energética sigue estando afincada en combustibles fósiles, por eso es que también se requiere una inversión significativa en parques de energía eólica y energía solar e incluso atómica. Sin embargo, en esa materia México va en reversa y seguirá en ese sentido al menos en los siguientes tres años. En cuanto a los sistemas de gestión autónoma de los vehículos, se requerirá el acompañamiento de la legislación y por supuesto de una fuerte inversión en investigación y desarrollo.

Desde la óptica puramente de manufactura el nuevo presidente de Volkswagen de México considera que nuestro país podría tener una gigafactory, que no se refiere a una sola planta tipo Tesla, sino a un hub de manufactura eléctrica, con insumos para baterías eléctricas, proveeduría especializada y personal calificado. Para lograr eso se requiere un plan nacional en donde cooperen los tres órdenes de gobierno, la industria y las universidades.

México se encuentra en un momento clave para subirse al nuevo paradigma automotriz, de no hacerlo, el país va a perder relevancia y en unas décadas se habrán erosionado las ventajas comparativas de hoy. En 2021, un plan nacional automotriz eléctrico parece muy lejano, pero el umbral estará abierto por unos años y México tiene todos los componentes para aprovecharlo. Se requiere visión nacional y entonces Holger Nestler podrá encontrar un modelo icónico de México para el mundo, por lo pronto, en esta coyuntura, el Taos tiene potencial para mantener a la planta de Puebla en el mapa del universo de VW.

 

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